Toros Notables
Entrega número 51 - Bordador...Borracho
199.1 Bordador:
El supuesto Bordador llamado Vivorillo. El (05-06-1880) se inauguró oficialmente la Plaza Real de El Puerto de Santa María (Cádiz), con una corrida en la que alternaron en un mano a mano los diestros Antonio Carmona (Gordito) y Rafael Molina (Lagartijo), lidiando ganado de Anastasio Martín. Aunque parezca increíble –la historia de vez en cuando nos juega una mala pasada-, el primer toro lidiado en dicho coso el día de su inauguración no fue Bordador, cuya cabeza aparece en los salones del antepalco presidencial -que, por cierto, costó 500 reales disecarla-, ya que ocupó el segundo lugar en orden de salida y fue rematado por Lagartijo. El primer toro se llamó Vivorillo, de pelaje retinto, de seis años y bien puesto, según el informe aprobado por los veterinarios señores Manuel Prada y Manuel Ordóñez, y fue estoqueado por Gordito.
Todo ello se debió a que tras las muerte del primer toro, nadie se percató –valdría mejor decir que fue un fallo de los organizadores-, de que había que cortar la cabeza de tan célebre astado para inmortalizarla, o bien que los nervios y otras preocupaciones propias del evento, la realidad es que se dieron cuenta del olvido, ya no fue posible rescatarla, pues los matarifes y carniceros la habían descuartizado. El fallo se corrigió con Bordador y desde entonces hasta nuestros días, quedó como el de la inauguración de nuestro histórico coso. Queda así rectificada una verdad histórica.
200.2 Bordador:
De la señora doña Dolores Monge, viuda de don Joaquín Murube, se lidió en Madrid el (30-04-1882), el astado de nombre Bordador. Al salir Juan Molina en falso para clavarle par, resbaló y cayó. El bicho hace por el bulto y lo recoge y voltea, infiriéndole dos heridas, una en la región glútea izquierda y otra en la nariz.
201.3 Bordador:
El (19-01-1930), el diestro mexicano Heriberto García, le realizó una gran faena a Bordador, de la ganadería mexicana de La Punta (59), en El Toreo (ciudad de México, D. F.), cortándole las dos orejas y el rabo, gracias a la bravura y nobleza del referido astado.
(59) El origen de la sangre de la ganadería mexicana de La Punta es notablemente antiguo. Se inició con don Nicolás Madrazo, nacido en Santander (España), casado con doña Luisa Carral. Heredó la ganadería el hijo de ambos, don Ignacio Madrazo Carral, español que se casó con doña Carlota García Granados, mexicana de nacimiento e hija de españoles. Don Ignacio compró La Punta al señor José Alonso, español, que a su vez la había adquirido de don Pedro Rincón Gallardo.
202.4 Bordador:
Toro negro meano, de la vacada española de don Juan Terrones (60), llamado Bordador, fue lidiado en Madrid el (26-06-1932). Tomó cuatro varas alegremente, llegando al final con idénticas características.
(60) Su verdadero nombre es el de don Juan Sánchez- (Salamanca), con divisa blanca y señal: zarcillo en la oreja izquierda y muesca y horca en la derecha, tiene el mismo origen que las de sus sobrinas doña y Carlota y doña María Sánchez, sin la parte de reses de don Juan Muriel. Fue heredada de su padre don Ildefonso Sánchez Tabernero una porción de su ganadería, y en 1920 adquirió una parte de la vacada fundada por don Juan Contreras, en 1907, formada con vacas y sementales de los herederos de don Joaquín Murube, siendo actualmente esta sangre, pura de Vistahermosa la que predomina en todos sus astados; si bien la antigüedad de la ganadería es del (12-10-1882), que le viene de don Juan Muriel.
203.5 Bordador:
El (05-02-1958), fueron lidiados en la plaza de Puebla de los Ángeles (México), tres toros: Bordador, Gitano y Contador, de la ganadería mexicana de Campo Alegre, en una tarde de apoteosis, en que Guillermo Carvajal, el famoso Chicharrín, Miguel Ángel García y Joselito Huerta, les cortaron los apéndices, saliendo todos en hombros, así como el ganadero.
204.6 Bordador:
El (14-09-1958), se lidiaron en la plaza de toros de Ciudad Juárez (México), los toros: Bordador, Hechicero y Sabroso, todos de la ganadería zacatecana de Arroyo Hondo, de don José Julián Llaguno, que resultaron extraordinarios. Fueron lidiados por los espadas mexicanos Alfonso Ramírez (El Calesero) y Joselito Huerta, que los desorejaron, dándosele a los tres la vuelta al ruedo en el arrastre. El mismo día, fue lidiado en la plaza México, el ya citado, Adivino, con el que hizo su presentación el ganadero mexicano don Javier Garfias de los Santos. Fue un novillo extraordinario que correspondió al diestro Jesús Peralta, que le ejecutó una faena magistral, misma que fue premiada con las orejas de su bravo y noble enemigo.
205.7 Bordador:
El (09-10-1993), recibió la alternativa en la plaza de Pachuca (Hidalgo, México), el diestro mexicano Alfredo Ríos (El Conde), siendo su padrino el hispano Pedro Gutiérrez Moya (El Niño de la Capea), y de testigo David Silveti, con Bordador, de la ganadería mexicana de Huichapan (61).
(61) Propiedad del Lic. Adolfo Lugo Verduzco, escrupuloso ganadero mexicano que «al parecer se ha despojado de ese síndrome que padecen casi todos los criadores de reses bravas que envían su ganado a que sea lidiado en la plaza de toros de mayor importancia y jerarquía en el Continente americano, la plaza de toros México, con muchos kilogramos, que luego a la hora de jugar en el ruedo son víctimas de su propia creencia o temor y nos damos cuenta que esos mismo toros, sin el excedente de esos kilogramos de filetes traicioneros, hubieran dado mejor resultado, con más recorrido y también un mejor juego.» (C.T.I Addiel Bolio, La Afición, miércoles 29 de marzo de 2000).
206.1 Borrachito:
El (19-04-1942), confirmó su alternativa el mexicano Edmundo Zepeda, en la plaza El Toreo de Cuatro Caminos (ciudad de México, D. F.), llevando como padrino a David Liceaga y de testigo a Andrés Blando, con Borrachito, de la ganadería zacatecana de San Mateo.
207.1 Borracho:
Manuel Domínguez (Desperdicios), a la sazón famosísimo diestro, y José Carmona (El Panadero), alternaron en la Plaza de Toros de Saint-Spirit (Bayona, Francia), también el lunes día (22-09-1856), llevando en sus cuadrillas a los picadores José Muñoz, Pedro Romero (el Habanero), Juan Martín García (el Pelón), Antonio Calderón y José Barrera Trigo. De banderilleros nada se dice. Esta segunda jornada fue más notable. Las cuadrillas tuvieron el honor de ser recibidas en Villa Eugenia. El Emperador y la Emperatriz las acogieron con todo agrado. A los miembros de la cuadrilla de Manuel Domínguez les entregaron un alfiler con una esmeralda rodeada de diamantes destinado al espada, que guardaba aún cama por la herida. El Panadero recibió otro alfiler en el que figuraba un globo rodeado de dos serpientes en diamante. Cada uno de los restantes toreros fue gratificado con la cantidad de 1.000 reales. Y, muy amable la Emperatriz les presentó al Príncipe Imperial, que entró en la sala en brazos de su nodriza.
Los toros, también de don Nazario Carriquirri, fueron más bravos que los de la víspera; las cuadrillas tuvieron que esforzarse mucho para lidiarlos y la emoción llegó al máximo cuando el tercero de la tarde enganchó a Domínguez y le hirió en la parte superior del muslo. Veámos lo que escribió Gautier:
“Pasaremos a la ligera las proezas de Borracho y de Gavilán, que se comportaron bastante bien, para ocuparnos de Capitán, un toro tuerto, muy adusto y muy peligroso, que fue picado hasta diez veces, y que había conservado todo su vigor después de tanto castigo. Los toreros estaban en guardia, temiendo cualquier percance, y Domínguez había ya propinado a la terrible bestia una estocada a volapié, cuando en una rápida acometida le enganchó por la ingle, teniéndolo suspendido algunos segundos que parecieron siglos. Chulos y banderilleros se precipitaron sobre el animal, tirándole de la cola, cogiéndolo por el cuerno que había dejado libre, con el riesgo de ser también ensartados, y libraron así a su jefe de esta terrible situación. Una tremenda angustia oprimió todos los corazones, pero el hombre, a quien se creía muerto, se levantó con un movimiento de soberbia valentía, volvió a coger su espada y, en contra de la opinión de espectadores, que de todas partes le gritaban que se retirase, marchó intrépidamente contra el monstruo, al que mató, después de algunos pases, de una magnífica estocada.
Cuando la bestia hubo rodado a sus pies, Domínguez se retiró a paso lento, porque la herida de su muslo debía comenzar a hacerle sufrir, envolviéndose en su muleta como un emperador romano en su púrpura, con un incomparable aire de majestad, en medio de las aclamaciones y de aplausos frenéticos de los espectadores entusiasmados. Después de semejante emoción, el resto de la corrida tenía que resultar necesariamente anodina: Tambor, Trabuco y Alevoso fueron despachados, con mejor o peor suerte por El Panadero. Se sabe que de aquella cogida, el célebre matador dio la siguiente explicación, en una carta que escribió a Luis Carmena y Millán: Fui cogido dando un pase de pecho en las barreras, y como un pedazo de capa se enganchase en el cuerno derecho del toro, éste, al tener la vista obstruida, no obedeció a la muleta, y fui enganchado por la ingle y herido.
En su Relación, Gautier describe así a Domínguez: “Es un hombre de unos treinta y cinco años, de elevada estatura, apariencia vigorosa; espesas barbas, que arrancan de los extremos de la boca, proporcionan a su rostro una expresión de valor inquebrantable.” La conducta del matador de toros en esta circunstancia estuvo de acuerdo con su retrato. La impresión que dejó fue enorme, como lo atestigua esta nota, aparecida en el Messager del 25 de septiembre:
“Ha sido por inadvertencia por lo que en los carteles de las corridas de toros se ha añadido al nombre del célebre Manuel Domínguez la palabra Desperdicios. Este mote, que quisieran aplicarle algunos envidiosos del talento y el valor de Domínguez, no será nunca adoptado en nuestra villa, que acaba de apreciar con qué impropiedad sería aplicado al más bravo y más brillante espada de España.” De haber vivido entonces el no menos célebre diestro Domingo López Ortega, le hubiera dicho al erudito Gautier: Entienda Ud. que ese apodo es verdaderamente acertado, porque ese diestro no tiene desperdicio alguno, es materia auténticamente pura, humana, viril y artísticamente.
208.2 Borracho:
El toro de la ganadería española de don Nazario Carriquiri -presentó por primera vez sus toros en la antigua plaza de toros de Madrid el (10-07-1864)-, que llevó el nombre de Borracho, fue lidiado en Barcelona el (29-07-1877). Aguantó 22 varas, hizo dar nueve caídas y mató ocho caballos. Debe tratarse del mismo toro que reseñó don Juan Martos Jiménez (Alegría), en La Lidia (1882), del que dijo: «Borracho... era colorado, casi azafranado, ojo de perdiz...»
209.3 Borracho:
El (12-07-1996) fue lidiado, en las tradicionales corridas de Pamplona, el astado de la divisa jerezana de Torrestrella, de don Álvaro Domecq y Díez, llamado Borracho, lidiado por Jesulín de Ubrique. Fue premiado con el Trofeo Carriquiri al mejor toro de la feria por el prestigioso jurado de la Casa de la Misericordia.
210.4 Borracho:
Don Salvador Domecq y Díez, al separarse de sus hermanos, en 1968, llevándose la tercera parte que le correspondió por herencia, formó la ganadería de “Toros de El Toreo”. En 1970, don Salvador Domecq y Díez, cambió el hierro por el que utiliza actualmente (2003), manteniéndose intacta en sus orígenes. Una vez más, la vacada que regenta D. Salvador Domecq, ha seguido teniendo una extraordinaria regularidad, lidiando muchos toros con notable éxito. Y es que la nobleza de su encaste es muy del agrado de los toreros, ya que saben de antemano de las muchas posibilidades de lograr éxitos. La referida independencia de D. Salvador, cuando en 1968 formó su propio hierro con el citado tercio de la ganadería originaria, la ubicó en la parte de la finca “Jandilla” que por herencia le correspondía. Los toros de El Toreo se encuentran repartidos en dos fincas contiguas, situadas en el término de Vejer de la Frontera (Cádiz). La primera es Jandilla, donde tiene la tercera parte del cortijo original. Son 340 hectáreas de dehesa y labor de riego, en las tierras desecadas de la célebre laguna de La Janda. La otra es “El Torero””, con 300 hectáreas de vega de arroz y el resto, hasta completar las 900 totales, destinadas a pastos para el ganado. El conjunto de ambas acoge a más de 500 vacas de vientre y cincuenta sementales, más los toros, novillos y resto de camadas de menor edad. Lo que se dice, una superpoblación animal, con escasas posibilidades para que los toros pueden realizar una buena gimnasia funcional.
En 1999 lidió, 73 astados; en el 2001, 68; en 2002, 71; en 2003, 68 toros, a los que les cortaron 52 orejas y 5 rabos: 6, en Córdoba; 2, en Granada; 3, en Alicante; 6, en Vitoria; 6, en Málaga; 6, en El Puerto de Santa María; 1, en Bilbao; 1, en Benalmádena; 4, en Zalamea la Real; 6, en Cehegin; 6, en Logroño; 6, en Vera; 6, en Albarán; 6, en Lorca; 3, en Bayona y 1 en Jerez de la Frontera. Fueron toros notables: Ofensivo, núm. 65, en Córdoba. Sotero, núm. 94, en Vitoria. Bailaor, núm. 28, en Málaga. Orondo, núm. 52, y Alicantino, núm. 130, en El Puerto de Santa María. Borracho, núm. 7, en Logroño. Enrejado, núm. 74, en Vera. Valentón, núm. 11, en Jerez de la Frontera.