Toros Notables

Entrega número 79 - (Capachito I...Caparrota II)

171.1 Capachito I:

El (13-07-1882) se lidiaron en la plaza de Madrid, dos toros notables de la ganadería de don Antonio I Miura: Capachito I, que tomó once varas (*) y mató cinco caballos, y Majano I, que recibió 12 varas y mató seis caballos. Todavía entonces poco se tenía en cuenta la labor de los lidiadores.

(*) Garboso abrió la relación de los veinticuatro que recibieron tal número de varas, la tarde del (21-06-1857), en la que se corrieron en la antigua Plaza de Toros de Madrid toros de dos ganaderías, destacando Cigarrero, de la ganadería española del duque de Veragua XIII, que tomó 10 varas, y de un topetazo rompió los tableros y el firme; y Garboso, de la ganadería española de don Justo Hernández (después de don Faustino Udaeta), que fue muy bravo y noble, recibiendo 11 varas y matando siete caballos. Cierra la lista hasta hoy Violeto, negro y buen mozo, lidiado en la Plaza de Toros de Santander, el (25-07-1904), de la ganadería de don Eduardo I Miura, derribó en nueve ocasiones y despenó cuatro caballos. Empitonado e hirió en una corva el picador José Arana Molina (Agustín Molina). Lo mató Machaquito de una excelente estocada, y fue considerado como el mejor toro del año.

172.2 Capachito II:

El toro de los Hijos, de don Eduardo I Miura, llamado Capachito II , fue lidiado, probablemente, en la Real Maestranza de Sevilla en abril de 1917, al que Joselito recibió parándole su impetuosa salida. El toro pesó 400 kilos en canal y la estampa torera de Gallito puede verla el lector en la página número 350 de la obra: Sevilla en tiempos de Joselito y Belmonte, de don Nicolás Salas, publicada en su tercera edición, en 1998, por la Editorial Castillejos. Fotografía del archivo sevillano de don Tomás León.

173.3 Capachito:

En el ruedo de la plaza de Salamanca (Estado mexicano de Guanajuato), se lidió una novillada el (22-03-1975), en la que se desorejaron a los cinco bravos y nobles novillos, cuyos nombre por orden de salida fueron:: Salmantino, Gitanillo, Capachito, Leonés y Artista, don José Murillo Alvírez, propietario de la vaca mexicana de San Felipe Torres Mochas, ubicada en Guanajuato, con la actuación de Carlitos Arruza, haciendo gala en el difícil arte de Marialva, formando la tercia junto a Martín Obregón y David Silveti. Dio la vuelta al ruedo el ganadero.

174. Capachuelo:

La tarde del (25-09-1892) se presentó por primera vez como novillero en la Plaza Real de El Puerto el diestro sevillano Antonio Fuentes y Zurita, alternando con Emilio Torres Reina (Bombita) y Manuel Lara (Jerezano). Lidiaron tres astados del marqués de San Gil e igual número de los Hermanos Castrillón, resultando mansos, de desecho, con la excepción del 5º, que fue bueno. El cronista no aclara los nombres que llevaron los de cada ganadería, pero aunque sin merecer ocupar esta publicación, salvo la de lidiarse en la Plaza Real, fueron los siguientes: Tesorero, colorado ojinegro, nº 13. Charratelo, chorreado en verdugo, nº 2. Pies de plata, castaño bragado, astillado del izquierdo, cornidelantero, nº 6. Cerezo, retinto, coletero y bien puesto. Huerfanito, retinto, coletero y bien puesto. Capachuelo, colorado bragado, ojo de perdiz y capacho. Antonio Fuentes y Zurita y Emilio Torres Reina (Bombita), anticiparon al público de la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María el arte de los que iban a ser los dos más famosos espadas de finales del siglo XIX. Como los tres espadas quedaron bien –pero los más aplaudidos fueron Fuentes y Bombita-, destacando la gran estocada de Emilio Torres Reina (Bombita) a su primer toro, llamado Charratelo, y que por quedarse en la suerte le rasgó la taleguilla por la ingle, y que Fuentes realizó la mejor faena de la tarde al último, llamado Capachuelo, lógico fue que crónica aparecida al siguiente día reseñara que el escaso público que concurrió al espectáculo saliera del coso complacido. Los tres toros de Castrillón resultaron mansos, siendo fogueado Capachuelo. Pero ello no fue obstáculo para que Fuentes lo rematara de dos volapiés. De los astados de San Gil fue manso el primero, llamado Tesorero, regular el 3º, de nombre Pies de Plata, y buen el quinto, llamado Huerfanito, que él solito despachó cinco pencos.

De picadores y banderilleros “había un montón de cada clase; se los primeros se distinguió uno que lucía monumental sombrero que no permitía verle la cara, en un magnífico puyazo que elevó en la madre tierra, lo que le valió una ovación que se la repitieron en los toros restantes. Los segundos clavaron palos en todas partes de los toros y también en el suelo. Los toros 4º y 5º mandaron a la enfermería a dos apreciables de ellos, creemos que con ligeros varetazos. Nuestro paisano, el Niño de Curra, que figuraba por primera vez en cuadrilla, clavó al 6º un buen par de los valientes. Desagradable la tarde y bien la presidencia.” (José María Rojas Guillén. “Un día de toros” (2005).

175.1 Capanegra:

El día (12-10-1890), con Capanegra, de Eduardo I Miura, le dio la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla, a Antonio Arana, de manos de su antiguo jefe Fernando Gómez (Gallo); confirmándola en Madrid el (26-10-1890), alternando con Luis Mazzantini y Eguía.

176.2 Capanegra:

Novillo negro, de la vacada do don Antonio Campos, llamado Capanegra, fue lidiado en Valencia el (02-08-1915). Siete varas (*), tres caídas y dos caballos muertos fue su brava pelea en el primer tercio. Con la misma bravura, nobleza y poder llegó a la muerte. Había sido enchiquerado como sobrero nueve o diez veces... y en nada le afectó sus reiterados encierros. Y es que cuando los toros son verdaderamente bravos nada que se le haga les perjudica.

(*) La lista de los toros notables que recibieron siete varas alcanza la cifra de 47. La inicia el (16-09-1850) el toro, de nombre Ballenato, en el circo madrileño, originando un percance digno de mención: «Salió el cuarto toro, llamado Ballenato, negro azabache, de don Luis María Durán y cuando Puerto le colocaba la séptima vara, casi pegado a las puertas del toril, el astado recargó, elevando el derrote a una altura poco común, y enganchó al picador por la junquera de la armadura de hierro, cerca de la rodilla. De tal modo enganchó el asta, que no podía el animal desasirla de la juntura. En esa disposición llevó arrastrando al jinete hasta los medios, en donde al fin pudo sacar el pitón. El picador sólo sufrió leves contusiones al ser arrastrado, y fue objeto de una ovación de simpatía. El último hasta hoy que cierra la relación es del (02-06-1929), que se lidió en la Plaza de Toros de Valencia, llamado el novillo Calderillo, de pelo cárdeno, de la vacada perteneciente a los hijos de don Eduardo I Miura. Arrancándose de largo tomó siete varas, derribando cuatro veces.

177. Caparroso:

El (21-05-1977), en la plaza Monumental de Monterrey, fueron lidiados dos toros notables de la ganadería mexicana de Begoña, propiedad de don Alberto Bailleres: Caparroso, que fue considerado como un toro de bandera; al que Mariano Ramos, le hizo una admirable faena, dándosele la vuelta al ruedo al astado, y Cinco villas, que fue lidiado por Manolo Martínez, burel que desde que salió al ruedo dejó de manifiesto su gran bravura y nobleza, al que el matador le realizó una estupenda faena con corte de orejas.

En otra crónica puede leerse: El (21-05-1977), al toro, de nombre Botonero, de la ganadería mexicana de Begoña, de don Alberto Bailleres -lidiado también junto con Caparroso y Cinco Villas-, le pegaron con dureza (*) los de a caballo, pues chorreó su sangre hasta cubrir las pezuñas delantera, fue muy bravo y noble, creciéndose en la pelea, para que Eloy Cavazos le hiciera una faena enorme, cortándole las orejas y siendo el toro llevado al desolladero en arrastre lento. Cerró con broche de oro aquella memorable corrida, en la que se cortaron 9 orejas y un rabo, por lo que fue un gran triunfo para la ganadería de Begoña.

(*) Dureza. Cuando la tienen los toros se debe a la resistencia de sus canillas, es decir, de cualesquiera de sus huesos largos de las extremidades: «...su dureza de canillas les permite a los toros, especialmente a los de la ganadería de los Pablo Romero, no acostarse con simples pinchazos y medias estocadas.» (Manuel Serrano García-Vao, Dulzuras. Catecismo taurino.) También se lidió el ya señalado, Cinco villas, por el matador Manolo Martínez, burel que desde que salió al ruedo dejó de manifiesto su gran bravura y nobleza, al que el matador le realizó una estupenda faena con corte de orejas.

178.1 Caparrota:

El cárdeno oscuro, de la ganadería española del duque de San Lorenzo, llamado Caparrota, que fue lidiado en Madrid el (14-09-1873), tomó 10 varas (*), estoqueándolo magistralmente Salvador Sánchez Povedano (Frascuelo).

(*)Patita se llamó el toro con que se abrió la relación de los 52 toros que aguantaron tal número de varas, de los señores duques de Osuna III y de Veragua XIII, negro, bien cornado y de mucho peso. Se lidió en Madrid el (17-10-1846), en una corrida real celebrada en la Plaza Mayor. Tomó codiciosamente 10 varas, derribó muchas veces y mató ocho caballos. José Redondo (Chiclanero) ejecutó con él el salto del trascuerno. Fue muerto el bravo y noble animal por Francisco Montes (Paquiro) de una estocada al volapié y otra arrancando. La lista la cierra un novillo jabonero o charrengue, blanco sucio y amarillo, como el café con leche (Joaquín Bellsolá, Relance. El toro de lidia)-, que fue bautizado con el nombre de Avetardo, de los hijos de don Tomás Pérez de la Concha, jugado en Cieza (Murcia) el (0-08-1932).

179.2 Caparrota:

El toro, que llevó el nombre de Caparrota, de la ganadería española don José Linares, de Ciudad Real, fue lidiado en Cabra (Córdoba) el (15-08-1887) y tomó siete varas (*) y mató cinco caballos.

(*) La lista de los toros notables que recibieron siete varas alcanza la cifra de 47. La inicia el (16-09-1850) el toro, de nombre Ballenato, en el circo madrileño, originando un percance digno de mención: «Salió el cuarto toro, llamado Ballenato, negro azabache, de don Luis María Durán y cuando Puerto le colocaba la séptima vara, casi pegado a las puertas del toril, el astado recargó, elevando el derrote a una altura poco común, y enganchó al picador por la junquera de la armadura de hierro, cerca de la rodilla. De tal modo enganchó el asta, que no podía el animal desasirla de la juntura. En esa disposición llevó arrastrando al jinete hasta los medios, en donde al fin pudo sacar el pitón. El picador sólo sufrió leves contusiones al ser arrastrado, y fue objeto de una ovación de simpatía. El último hasta hoy que cierra la relación es del (02-06-1929), que se lidió en la Plaza de Toros de Valencia, llamado el novillo Calderillo, de pelo cárdeno, de la vacada perteneciente a los hijos de don Eduardo I Miura. Arrancándose de largo tomó siete varas, derribando cuatro veces.

180.3 Caparrota I:

El (19-02-1939), resultó herido de gravedad en el muslo derecho, el diestro mexicano Luis Castro (El Soldado), por el segundo astado de la tarde, Joyero, de la ganadería mexicana de Piedras Negras, en El Toreo de la Condesa (ciudad de México), alternando con Fermín Espinosa (Armillita), en la lidia de ocho toros, en la tradicional Corrida de Covadonga. Le cortó Armillita el rabo a Chaparrota I; también a Jumao, dando la vuelta al ruedo con el ganadero, también mexicano, don Wiliulfo González.

181.4 Caparrota II:

En la misma corrida celebrada en la plaza de Cali (Colombia), donde se lidió el toro Machacao II; salió también al ruedo, el (23-12-1970), Caparrota, de la prestigiada ganadería mexicana de Piedras Negras, que fue lidiado también por Eloy Cavazos, al que le cortó las dos orejas, dándosele al astado la vuelta lenta al ruedo, en unión al torero y el ganadero don Raúl González, que fueron sacados en hombros. Cortó Cavazos tres orejas.
 


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