Toros Notables
Entrega número 38 - Bailador
1.1 Bailaor:
El toro de pelaje negro, bien puesto, de cinco años y medio, llamado Bailaor, del ganado de don Andrés Fontecilla (1), luego de don Carlos Eizaguirre, se lidió en la plaza de Linares (Jaén) el (29-08-1883), resultando de una bravura y un poder tan enormes, que Rafael Molina (Lagartijo) y los picadores de su cuadrilla, José y Manuel Calderón, al escribir al ganadero felicitándole por los toros Manchego y Pajarito, decían a propósito de Bailaor: «...toro buen mozo, divinamente encornado, fino y escaso de carnes, en las primeras varas demostró mucho poder, y cuando se quedó en los tercios, sin desafiar nunca y siempre natural en la suerte, tomó «veintiuna varas», y con decir que mató 13 caballos es suficiente para comprender que no dejó nada que desear, pues es toro que no puede olvidarse con facilidad y «que no ha» tenido en los tiempos que corremos compañero, pues ha sido un verdadero fenómeno. En este toro, del señor Fontecilla, nos sucedió una rareza, que fue la de tener que retirarnos a pie a la fonda. Que críe usted muchos y que podamos torearlos, es lo que desean sus afectísimos, que le aprecian: Rafael Molina, José Calderón y Manuel Calderón.» Este toro era, hijo de un semental de la ganadería de Miura.
(1)Don Andrés Fontecilla fue uno de los pocos ganaderos españoles que, además de un semental, compró hembras a la casa Miura. Fueron dos concretamente, acompañadas de sus correspondientes rastras. Mucha mayor relevancia tendría la adquisición realizada por don Florentino Sotomayor, en 1911, año en que formó su ganadería con ciento sesenta y cinco hembras y quince machos de don Eduardo II Miura. Tras tentar los ejemplares adquiridos mantuvo sesenta de las vacas miureñas y tres de los sementales: Lagarto, Guineo e Inspector. Más tarde cruzó la vacada con dos toros de la duquesa de Tamarón y otro de don Joaquín Parladé. La ganadería de Sotomayor fue adquirida años después por el matador de toros Marcial Lalanda y quedó prácticamente extinguida durante la Guerra Civil Española.
2.2.Bailaor:
Antonio Ríos (Manchao), matador de novillos, que se presentó en Madrid el (25-07-1902). Según don José María de Cossío, “pareció valiente e ignorante y sin salir del montó debió retirarse del toreo.” Sin embargo, años antes, concretamente el (06-05-1888) toreó en un mano a mano con Manuel Martínez (Manene), en Madrid, por lo que no fue la primera vez en 1902, en una novillada con tres toros de don José Orozco (2) y tres de don Manuel Montes. El primer toro, llamado Bailaor, de pelo negro, cogió al Manchao, que hubo de ingresar en la enfermería con la clavícula fracturada; el bicho sembró el pánico en la plaza, y Manuel Martínez (Manene) no tuvo más remedio que dar cuenta de la corrida y la dio de un modo sobresaltado y ridículo, pues el toro le hizo bailar de aquí para allá. en el momento de la puntilla, por último, Bailador hizo otra de las suyas en la persona de Antonio Preciados, puntillero, al que le causó algunos varetazos.
(2) Debutó en la plaza nueva Plaza de Toros de Madrid como ganadero de reses bravas el (12-10-1884). La adquirió de don Juan Antonio Adalid, que había comprado en 1872 la originaria de don Diego Hidalgo Barquero –canónigo de la catedral de Sevilla- con divisa azul y señal: cortada en una oreja y brincada en la otra, fue fundada hacia el año 1810 con vacas que compró al presbítero señor Bueno, vecino de Utrera, procedentes de don José Giráldez, y sementales de unos ganaderos de Triana apellidados Gutiérrez
3.3 Bailaor:
El astado de la ganadería española del duque de Veragua XIV, de nombre Bailaor, fue el último que mató y su última corrida en Madrid el infortunado diestro sevillano Faustino Posadas Carnerero, el (11-08-1907). Trabajó aquella tarde con Corchaíto y Relampaguito. Posadas no pudo dejarle mejor recuerdo a la afición madrileña. La Prensa se hizo eco de su excelente trabajo, coincidiendo todos los cronistas en el aplauso. Siguiendo ahora con don Enrique Vila, «el día (18-08-1907), siete años después de la trágica jornada de Barcelona, en la que el toro de Miura, de nombre Desertor o Receptor, cogió mortalmente a Domingo del Campo (Dominguín), el novillo llamado Agujeto de la misma vacada, aumentó la lista de víctimas de la divisa, con el nombre del matador de novillos Faustino Posada, perteneciente a una familia de toreros sevillana, en la que destacó el nombre de un matador de toros, Antonio, que alcanzó un puesto muy destacado entre los toreros del estilo sevillanista. » (Foto T. I, pág. 330)
La novillada en que Faustino Posada encontró trágico final se dio en la plaza de Sanlúcar de Barrameda, el día citado. Fue mucha gente de Sevilla a verle, Guadalquivir arriba, en aquel inefable barco de ruedas en cuya cubierta se servía a los pasajeros deliciosos refrescos de panales. Salió en primer lugar el miureño llamado Agujeto, berrendo en negro, el cual tomó codicioso cuatro varas, dando lugar a que se lucieran con él los lidiadores. Llegó la hora de matar, y Posadas, después de una buena labor de muleta, se dispuso a ello; tenía la costumbre peligrosa de volver la cara para ordenar algo a sus peones o para brindar al público, en plena lidia, estando junto al toro. Igualado el animal, Faustino volvió la cabeza en ese movimiento tan característico de los toreros al entrar a matar y estando haciéndolo, se le arrancó Agujeto, no teniendo tiempo el diestro para hacer ningún movimiento defensivo... volteándole e infiriéndole en el cuello una herida de 10 centímetros, con desgarramiento de tejidos y perforación de la tráquea... ¡otra vez una imprudencia delante de un Miura!
El desdichado Posada anduvo unos inciertos pasos por el ruedo con evidentes muestras de asfixia, hasta que en gravísimo estado, se lo llevaron a la enfermería. Rápidamente intervinieron los médicos que operaron al herido quedando éste tranquilo después de la intervención. No se movió al herido de la enfermería de la plaza y al siguiente día fue desde Sevilla con el padre del torero y D. Eduardo I Miura, el entonces eminente cirujano Dr. Lozano, que diagnosticó la extrema gravedad del torero y la imposibilidad de que fuera trasladado a Sevilla, como se había pensado. Murió en la enfermería después de terribles dolores, a las doce de la noche del día 19. El novillero Corchaíto, tuvo que despachar la corrida entera porque la tragedia sobrevino en el toro primero.
A las doce de la noche el pobre Faustino Posada, dejó de existir después de haber recibido los auxilios de la religión. La agonía había sido desgarradora. Rodeaban al torero, al tiempo del fallecimiento, el padre, los banderilleros y don Eduardo I Miura, que no había salido de la plaza desde que por la mañana llegó a Sanlúcar. El cadáver fue llevado a Sevilla, donde los sevillanos le rindieron un merecido homenaje. En el entierro de Posadas se vistió Sevilla de luto, sobrecogida su población por tan lamentable suceso. Faustino Posada contaba al morir veintidós años de edad. Una vida joven, cargada de ilusiones, había sido literalmente segada por los cuernos de un toro de Miura.
Faustino Posada Carnerero era «torero fino y adornado», dejó escrito Bruno del Amo (Recortes) en un artículo publicado en Sol y Sombra el (07-12-1911). Inteligente y artista en todas las suertes de la lidia, lo mismo banderilleando que toreando con la capa, suerte en la que sobresalía por los adornos que en ella realizaba, o pasando de muleta. Paraba y templaba mucho, y esta especialidad prestaba a su toreo cierta emoción y al ejecutante muchos adeptos. Era éste el caso de Posadas, que aunque no era muy decidido a la hora de la muerte, lo hacía con seguridad, cobrando en ocasiones magníficas estocadas. De él puede decirse, sin temor a equivocarse, que hubiera sido un gran torero de no haberle truncado la vida la fatalidad. La funesta lista trágica crecía... fue un lote de toros «duros» y don Eduardo I Miura, su dueño y hermano más pequeño de don Antonio -ambos hijos de don Juan el fundador, no figuraba entre los espectadores de la Fiesta.
4.4 Bailaor:
El (03-09-1911), el célebre diestro mexicano Luis Freg, recibió su segunda alternativa, en la Plaza de Toros de Almería (España), de manos de Julio Gómez Cañete (Relampaguito) y de testigo Antonio Pazos e Isidoro Martín Flores, con la cesión de Bailador, de la ganadería española de los herederos de don Vicente Martínez (3). El octavo toro, que llevó el nombre de Puntillo, lo hirió de gravedad en el recto.
(3) Presentó por primera vez sus toros en Madrid el (28-03-1853), teniendo la ganadería su origen en la que hacia el año 1790 fundó don Julián de Fuentes, quien, a su vez, presentó sus toros por vez primera en Madrid el (16-09-1822), pero ya lo había hecho el (10-10-1813).
5.5. Bailaor:
Juan Silveti Mañón remató la tarde del día (07-02-1915), dos poderosos toros, llamados Platillero y Bailaor, ambos de la famosa ganadería zacatecana (Estado de Zacatecas, México) de San Mateo, de don Antonio Llaguno González (4) –su antigüedad es de 1912, con divisa: Rosa y blanco-, que fueron muy bravos y nobles, lidiado por el propio matador mexicano en su beneficio. En esa corrida, quedó grabado el nombre de Bailador , en la mente de todos los aficionados de aquella época, que asistieron al coso de la ciudad de México, D. F., ya que, además de su bravura y nobleza, protagonizó el caso insólito de que matar siete caballos, mismos que quedaron esparcidos por la arena, sin que los espectadores dieran crédito a lo que estaban viendo.
(4) Esta ganadería tiene un glorioso historial, habiendo sido la predilecta de los toreros españoles y mexicanos, aficionados y empresarios, figurado en él centenares de toros de bandera que han dado nuevos prestigios a la divisa.
6.6. Bailaor:
Bailador famoso por haber herido de muerte a Joselito El Gallo El (16-05-1920) -el año que murió Antonio Carmona y Luque, Gordito-, Bailaor, de una ganadería, no inscrita en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, de la señora Viuda de Ortega, hijo de Canastillo, de pelo negro; de escaso tamaño, presencia y trapío, lidiado en quinto lugar en la plaza de Talavera de la Reina (Toledo), la fecha señalada y durante la faena de muleta hirió de tal gravedad al famoso matador José Gómez (Joselito), que falleció en la enfermería de la plaza a los pocos minutos de la cogida. Le tocó el triste papel de cerrar los ojos de Joselito, en la misma enfermería de la plaza de Talavera de la Reina, a su cuñado y compañero de terna, Sánchez Mejías, quien ese día toreaba mano a mano con su cuñado el día de la tragedia.
En la página número 413 del libro multicitado «Sevilla en tiempos de Joselito y Belmonte», de don Nicolás Salas, el lector cuenta con una fotografía de Joselito, frente a frente con Bailaor, el toro asesino, en la plaza de Talavera de la Reina. «ABC» de Madrid llevó a su portada del (18-05-1920) la fotografía de la cabeza del toro Bailaor. La madre del toro asesino de José se llamó Bailaora y era oriunda del duque de Veragua. El padre, Canastillo, toro semental, que procedía de la ganadería de Santa Coloma, padre de Bailador -la madre se llamó Bailaora, oriunda del hierro de Veragua-, que mató en Talavera de la Reina a Joselito (el Gallo). Bailaor era de una ganadería, no inscrita en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, de la señora Viuda de Ortega, hijo de Canastillo, de pelo negro; de escaso tamaño, presencia y trapío, lidiado en quinto lugar en la plaza de Talavera de la Reina (Toledo), la fecha señalada y durante la faena de muleta hirió de tal gravedad al famoso matador José Gómez (Gallito), que falleció en la enfermería de la plaza a los pocos minutos de la cogida. Le tocó el triste papel de cerrar los ojos de Joselito, en la misma enfermería de la plaza de Talavera de la Reina, a su cuñado y compañero de terna, Sánchez Mejías, quien ese día toreaba mano a mano con su cuñado.
7.7 Bailaor:
Tan pronto llegó a España, Fermín Espinosa Saucedo (Armillita) toreó en la Plaza de Toros Monumental de Barcelona, para doctorarse y la ceremonia tuvo lugar el (25-03-1928), siendo el padrino su hermano Juan (Armillita), toreando con ellos Vicente Barrera; el toro de la alternativa, como los restantes de la corrida, fueron de don Antonio Pérez (5), de San Fernando (Salamanca) y el cedido por Juan a Fermín, lógicamente el primero, Bailaor, fue negro y marcado con el número 55. Lástima que ninguno de los toros se prestaron al lucimiento, pero Armillita chico dio la vuelta al ruedo entre una clamorosa ovación, con el de su doctorado.
(5) Debutó como ganadero en la Plaza de Toros de Alicante el (07-07-1911), siendo Manuel Mejías (el Padre Negro) el diestro que lidiara su primer toro, de nombre Marqués, cuya cabeza se conserva en su dehesa de San Fernando.
8.8. Bailaor:
A lo largo de la fascinante historia humana, que ha dado vida a la Tauromaquia, han sido incontables los diestros que tuvieron un destino infortunado, pero todos vivieron sus respectivas profesiones entre la gloria y la tragedia, cuando no, padecieron situaciones que alimentaron la generalizada superstición en que siguen viviendo la profesión la mayoría de ellos. Tal fue el caso del infortunado matador José Luis Bote Romo –nacido en Madrid el (29-07-1967)-, quien en su primera corrida del año, celebrada en la Plaza de Toros de su ciudad natal el (17-05-1992), en la Feria de San Isidro, un toro de don Alonso Moreno de la Cova, llamado Bailaor (*) –nombre de triste recuerdo- se cruzó desgraciadamente en su camino, y tan descompuesto de jechura como distraído constantemente, escupió con rabia mansa los puyazos, en uno de los cuales se arrancó inesperadamente al diestro, lo desarmó e hizo hilo tras él. Intentó sin éxito saltar el olivo, y en aquel momento el toro le tiró la típica cornada en alto que dan los mansos, alcanzándole en la espalda. Cayó al suelo el torero y todos los presentes pensaron que ya no podría levantarse. La gorrilla del monosabio Eduardo Vallejo (el Pimpi) voló por los aires para hacer un quite providencial al torero. Le salvó la vida porque contra el estribo y tan entero el bicho hubiera ocurrido lo irremediable. Cuando era llevado por el túnel de la enfermería se quejaba de no sentir las piernas. El pitón de Bailador había penetrado, según el parte médico del doctor Máximo García Padrós, por la región posterior del tórax a nivel de la décima-undécima vértebras dorsales, produciendo fractura y luxación de ambas, con contusión medular y manifestaciones neurológicas en ambos miembros posteriores. El pronóstico no pudo ser otro que gravísimo y la recuperación se creía lentísima. Como componían el cartel Dámaso González y Emilio Oliva, debieron matar la corrida mano a mano. Contó tiempo después José Luis que “cuando el toro me hirió me quedé inmóvil. No sentía nada. Al intentar incorporarme y no poder hacerlo, todo se me vino encima, fue angustioso. En aquellos minutos me pasaron muchas cosas por la cabeza, acordándome de Julio Robles y Nimeño. Pero tras largos días sin sentir las piernas. A los seis días, cuando las sentí, fue como volver a nacer.”
9.9 Bailaor:
Don Salvador Domecq y Díez, al separarse de sus hermanos, en 1968, llevándose la tercera parte que le correspondió por herencia, formó la ganadería de “Toros de El Toreo”. En 1970, don Salvador Domecq y Díez, cambió el hierro por el que utiliza actualmente (2003), manteniéndose intacta en sus orígenes. Una vez más, la vacada que regenta D. Salvador Domecq, ha seguido teniendo una extraordinaria regularidad, lidiando muchos toros con notable éxito. Y es que la nobleza de su encaste es muy del agrado de los toreros, ya que saben de antemano de las muchas posibilidades de lograr éxitos. La referida independencia de D. Salvador, cuando en 1968 formó su propio hierro con el citado tercio de la ganadería originaria, la ubicó en la parte de la finca “Jandilla” que por herencia le correspondía. Los toros de El Toreo se encuentran repartidos en dos fincas contiguas, situadas en el término de Vejer de la Frontera (Cádiz). La primera es Jandilla, donde tiene la tercera parte del cortijo original. Son 340 hectáreas de dehesa y labor de riego, en las tierras desecadas de la célebre laguna de La Janda. La otra es “El Torero””, con 300 hectáreas de vega de arroz y el resto, hasta completar las 900 totales, destinadas a pastos para el ganado. El conjunto de ambas acoge a más de 500 vacas de vientre y cincuenta sementales, más los toros, novillos y resto de camadas de menor edad. Lo que se dice, una superpoblación animal, con escasas posibilidades para que los toros pueden realizar una buena gimnasia funcional.
En 1999 lidió, 73 astados; en el 2001, 68; en 2002, 71; en 2003, 68 toros, a los que les cortaron 52 orejas y 5 rabos: 6, en Córdoba; 2, en Granada; 3, en Alicante; 6, en Vitoria; 6, en Málaga; 6, en El Puerto de Santa María; 1, en Bilbao; 1, en Benalmádena; 4, en Zalamea la Real; 6, en Cehegin; 6, en Logroño; 6, en Vera; 6, en Albarán; 6, en Lorca; 3, en Bayona y 1 en Jerez de la Frontera. Fueron toros notables: Ofensivo, núm. 65, en Córdoba. Sotero, núm. 94, en Vitoria. Bailaor, núm. 28, en Málaga. Orondo, núm. 52, y Alicantino, núm. 130, en El Puerto de Santa María. Borracho, núm. 7, en Logroño. Enrejado, núm. 74, en Vera. Valentón, núm. 11, en Jerez de la Frontera.