Toros Notables

Entrega número 58 - (Buen-Mozo...Buñolero)

277.1 Buen-Mozo:

El toro de la ganadería española del duque de Veragua XIII, bautizado con el nombre de Buen-Mozo, fue jugado en marzo de 1856, sin que sepamos el lugar; sufrió 15 varas, mató seis caballos y dejó tres mal heridos.

278.2 Buen-Mozo:

El (28-04 1928), ratificó su alternativa en Madrid, el matador de toros, nacido en Sevilla el (05-12-1906), Mariano Rodríguez Soriano, actuando de padrino Manuel Jiménez (Chicuelo II) y como testigo Martín Agüero. El toro de la ceremonia fue de los herederos de don José Bueno (antes Albaserrada) y se llamó Buen-Mozo, de pelo negro y con el número 45. Rodríguez le realizó una faena extraordinaria.

279.3 Buen-Mozo I:

El (11-12-1946), en la plaza del antiguo coso El Toreo, en la ciudad de México, D. F., tuvo lugar una corrida histórica, en la que se lidiaron tres toros extraordinarios, de la ganadería mexicana de Pastejé, de don Horacio Arrieta J., siendo el primero, Amapolo I, inmortalizado por Lorenzo Garza, al que le cortó las orejas y el rabo, siendo la primera vez que se enfrentaba a Manuel Rodríguez (Manolete) en un ruedo. En esa misma corrida, también Lorenzo Garza, con Buen Mozo I alcanzó un resonante triunfo al remontarse a alturas insospechadas, en tarde de decisión e inspiración, sin tomar en cuenta el enorme rival que tenía en el ruedo, (Manolete).» A este bravísimo toro le cortó las dos orejas y el rabo. Por cierto que Lorenzo, confirmó ese día la alternativa a Leopoldo Ramos, más conocido por el Ahijado del Matadero.

Manzanito cerró la histórica trilogía de esa tarde memorable, siendo un astado con romana y trapío, de encastada bravura, que desarrolló sentido, pero recibió la lidia adecuada. Manolete, que fue su matador, brindó la faena a La Porra, grupo caracterizado por su intransigencia y parcialidad, que hostilizaba al inolvidable Monstruo de Córdoba, para realizar una gran faena, plena de poderío, en la que dio cátedra del pase natural en todas sus formas posibles. Al final de la faena llevó al magnífico toro, con pases de tirón, al tercio de La Porra y allí lo mató certeramente, ganando a ley los máximos trofeos. Un cronista de entonces escribió:

«En resumen, una magnífica corrida de toros que servirá de modelo para justipreciar futuros encierros y un triunfo grande para la divisa amarilla y negro: Amapolo, Buen Mozo I y Manzanito, son nombres que deben figurar junto a Andaluz; Clarinero y Tanguito.» Por la noche, los partidarios de Lorenzo Garza y Manuel Rodrí-guez (Manolete), se dieron de golpes en el popular café de las calles de Bolívar, conocido por el Tupinamba, el que destrozaron en gran parte.

Sin embargo en esa corrida, recibió la alternativa Leopoldo Ramos (Ahijado del Matadero), en la plaza México, como quedó ya citado, de manos de Lorenzo Garza y ante la presencia de Manuel Rodríguez (Manolete), con el toro, llamado Monaguillo, de la ganadería mexicana de Pastejé. Esa misma tarde, Garza le cortó los rabos a los toros Amapolo I y Buen Mozo I, y Manolete una oreja a Murciano y el rabo a Manzanito.

280.4 Buen-Mozo II:

El (19-01-1947), en la temporada de 1946-47, en la plaza México nos trajo a la memoria los escandalosos e inolvidables de Lorenzo Garza, lo mismo izando los rabos pastejeños de Amapolo II y Buen Mozo II, en la referida y triunfal tarde del (11-12-1946), junto a Manolete, que provocando la mayor bronca jamás registrada en los anales del coso capitalino. Fue, como se señaló, la segunda y última temporada de Manolete en México (menos exitosa que la anterior), puesto que, en seis tardes, sólo cosechó el Monstruo cordobés tres orejas y dos rabos; pero no menos intensa en triunfos, sobre todo si nos atendemos a sus gloriosa faenas a Murciano y Manzanito, de Pastejé, la fecha ya citada, y nos trajo también la histórica faena de Armillita, con Nacarillo, de Piedras Negras; de hecho el último de sus trasteos de primerísimo rango ante el público de la capital.

281.5 Buen-Mozo:

El (08-02-1959), el diestro mexicano José Ramón Tirado fue herido de gravedad en la pantorrilla derecha por Buen Mozo. Lo importante de ese festejo fue que recibió la alternativa el diestro mexicano Emilio Rodríguez Vela, en la plaza México, llevando como padrino a Jorge (El Ranchero) Aguilar y de testigo a José Ramón Tirado, con Señorito, de Rancho Seco.

282.6 Buen-Mozo:

El (21-08-1960), en la plaza de El Toreo de Cuatro Caminos (ciudad de México, D. F.), al estar toreando de muleta al cuarto toro de la ganadería de Ayala, Buen Mozo, Carlos Vera (Cañitas), sufrió una gravísima cornada en el muslo derecho, teniéndole que ser amputada la pierna seis días después. El mismo día y año, en la plaza de toros de San Sebastián (España), Violinista, de la ganadería de don Antonio Pérez, le infirió una grave cornada en la ingle derecha al matador mexicano-norteamericano, Jesús Córdoba.

283.1 Bufano:

El toro colmenareño -Colmenar Viejo, Madrid-, llamado Bufano, de la antigua ganadería española de don Félix Gómez, fue lidiado en la Monumental de Madrid el (04-10-1866). Enganchó a Salvador Sánchez Frascuelo (Frascuelo) en el momento de saltar la barrera, sacándole del derrote al redondel, sin otras consecuencias que el susto.

284.1 Buñolero:

José Gómez Ortega (Joselito), e Ignacio Sánchez Mejías como banderillero suyo, alternaron en la plaza de Tolosa el (24-06-1918). Joselito, tras varios años de ausencia, volvió a pisar el ruedo de la citada plaza, aunque ahora erigido en máxima e indiscutible figura del toreo, el (24-06-1918) y como aquella corrida dio mucho que hablar diremos en primer lugar, que fue todo un acontecimiento y para el festejo se contrataron toros colmenareños de los Herederos de don Vicente Martínez que fueron desencajonados la víspera de la corrida y, al medio día, ante numerosísimo público, que quedó satisfecho de la presentación de los toros, finos de lámina y bien criados. Así, pues, la presencia de Joselito en el ruedo despertó un interés enorme, reinando una gran animación en la villa desde las primeras horas de la mañana, pues llegaron trenes y tranvías abarrotados de aficionados que le dieron a la laza un ambiente apasionado y más en el momento en que el alcalde, señor Azurza, sacó el pañuelo que rompía plaza. Gallito, que venía de torear la víspera en Madrid, la corrida de la Asociación de la Prensa, con Gaona, Saleri y Fortuna, vestía un bonito traje perla y oro y fue recibido con aplausos al hacer el pasillo.

Apareció el primer toro, llamado Pinares, iniciándose la corrida que había de pasar a los anales de la historia como la peor, probablemente, de cuantas toreó Joselito en toda su vida torera. Gallito lo recibió con cinco verónicas, pero luego estuvo mediocre en los quites, y con la muleta no sólo decepcionó al público sino que le exasperó; pues tras unos pases por la cara dejó de manifiesto que el toro no veía bien, que era burriciego, o al menos hizo creer a todos, propinándole con la mayor prontitud una puñalada infame que degolló al astado, escuchando una respetable bronca.

El segundo toro, de nombre Farolero, castaño claro y buen mozo, con las agujas muy levantas, arremetió de salida contra un caballo, produciendo un espectacular derribo. El toro era poderoso y derribó en las cinco varas que recibió, matando dos caballos. Joselito, muy movido, lo lanceó, oyendo protestas, y estuvo al quite en cada tumbo, exponiéndose mucho en algunos, pero no pudo evitar que el toro levantase colgado de un pitón a uno de los picadores, pero todo quedó en un susto. La casta indiscutible de Farolero creó verdaderos problemas en la suerte de varas, pero Sánchez Mejías, no tuvo la menor dificultad para colocarle dos soberbios pares de banderillas, que fueron aplaudidos con entusiasmo.

Joselito comenzó la faena con un ayudado por alto magnífico, para continuar con un natural inmenso, de los suyos, inimitable, al que siguió una serie de pases por bajo, dominadores, perfectos, arrodillándose en uno para adornarse tocando un pitón. Lo preparó con unos pases, para seguidamente tirarse a matar, cobrando una entera, algo caída, de la que rodó el toro sin puntilla. Hubo ovación y oreja para el diestro sevillano, que parecía enderezar sus malos pasos iniciales. Más todo fue ilusión vana, pues en el tercero, otro buen mozo, berrendo en castaño, se volverían lanzas las cañas, oyendo pitos desde que comenzó a veroniquearlo, pues no dejó de moverse y perdió la quietud.

El animal, muy poderoso, derribó con fuerza interviniendo Joselito, en quites plenos de alegría y arte. Tomó los palos a petición del público y colocó el primer par de forma mediocre, dejando que continuaran sus subalternos. Con la muleta se le vio desganado en una faene vulgar, desarrollada toda ella en medio de una formidable bronca, con el público totalmente desilusionado por la actuación del diestro, que pinchó dos veces, entrando con mal estilo para luego, al arrancársele el toro, propinarle un feo estoconazo, reavivándose la bronca. En un intento de descabello llegó a pinchar en el cuello de la res y entonces le bronca se hizo escandalosa. Consiguió descabellar bajo una impresionante pitada.

En el cuarto toro, llamado Buñolero, parece que José quiso desquitarse del fracaso anterior. Le dio una verónicas notables, realizó unos bonitos quites y trató de hacerse gustar con las banderillas. Seguidamente le brindó el toro a los aficionados de los tendidos de sol y realizó una faena muy movida, que a nadie gustó y las esperanzas del público se derrumbaron. Al abandonar la plaza, Joselito fue objeto de una gran pita, acompañada de lanzamiento de almohadillas y naranjas. Constituyó un rotundo fracaso esta corrida con la que tanto habían soñado los aficionados de Tolosa. A Joselito, al parecer, le desconcertaron aquella amarga tarde, dos factores: la pequeñez excesiva de la plaza y la extremada blandura del piso.

285.2 Buñolero:

Al terminar la temporada de 1918, para toda la afición sevillana, su diestro Ignacio Sánchez Mejías, estaba ya cuajado y era candidato seguro a la alternativa. Efectivamente, el 16 de marzo de 1919, en la plaza de Barcelona, Joselito, ya su cuñado, le cedió la muerte de Buñolero, siendo testigo de la ceremonia Juan Belmonte, y el astado de la ganadería de los hijos de don Vicente Martínez. Su actuación en este toro no pudo ser más lucida. Toreó de capa, banderilleó y muleteó magistralmente y, finalmente, mató de una buena estocada. Le concedieron la oreja de Buñolero y fue muy celebrado. En el segundo toro estuvo, asimismo, muy afortunado y salió de la plaza a hombros de sus entusiastas. Contrató ese año más de ochenta corridas y, por diversas causas y accidentes, toreó tan sólo cincuenta.

286.3 Buñolero:

Su nombre había sido anunciado: Buñolero, y salió por la puerta de chiqueros su divisa amarilla encarnada y verde y su hoja de higuera en la oreja derecha, perteneciente a la ganadería española de don Félix García de la Peña, fue corrido el (06-10-1933) en la Plaza de Toros de Zafra (Badajoz, Extremadura), tomó seis varas y ocasionó tres tumbos, continuando los otros tercios con gran estilo y bravura. La ganadería brava de don Félix García de la Peña, estaba ubicada en Almendralejos, y se formó por don Ildefonso Sánchez Tabernero con reses procedentes de Gaviria y de don Juan Muriel, a las que agregó después otras del marqués de Salas, cruzándola con sementales de Contreras. Más tarde los nietos de don Ildefonso la aumentaron con vacas de su tío el marqués de Llen, y al dividirla aquéllos correspondió una parte a don Antonio Sánchez Rico, el que la aumentó con una punta de vacas de Albarrán. Al deshacerse el señor Sánchez Rico de la ganadería la adquirió don Félix García de la Peña.
 


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