Toros Notables
Entrega número 35 - Recapitulación Letra "A" (I)
De los 433 toros con la letra inicial A en su nombre, aparecen con sólo un nombre, 168 astados; 29 se repiten 2 veces; 18, tres veces; 7, cuatro veces; 9, cinco veces; 2, seis veces (Arbolario y Aventurero); 2, siete veces (Atrevido y Azteca); uno, ocho veces (Almendrito); uno, diez veces (Artillero); uno, once veces (Amapolo); y uno, diecisiete veces (Andaluz).
Toros extraordinarios:
De los 433 toros con la letra inicial A en su nombre, fueron un total de 26 astados los que fueron calificados de extraordinarios, sin incluir los indultados, cuales fueron:
1) Abanico, lidiado en la corrida del (17-02-1946), junto con sus compañeros: Tilapo, Cazador, Cilindrero, Platino, Troyano y Abanico, de la ganadería mexicana de Cuaxamalucan, que se convirtió en una tarde triunfal que pasó a los anales de la historia taurina de México, en el ruedo de “El Toreo” de la ciudad de México, en la que toreros y público tuvieron la ocasión venturosa de vivir uno de los acontecimientos más grandiosos y resonantes.
«En aquella tarde memorable -nos describió don Agustín Linares-, de imborrable recuerdo para los que asistieron a la plaza, salieron de los chiqueros los seis astados en el orden citado. Figuraban en el cartel, el Monstruo de Córdoba, Manuel Rodríguez (Manolete); el inspirado torero del barrio de San Bernardo sevillano, Pepe Luis Vázquez y el agitanado y personalísimo del barrio de San Juan, el mexicano Luis Procuna, que lidió a Abanico. Hacer una narración detallada de esa corrida, supondría ocupar el mismo espacio que estamos empleando para este libro, baste por tanto decir, dando una lidia ejemplar de principio a fin. Todos se arrancaron con codicia y alegría a los caballos y llegaron a la muleta plenos de facultades y con una bravura noble y transparente, para que los tres grandes toreros, rayando a una altura increíble, triunfaron plenamente.
Los toros fueron llevados al destasadero sin orejas, ante el delirio de una multitud, que llenando el coso, vibraba de entusiasmo, aclamando con fervor a toreros y ganadero, y dando vueltas y vueltas al ruedo, originándose un espectáculo inenarrable y de sin par belleza, con un albero lleno de flores, sombreros y toda clase de prendas, como testimonio y reconocimiento, para esos colores, morado y rojo, que escribieron una de las paginas más bellas, en la historia taurina del país de los aztecas.»
2) Adivino, fue lidiado en la Monumental “Plaza México”, el (14-09-1958) y con el que hizo su presentación el ganadero mexicano don Javier Garfias de los Santos. Fue un novillo extraordinario que correspondió a Jesús Peralta, que le ejecutó una faena magistral, misma que fue premiada con las dos orejas de su bravo y noble enemigo. El mismo (14-09-1958), se lidiaron en la plaza de toros de Ciudad Juárez (México), los toros: Bordador, Hechicero y Sabroso, todos de la ganadería zacatecana de Arroyo Hondo, de don José Julián Llaguno, que resultaron extraordinarios. Fueron lidiados por los espadas mexicanos Alfonso Ramírez (El Calesero) y Joselito Huerta, que los desorejaron, dándosele a los tres la vuelta al ruedo en el arrastre.
3) Afectivo, se lidió el miércoles (30-06-1999), en la Plaza de Toros de Algeciras (Cádiz), en una corrida con toros de los herederos de don Manuel Álvarez y del marqués de Villamarta, en la que ya Eduardo Dávila Miura le había cortado una oreja a un toro de don Manuel, el diestro Juan Serrano (Finito de Córdoba), protagonizó otro momento estelar con Afectivo, un toro del marqués de Villamarta «muy en Villamarta», bravo como él solo. Tanto y tan bravo y codicioso fue que incomodó con sus bríos y efusiva transmisión al torero, que si bien le realizó una faena importante, «no lo crujió de la forma que reclaman este tipo de toros.» Por eso le cortó sólo una oreja tras una faena con mayor acoplamiento en su fase final.
4) Aguardentero, lidiado en 1886, de la vacada de don José González Landín, en la Plaza de Toros de Málaga (Andalucía, España), que fue calificado como uno de los mejores toros lidiados en aquella plaza durante muchos años. Ese año comenzó siendo trágico para la Tauromaquia, ya que el (31-01), se celebró en Texcoco (México), con motivo de sus fiestas, una corrida de toros en la que fue herido de muerte Bernardo Gabiño Rueda, matador de toros, nacido en Puerto Real (Cádiz) el (20-08-1812), por lo que era del signo Leo, hijo de José Gaviño y de María de las Nieves Rueda, muriendo a las nueve y media de la noche del día 3 de febrero. Era pariente, de Juan León (Leoncillo), de quien recibió las primeras lecciones en el Matadero de Sevilla. Fue un torero muy popular en la República mexicana, de donde le hizo natural algún escritor.
5) Aguilito, salió al ruedo de la Monumental plaza de toros de Ciudad Juárez (México), la tarde del (16-04-1972), de la ganadería de La Huertas, de don Luis Barroso Chávez, que fue extraordinario, correspondiéndole a Mariano Ramos, al que le realizó una magnífica faena, dada la pujanza y bravura de tan noble astado.
6) Aladino, partió plaza en la temporada mexicana de 1961, en el coso El Toreo de Cuatro Caminos (ciudad de México, D. F.), siendo en esta ocasión, en la que el fino diestro mexicano Alfredo Leal, tuvo el honor de lidiar a muerte a tan magnífico astado. Después del gran triunfo que el diestro mexicano Manuel Capetillo obtuvo con Peluquero, en la misma plaza, ambos de la ganadería mexicana de Tequisquiapan, propiedad de don Fernando de la Mora.
7) Alarito, quedó para siempre marcado en la memoria de la afición de Maracay (Venezuela), al lidiarse la tarde del (12-01-1968) dos toros más que de bandera de la ganadería mexicana de Soltepec, propiedad de don Reyes Huertas, llamándose el primero: Alarito, que fue merecidamente indultado por el famoso espada sevillano Paco Camino, con el que realizó una de sus grandes e inspiradas faenas, ya que el Sabio diestro de Camas (Sevilla) aprovechó con suprema exactitud la bravura y nobleza de su enemigo, que peleó de principio a fin.
8) Aldeano, bravísimo y noble toro, cárdeno bragado bravísimo, de la ganadería mexicana de Rancho Seco, lidiado en la Plaza de Toros de Mérida (Yucatán, México), en febrero de 1969, y al que le cortó las dos orejas y el rabo, el gran torero sevillano Diego Puerta, que manifestó, que a juzgar por lo que había visto... y sentido, era de Rancho Seco, «la más brava de cuantas había conocido en América y la más similar al español.»
9) Amapolo I, fue corrido el (11-12-1946), en la Plaza de Toros del antiguo coso “El Toreo” (ciudad de México, D. F.), en la tuvo lugar una corrida histórica, en la que se lidiaron tres toros extraordinarios, de la ganadería mexicana de Pastejé, de don Horacio Arrieta J., siendo el primero, Amapolo I, inmortalizado por Lorenzo Garza, al que le cortó las dos orejas y el rabo, siendo la primera vez que se enfrentaba a Manuel Rodríguez (Manolete) en un ruedo. En esa misma corrida, también Lorenzo Garza, con Buen Mozo alcanzó un resonante triunfo al remontarse a alturas insospechadas, en tarde de decisión e inspiración, sin tomar en cuenta el enorme rival que tenía en el ruedo (Manolete).» A este bravísimo toro le cortó las dos orejas y el rabo. Por cierto que Lorenzo, confirmó ese día la alternativa a Leopoldo Ramos, más conocido por el Ahijado del Matadero.
10) Amapolo, fue lidiado el (09-12-1964), fecha memorable para la ganadería mexicana de Campo Alegre, ya que los siete toros lidiados en esa corrida: Amapolo, Revenido, Andaluz, Barco, Consentido, Argentino y Currito, constituyeron un balance de 5 desorejados, en la plaza de San Cristóbal (Venezuela), en una tarde en que el torero de Palma del Río (Córdoba, España), Manuel Benítez (El Cordobés), alcanzó uno de sus más grandes triunfos en plazas de Sudamérica, cortando cuatro orejas. Todos, sin excepción, fueron ovacionados en el arrastre, ya que su bravura y nobleza no decayó a lo largo del festejo. Este éxito sin precedentes, le abrió a la ganadería un nuevo mercado para lidiar sus toros en cosos venezolanos.
11) Amistoso, cuarto de la corrida, que cuando se abrió la puerta de toriles y apareció en el ruedo, marcado con el número 33, un clamor de entusiasmo, era fiel reflejo de ese público de Madrid, que siempre observa con toda atención al notable toro, y ahí estaba él, arrogante, con trapío, con sus cinco primaveras y, sobre todo, con su raza, recibiendo cuatro puyazos recargando, para llegar a la franela con una condición suave y noble, sin perder un ápice su bravura, que Victoriano Valencia recibió doblándolo en varios muletazos, para templarle el poder, dejándolo como una seda de Oriente, lo que permitió que el diestro lo toreara a placer, sumergido una embestida sincronizada, con armonía de espíritu entre ambos, hasta que, desgraciadamente, no se logró la consumación feliz de la suerte suprema, debido al acero.
Pero Amistoso sí subió a la gloria, después de haberle dicho a Valencia: Aquí me tienes con toda mi raza, mátame bien y a la primera estocada, porque quiero morir como los bravos, para honra de mis potreros tlaxcaltecas, de los que salí un día para este viejo continente, en holocausto de triunfo para la divisa que llevo, a cambio de una gloriosa muerte.» Y, al doblar Amistoso, aquella masa compacta de la plaza Monumental de La Ventas, considerada por su legendaria historia, cuna y cátedra del toreo, aclamó al unísono los bravos despojos del aquel toro mexicano rindiéndole autoridad y público, el justo y merecido homenaje, de ser paseado por el anillo, en triunfal vuelta, quedando desde entonces como una de las más importantes efemérides de la historia taurina mundial, el insólito caso, de que de la dehesa de San Miguel de Mimiahuapam, saliese un encierro para enarbolar la bandera victoriosa, de ser el más bravo de la famosa Feria de San Isidro... (Foto en T. V. pág. 354).
12) Andaluz, lidiado el (31-01-1943) en segundo lugar, en la Plaza de Toros de El Toreo” (ciudad de México, D. F.), junto con otros tres de bandera -de un imponente encierro-, de la ganadería mexicana de Pastejé. Fue aplaudido desde que salió al ruedo y hasta ser arrastrados sus despojos, habiendo sido codicioso con los caballos, recargando, no volviendo la cara, y aguantando el duro castigo de los piqueros, a los que logró desmontar de las cabalgaduras.
13) Andaluz, es curiosamente el único toro que con ese nombre reseña don Agustín Linares, en su obra Toros Famosos de México, publicada en 1979, sin que nos diga la razón de tan breve información, pues se lidiaron más con ese nombre: «Grande en verdad fue el éxito alcanzado por el ganadero mexicano don Luis Obregón Santacilia, al lidiar en la Monumental plaza de toros de Monterrey, el (26-01-1964), a Andaluz, marcado con el número 31, que tocó en suerte al famoso torero de Palma del Río, Manuel Benítez (El Cordobés). Fue un toro extraordinario, de gran bravura y nobleza, siendo ovacionados sus despojos por la arena, en la que dio la vuelta al ruedo don Luis, en medio de los aplausos de la afición que llenaba el coso y en compañía de tan distinguido diestro. Por cierto, hizo declaraciones, afirmando que fue con el toro que más a gusto se había sentido en México... y con el primer ganadero de este país que daba la vuelta al ruedo.»
14) Apostador, lidiado en quinto lugar por Curro Rivera, el (25-04-1976), en la ya Tradicional y famosa Feria de Aguascalientes, era de la ganadería mexicana de San Miguel de Mimiahuapam, propiedad del Lic. Alberto Bailleres. Fue un toro extraordinario, bravo y noble como los escogidos, con gran estilo en la arrancada por ambos lados, al que Curro toreó a placer y le cortó las dos orejas; se le dio al astado, en recompensa a sus muchos merecimientos, un arrastre lento, con dos vueltas al anillo para el torero y una de ellas acompañado del ganadero.
15) Arquero, lidiado en la Plaza de Toros de Nuevo Laredo (Tamaulipas, México), junto con otro cinco, en febrero de 1963, de la ganadería mexicana de don Mariano Ramírez: marcado con el número 80, que le tocó en suerte al diestro mexicano Manuel Capetillo, siendo un astado extraordinario.
16) Arrajuno, lidiado en la temporada de novilladas del año 1951, en la Monumental “Plaza México”, que resultó extraordinario, siendo uno de los bovinos más bravos de aquella temporada.
17) Asombro, de la ganadería peruana de La Huaca, se lidió el (30-11-1986). Estaba herrado con el número 625 y peso en bruto 461 kilos y salió en quinto lugar, siendo extraordinario. Le correspondió al español José Ortega Cano, que le cortó la dos orejas, tras sufrir una aparatosa cornada calificada de grave. Fue premiado tan bravo y noble toro con el codiciado Escapulario de Plata al mejor toro de la Feria del Señor de los Milagros.
18) Aspersor, novillo perteneciente a la divisa de don Eugenio Frías Piqueras, fue corrido en la Plaza de Toros de Sonseca el (09-09-1989). Llevaba marcado el número 25 sobre su piel y era de pelaje negro bragado. Se corrió en quinto lugar –este es uno de los innumerables toros que en la Tauromaquia se corrió en ese lugar y son ellos el fundamento de que “no hay quinto malo”- y, por su extraordinaria bravura y nobleza fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Su lidia y muerte correspondió al espada Miguel Rodríguez, que le cortó las dos orejas.
19) Astronauta, herrado con el número 490 y con 475 kilos de p.v., perteneció a la ganadería de La Esperanza y fue lidiado en la Plaza de Toros de la venezolana ciudad de Mérida el (22-02-1993). Correspondió en suerte al diestro gaditano Jesulín de Ubrique, al que le cortó las dos orejas y el rabo. Resultó extraordinario por su armónica jechura, bravura y nobleza, le dieron las mulillas una ovacionada vuelta al ruedo.
20) Aventurero, fue lidiado este extraordinario astado en la temporada grande de la “Plaza México” 1969-70, por el diestro español Santiago Martín (El Viti), que le cortó la dos orejas. Procedía de la ganadería mexicana de Tequisquiapan, propiedad de don Fernando de la Mora, que según el hispano «había sido el astado más bravo que había toreado en los ruedos mexicanos.»
21) Azafrán, de pelaje negro, de la ganadería española del conde de Santa Coloma, el primero de dicha vacada que se lidió en Madrid, el día (17-05-1908). Fue un magnifico toro, de estilo y bravura. ¡o azafrán!... cuánto nos costaba adquirir esa milenaria especia colorante y aromática especia en la ciudad mexicana de Zacatecas, para darle ese gusto y vistosidad a las paellas que nuestra Alicia Zaldívar Abreu ofrecía en su negocio a sus clientes zacatecanos y turistas, en las décadas 1990-2000.
22) Azote, lidiado en la corrida del (15-02-1925), organizada por don Carlos Quirós (Monosabio), a beneficio de la Asociación de Periodistas, en el coso del antiguo coso Toreo de la Condesa (ciudad de México, D.F.), que se lidiaron dos toros de bandera. El primero, llamado Azote, y ambos de la ganadería mexicana de San Diego de los Padres, propiedad de Nicolás González Jáuregui, que fue lidiado por el gran Rodolfo Gaona, siendo el animal tan bravo y noble que le permitió al torero cortarle las dos orejas y el astado dar la vuelta al anillo.
23) Azucarillo, fue lidiado el domingo (28-01-1973), en la “Plaza México”, junto con su hermano Huapango, ambos extraordinarios, bravísimos y nobles, de la vacada zacatecana de Arroyo Hondo, de don José Julián Llaguno, que dejaron gratos recuerdos en los aficionados, ya que en la corrida dijo adiós a los públicos el valiente torero de Tetela de Ocampo (Puebla, México), Joselito Huerta, siendo Huapango el de su despedida, al que le cortó las orejas y el rabo, alternando esa tarde con Manolo Martínez, que también rayó a gran altura con Azucarillo, al que le cortó las dos orejas.
24) Azucarero, se lidió en séptimo lugar, en la histórica fecha del (12-04-1925), de la ganadería mexicana de San Diego de los Padres, propiedad de Nicolás González Jáuregui, que fue el último que mató en su vida torera el gran diestro mexicano Rodolfo Gaona. ¿Qué mejor recuerdo para los colores de esta gloriosa vacada, que fuera ese torero el que cerrara con broche de oro toda una época con un toro de su procedencia?, se preguntó don Agustín Linares. Azucarero, pasó a la posteridad, como también el torero de más nombradía y elegancia que ha dado México. Toreó sólo aquí, en México, en 1924, un total de 32 corridas. Hizo a España un viaje de recreo, sin tratar de contratarse para corrida alguna. Al regresar de esa excursión volvió a México convencido de que se retiraba; toreó 18 corridas, y en la última, el (12-04-1924), se despidió de sus paisanos, cesando en su profesión. Se anunció la corrida con la mayor solemnidad. El lleno, rebosante, según la expresión corriente. llovió durante la corrida; pero el entusiasmo del público, que no ceso en todo el festejo, no dio importancia a la lluvia.
Un revistero hiperbólico dijo que era el «llanto del Cielo ante la despedida de Rodolfo.» Después brilló el sol, y toda la tarde fue esplendorosa para Gaona: en todos sus toros quedó brillantemente. Mató el sexto, llamado Rodalito, y Gaona obsequió a la concurrencia un séptimo toro, que había de ser el último, definitivamente, que él matara. El toro, de San Diego de los Padres, se llamó Azucarero, de pelo berrendo en cárdeno, careto, coletero -se dice del toro que tiene una gran mancha clara a lo largo del pecho: «Carminito, de don Félix Moreno Ardanuy, cárdeno, calzado, coletero...» (Uno al Sesgo y Don Ventura. «Toros y toreros en 1925»)-, y recogido de cuerna. Gaona, en los tres tercios tuvo las arrogancias, las gallardías y mostró el arte de sus mejores tardes, de sus mejores tiempos. Culminó el entusiasmo en la terminación de la corrida.
25) Azucarero, lidiado el (07-02-1965), resultó extraordinario, de la ganadería mexicana de don Ernesto Cuevas, como dice don Agustín Linares, «le cupo el honor de ser elegido para la confirmación de su alternativa en la “Plaza México”, al famoso torero Manuel Benítez (El Cordobés), que le cortó una oreja. De esta ganadería fueron las reses predilectas del diestro hispano, con cuyos astados siempre logró grandes éxitos en sus temporadas en México.
26) Azucarero, fue lidiado el (02-09-1971), en el coso más grande del mundo, ubicado en la calle Insurgente de la ciudad de México, D. F.; día que salieron al ruedo dos toros berrendo en negro, llamado el primero, Azucarero y ambos de la ganadería mexicana de Tequisquiapan, propiedad de don Fernando de la Mora, que le tocó en suerte al valiente y dominador torero mexicano, Mariano Ramos, el único verdadero lidiador mexicano del último cuarto del siglo XX, siendo premiado Azucarero con el Trofeo Domecq, al considerársele el mejor astado de la temporada, siendo el segundo, Pintor, que le correspondió al hispano Manolo Cortés, que le cortó las orejas, influyendo la corrida en general para obtener también otro trofeo, llamado El Heraldo.
A finales de 1991 se decía del diestro mexicano Mariano Ramos: «Es otro diestro mal catalogado, con la misma cantaleta de «falto de arte.» Mariano, desde el inicio de su carrera y siendo muy joven aún, mostró una especial intuición, para conocer el desempeño del burel durante la lidia. Unido esto a sus grandes facultades le fueron permitiendo realizar trasteos con gran habilidad y desenvoltura, consecuentemente con arte. Entre las muchas grandes faenas que ha venido realizando, cabe destacar la que le hizo, precisamente a Azucarero. Faena que fue un derroche de técnica y buen torear, y ha sido uno de los grandes trasteos realizados en la plaza México.» Para este autor, Mariano Ramos, como ya quedó dicho, fue el último lidiador auténtico en el último tercio del siglo XX; diestro alegre y dominador al que tuvimos el gusto de conocer personalmente.