Toros Notables
Entrega Número 71 - (Campanero)
89.1 Campanero:
El toro de la ganadería española de don Antonio Hernández, llamado Campanero, que se lidió en Gandía (Valencia) el (16-10-1881), sin volver la cara tomó 16 varas (*) y mató cinco caballos, mereciendo por su bravura ser banderilleado por Ángel Pastor y Salvador Sánchez Povedano (Frascuelo), matándolo el primero de una magnífica estocada a volapié.
(*) Cayetano San remató el toro, de nombre Chaparro, de don Mariano Téllez de León, de Colmenar Viejo (Madrid), el (28-04-1851), primero de la relación de los 80 toros que aguantaron tal número de varas, de Juan Martín (el Pelón ) y Juan Álvarez (Chola). Y el último lo remató Emilio Torres Reina (Bombita), que le hizo en la Plaza de Toros de Málaga, el (26-05-1895), al sexto toro de la tarde, de don Rafael Surga, llamado Vendaval, negro, una gran faena, matándola de una gran estocada y un descabello. Aquella tarde demostró sobradamente que ya era todo un matador de toros, temible para muchos. Los enemigos de Guerrita creyeron encontrar en él un nuevo rival que esgrimir contra el Califa II, al que tantos rivales opusieron, y que uno tras otro fueron derrotados. De la misma ganadería se lidió también a Espejito, que tomó 16 varas y mató seis caballos, llegando a la muerte tan entero como cuando salió del toril.
(**) La lista compuesta por los 65 toros notables que mataron 5 caballos la inició el toro llamado Gigante, lidiado a muerte por Julián Casas (el Salamanquino), en la Plaza de Toros de Madrid la tarde del (07-07-1856), fecha en que debutaron en la Corte los “saltillos”, con divisa celeste y blanca adoptada definitivamente la señora viuda de Lesaca sobre el año 1837, anunciándose los carteles de la siguiente manera:
“Se lidiarán seis toros de la ganadería de D. José Picavea de Lesaca (hoy propiedad del marqués del Saltillo, vecino de Carmona), con divisa celeste y blanca, que acaban de llegar con otros varios de otras ganaderías andaluza.” Y de la citada corrida, que mereció el aplauso del público, sobresalió por su codicia y poder el toro, llamado Gigante, cárdeno entrepelado, fino de cabos y de fiero empuje, que recibió 16 varas, derribando nueve veces a los picadores y matando cinco caballos, fue rematado por el Salamanquino.
El crítico y escritor taurino don Tomás Orts Ramos (Uno al Sesgo), definió en una corta frase, a finales del siglo XIX, las características de los toros del marqués del Saltillo VII -fallecido en Sevilla el (*22-03-1918)-, refiriéndose a un astado, de pelaje negro mulato, de esa ganadería que tenía sendas manchas blancas en la parte inferior de los ojos -que llevan el nombre de negro llorón-, diciendo: «Hay un negro mulato, llorón, coliblanco, tocadito de pitones, que es un saltillo puro», que es lo mismo decir al «puro tipo de los Vista-Hermosa», ya que el marqués del Saltillo adquirió la vacada procedente de don Salvador Varea que a su vez, como las adquiridas por don Ignacio Martín y Pedro Lesaca, procedían de don Juan Domínguez (alias el Barbero de Utrera), en línea directa del conde de Vista-Hermosa. Y cierra el listado el novillo negro, de la ganadería de don Francisco García Natera, que se llamó Cocinero, lidiado en Madrid el (02-10-1932). Rompió de salida las tablas al perseguir a un peón. Tomó cinco puyas, desarrolló gran sentido y se hizo dueño del redondel. Fue largamente ovacionado en el arrastre.
90.2 Campanero:
El cornúpeto negro, calzón (*), llamado Campanero, de don Graciliano Pérez Tabernero, jugado en San Sebastián el (15-08-1927), se mostró codicioso en todos los tercios, mereciendo grandes aplausos.
(*) Se aplica el término al toro paticalzado al que la mancha clara le llega más arriba de la rodilla. Ejemplo: “Campanero, negro, calzón, coletero, número 55, de don Graciliano Pérez Tabernero…” (Uno al Sesgo y Don Ventura. Toros y toreros en 1927.)
91.3 Campanero:
El (25-07-1946), en que hizo su debut en la “Plaza México”, la ganadería mexicana de Chinampas, fueron lidiados los novillos siguientes: Campanero, sobresaliendo notablemente, por lo que fue muy ovacionado por el público, al igual que sus hermanos de dehesa: Arrogante, Minuto y Codicioso, desde que apareció al ruedo, dada su bella, fina estampa y trapío, fue lidiado por el novillero español, José Laurentino Rodríguez (Joselito), en una apoteósica presentación, cortándole el rabo, haciéndole también un faenón al extraordinario Minuto, que malogró con la espada. Ofreció al diestro una lidia ejemplar y fue ovacionado en el arrastre. En este festejo se lidiaron 8 novillos de la ganadería mexicana antes citada. Arrogante, mereció una larga aclamación del respetable. Fue codicioso con los caballos, acusando su raza y fortaleza de riñones, al recargar constantemente a pesar del duro castigo que le propinaron, derribando dos veces con aparatosidad a los piqueros en turno.
92.4 Campanero:
Alfonso González Olmo (Chiquilín), matador de toros, nacido en Córdoba el (27-02-1933), que en la temporada de 1958, y luego de actuar en seis funciones, tomó la alternativa en Cabra (Córdoba), el (08-09-1958), de manos de Antonio Ordóñez, que le cedió la muerte del toro, llamado Campanero, de pelaje jabonero claro, marcado con el número 50, de don Álvaro Domecq y Díez, y de testigo Chamaco. Esta alternativa la confirmó en Madrid el (29-04-1959), de manos de Marcos Celis, quien le cedió la muerte del toro, llamado Pies de Gamo, de pelaje negro, herrado con el número 134, de los Herederos de Flores Albarrán. La ceremonia resultó fuera de ambiente y casi por sorpresa, ya que Chiquilín fue incluido en el cartel en una sustitución de última hora y su trabajo careció de lucidez.
93.5 Campanero:
El (04-07-1965), fue indultado Campanero, de la ganadería mexicana de Atenco (*); este bravísimo astado, en el ruedo de Nogales (Estado mexicano de Sonora), cupiéndole en suerte su lidia al espada Emilio Sosa. El toro fue reintegrado al campo bravo de Atenco, dando excelentes crías y padreando en el momento actual.
(*) Su antigüedad es del año 1552. Divisa: Azul celeste y blanco, iguales a los del marqués del Saltillo en España. El (05-03-1988), falleció en la ciudad de México, D. F., el propietario de la famosa y antigua ganadería mexicana de Atenco, don Juan Pérez de la Fuente. El origen histórico de los toros que se lidiaron en la Plaza de Toros de San Pedro, y, en general, de todos los que se corrieron en las restantes plazas de las naciones Latinoamericanas, estuvo sustentado en dos casos típicos que influyeron decididamente en la formación de las ganaderías americanas. El primero se inició a raíz de la conquista, cuando el licenciado Juan Gutiérrez Altamirano, pariente de Hernán Cortés, obtuvo como repartimiento el pueblo indígena de Calimaya, que con todo su término y otras rancherías que adquirió en el valle de Toluca constituyó la hacienda de Atenco. Entre el ganado que para poblarla hizo llegar de España se encontraban doce pares de toros y vacas navarros, que fueron el fundamento de la célebre ganadería que ha llegado hasta nuestros días conservando fielmente las características del ganado de su procedencia.
Los segundos propietarios de «Atenco» fueron los familiares de Cervantes, parientes de los condes de Santiago y barones de Calimaya, quienes se esmeraron en la selección del ganado y mejoraron notablemente las condiciones de éste, hasta que pasados dos siglos, y concretamente de 1877, don Ignacio Cervantes, sobrino del último conde de Santiago, como después citaremos, vendió la famosa hacienda a don Rafael Barbosa Arzatew, fundador de las ganaderías mexicanas de «San Diego de los Padres» y de «Santín», ganaderías que siguen en antigüedad a la de «Atenco.»
94.6 Campanero:
Con Campanero, de la ganadería mexicana de Santacilia, en la Plaza de Toros de Irapuato (Guanajuato, México), la tarde del (19-11-1971), Mariano Ramos se doctoró de manos del ya famoso Manolo Martínez, siendo testigo el diestro de Barbate de Franco (Cádiz), Francisco Rivera (Paquirri).
95.7 Campanero:
El (10-12-1971), se corrió en la “Plaza México” un novillo de la ganadería mexicana de don Manuel De Haro (*), llamado Campanero, que le correspondió a El Húngaro y por su bravura y nobleza se le dio la vuelta al ruedo a petición del público que no dejó de ovacionarlo.
(*) La ganadería mexicana de tlaxcalteca (Tlaxcala, México), de don Manuel de Haro obtuvo su cartel el (10-06-1971). Para el matador mexicano Jorge de Jesús (El Glison), «la ganadería De Haro es una de las más interesantes de nuestro país (México). Los astados de esta dehesa, en cuanto a belleza física y formas anatómicas, son, para la comodidad de los toreros, los que se les conoce en el argot taurino con el mote de muñecos. Son preciosos, de comodísima encornadura, de pintas llamativas y de hermoso colorido, de estatura y largo ideal, de pezuñas y extremidades finas y bien cortadas, y hasta tienen cara de buena gente. Uno los ve, y se enamora de ellos. Hasta que los conoce por dentro y de frente», dice Jorge de Jesús.
Sin embargo, la referida «comodidad de los toreros», con esos «muñecos», no parece estar de acuerdo con lo que El Glison señala des pues: «Si hay en México un tipo de toro con el cual hay que estar constantemente al acecho de su comportamiento, sería un De Haro. Nunca brindan una embestida idéntica entre sí, la primera puede ser corta, la segunda larga, la tercera más corta y la cuarta larguísima; se puede vencer por un lado o por el otro y luego pasar totalmente franco. Son toros que siempre están pensando lo que están haciendo, siempre intentando descubrir el engaño, siempre discerniendo lo que sucede. Por eso mismo los toreros no pueden dar por sentado que se han hecho dueños de un toro De Haro»... ni que fueran los miuras mexicanos.
96.8 Campanero:
El (02-12-1973), fue indultado en la “Plaza México”, llamado Campanero, de la ganadería mexicana de La Huertas, de don Luis Javier Barroso Chávez, que correspondiera a El Voluntario y demostrase su pujanza a lo largo de toda la lidia, llegando al último tercio en óptimas condiciones, siendo acreedor a que se le perdonase la vida.
97.9 Campanero:
El (23-02-1997), se presentó en la plaza México el rejoneador Giovanni Aloi, cortándole una oreja a Campanero, de la ganadería mexicana de Tequisquiapan, de don Fernando de la Mora. Esa misma tarde, Eloy Cavazos le cortó las orejas a Coronita, de la misma ganadería; Rafael Ortega hizo lo propio con Herrerito y se despidió de los ruedos el reconocido subalterno de a pie Jesús Morales.