Toros Notables

Entrega número 90 - (Cadaor....Carialagre)

268. Cardaor:

El (29-05-1881) se lidiaron en la nueva plaza de Madrid dos toros notables de un encierro de la ganadería del marqués de Salas: Cardaor, que arremetió 12 veces a los picadores, causando 6 bajas en las caballerizas, y Confitero, que le produjo una luxación del hombro izquierdo a Manuel Gutiérrez (Melones), picador de toros, nacido en Coria del Río (Sevilla). Después de torear en plazas de poca importancia, se presentó en Madrid el (28-06-1874), habiendo trabajado antes de reserva en la misma plaza. En la cuadrilla de Francisco Arjona Reyes (Currito) estuvo hasta 1879, pasando luego a depender de diversos espadas. En carteles de Madrid se le ve, además de los años citados, los de 1875 a 1883 y otros. Retirado de los toros el año 1893, fijó su residencia en su pueblo natal, falleciendo allí el mes de noviembre de 1911. Manuel Gutiérrez (Melones) fue un piquero que cumplió bien junto a los mejores de su tiempo. La mejor cualidad de su toreo era la bravura, que junto a su dureza le proporcionó tardes de triunfo.

269. Cardenal:

Jesús Solórzano, Mariano Ramos y Eloy Cavazos alternaron el (20-11-1975), en una corrida en la que salieron al rudos dos toros notables de la ganadería mexicana de don Jorge Barbachano, criados como toda la corrida en el racho Vista Hermosa: Cardenal, de pelo castaño, de preciosa “jechura”, arrogante y con trapío, fue lidiado en el coso de San Luis de Potosí (México), por el diestro mexicano Eloy Cavazos. Salió en cuarto lugar y su sola presencia en el ruedo provocó en el público una sonora ovación, la que no cesó durante toda la lidia, dada su extraordinaria bravura, siendo uno de los toros -nos asegura don Agustín Linares- «que, de verdad, prestigian el nombre de una vacada.). El pequeño gigante de Monterrey, como se le ha venido llamando al regiomontano, le dio un centenar de pases, yendo y viniendo solemnemente obediente el astado al engaño, con una nobleza y bravura acrisolada y sin sacar la lengua, a pesar de haberse distinguido en varas, al arrancarse alegremente a los montados. El público, durante la faena, convirtió la plaza en una verdadera alfombra de pañuelos blancos, que al unísono pidieron el indulto de Cardenal, dándosele a Cavazos, simbólicamente, las orejas, el rabo y hasta una pata.

«El que esto narra -asegura el señor Linares multicitado- presenció la corrida, considerando fue un indulto de los merecidos. Ni que decir tiene, el ganadero señor Jorge Barbachano, que diera la vuelta al ruedo, paladeó los parabienes del triunfo. El toro fue reintegrado al campo, estando padreando aún en la actualidad.» El famoso Centro Taurino de San Luis, en homenaje a Cardenal, grabó una placa que conmemora tal acontecimiento, la que se encuentra en la entrada principal de la plaza. Fue declarado el toro más bravo de la temporada, así como la mejor corrida y la mejor faena la de Cavazos. En ese mismo festejo se lidió también el toro, llamado Cóndor, en quinto lugar, correspondiéndole a Jesús Solórzano. Fue un toro de mucha raza, que se distinguió por su gran bravura. Tal vez, fue un astado incómodo para el torero, pero excelente para el prestigio de una vacada.

270.1 Cardenillo:

El astado, llamado Cardenillo, del ganado español de don Anastasio Martín, lidiado en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla el año 1867, tomó 18 puyazos (*) y mató ocho caballos.

(*) Lisardo abre la lista de los 56 astados notables que recibieron ese número de varas. Los diestros Francisco Arjona Herrera (Cúchares) y José Redondo (Chiclanero) alternaron en un mano a mano en Madrid el (10-05-1852) cuando la competencia entre ambos alcanzaba su cenit. Esa tarde se lidiaron astados de dos ganaderías: de don Joaquín de la Concha y Sierra fue el toro, llamado Lisardo, de pelo berrendo en colorado -antiguamente se les llamaba bayos a los toros colorados, utilizando la designación hípica: «Bayo, el color encendido y los ojos como brasas; arrugados frente y cuello, la frente vellosa y ancha.» (Anónimo. Flor de varios romances nuevos, 1595)-, que fue rematado por Cúchares; y de la ganadería de Lesaca el toro, llamado Carbonero, que se acercó 16 veces a los varilargueros, matando un gran número de caballos, que pudieron ser 20. Dio cuenta de él el gaditano, el Chiclanero. El último de la relación, de tan hermosa planta tenía, que le bautizaron con el nombre de Bonito y lo escogieron para la filmación de la película Novillero, en 1937, en la que tomaba parte en las escenas taurinas el famoso y desigual espada mexicano Lorenzo Garza Arrambide. El ejemplar fue de la vacada mexicana de Heriberto Rodríguez. Tomó dieciocho varas, recargando en todas ellas. Después de banderillearlo, como el poderoso astado aún estaba muy entero, se volvió a picar de nuevo. Fue indultado y devuelto a la dehesa para dedicarlo a semental.

(**) El primero de los 31 que mataron tal número de caballos fue el astado de pelo retinto y grande, llamado Cartero, que se lidió en Madrid el (23-06-1844) y tomó 18 varas. Este Cartero puede que sea de la torada de don Félix Gómez, de Colmenar Viejo (Madrid). Y el último un novillo de pelo negro, de la ganadería de don Francisco Páez Rodríguez –hizo su debut en la Plaza de Toros de Madrid el (02-04-1914)-, llamado Melonero, fue lidiado en la Plaza de Toros Los Tejares, de Córdoba el (26-09-1915) y por su hermosa jechura, extraordinaria bravura y nobleza, fue indultado por petición unánime del público, después de tomar 12 varas, derribando en 10 y matando ocho caballos. Un cuarto de siglo antes, concretamente en 1890, en plena época de selección, salieron ya algunos toros que en nada se parecieron a Melonero, que fueron... «blandos y topones -dícese del astado que al embestir topa, sin tirar cornadas-, y corta de edad, por añadidura.« (Antonio Peña y Goñi, Don Cándido. La Lidia, 1890.) (Véase Recobero, 1890).


271.2 Cardenillo:

El (10-05-1894) fueron lidiados en la nueva plaza de Madrid dos toros notables de la vacada de don Joaquín Pérez de la Concha, que hizo su presentación en Madrid el (09-05-1869): Granadino I, de pelo castaño, ojinegro, recibió nueve vara (*), derribó siete veces y mató cuatro caballos; y Cardenillo, colorado listón -antiguamente se les llamaba bayos a los toros colorados (Anónimo. Flor de varios romances nuevos, 1595)-, que arremetió ocho veces a los picadores, tumbándolos en cinco de ellas y permaneció poderoso hasta la muerte.

(*) Integran la relación un total de 35 astados notables que aguantaron ese número de varas. Fue lidiado en Madrid el (31-10-1867), en una corrida extraordinaria a beneficio del Real Hospital de Nuestra Señora de Atocha. Ese día Cúchares le dio la alternativa a Frascuelo al cederle el primer toro, después de recibir nueve varas, llamado Señorito, de pelaje retinto oscuro y bien armado, siendo testigo Currito. En esa corrida se lidiaron un total de ocho toros: tres de de don Manuel Bañuelos, otros tres de don Elías Gómez, todos de Colmenar, y dos de don Salvador Martín, de Cerceda. El último de la lista fue un novillo negro, de la ganadería española de don Samuel Flores Hermanos, llamado Biablito, jugado en Orihuela (Murcia, España), el año 1933, tomó cinco puyazos, y después de aguantar varios coleos, pidió el público más varas, poniéndole cuatro más. Le dieron la vuelta al ruedo.

272. Cardíaco:

Este toro se hizo acreedor a recibir el trofeo del Catavino de Oro de las corridas-concurso de ganadería celebrada en Jerez de la Frontera (Cádiz), el (08-09-1979), que correspondió al astado, llamado Cardíaco, de la ganadería de don Atanasio Fernández. Siguiendo el orden cronológico, los restantes ganadores, hasta 1989 fueron: Alcalareño, de don Carlos Núñez, el (09-09-1956); Velero, de don José Manuel Domecq, el (15-09-1957); Corcito, de don Juan Guardiola Soto, el (14-09-1958); Jirivilla, de don Juan Pedro Domecq, el (15-09-1959); Velador, de los Hijos de Pablo Romero, el (11-09-1960); Hilamal, de don Fermín Bohórquez (Padre), el (09-09-1961); Fusilero, de don José Osborne Vázquez, el (08-09-1962); Pendenciero, de don Juan Pedro Domecq, el (08-09-1963); Regatillo, de don José Luis Orborne Vázquez, que además fue indultado, el (13-09-1964); Cubasonito, de don Antonio Ordóñez, que además fue indultado, el (11-09-1965); Sabañón, de don Carlos Urquijo, el (10-09-1966); Heredero, de don Fermín Bohórquez (padre), que fue indultado, el (10-09-1967); Jirivilla, de don Slvador Domecq y Díez, el (15-09-1968); Ruinoso, de don Salvador Domecq y Díez, el (13-09-1969); Tejedor, de los Herederos de don Manuel Arranz, el (13-09-1970); Bandochico, de don Salvador Guardiola, el (11-09-1971); Aldeanero, de Juan Guardiola Domínguez, que fue indultado, el (09-09-1972); Ponntebien, de don José Luis Osborne Vázquez, el (08-09-1973); Jaranero, de don Carlos Urquijo, el (14-09-1975); Cardíaco, de don Atanasio Fernández, el (08-09-1879); Macabeo, de Jandilla, el (11-09-1982); Subversivo, de don Juan Pedro Domecq, el (08-05-1983); Pregonero, de Cebada Gago, que ue indultado, el (09-05-1986); Sueñomío, de Torrestrella, el (13-05-1988); Desmayo, de Torrestrella, el (06-05-1989.

273. Careto:

El burel de la ganadería española de don José María Benjumea, cárdeno, meleno , y llamado Careto fue lidiado en Madrid el (16-04-1855). Fue regular, pero nos ha conservado su retrato un buen dibujo del pintor Manuel Castellano

274. Carialegre:

Carialegre y Tabernero fueron los astados que banderilleó por última vez, en la plaza de Madrid, Miguel Almendro -nacido en Carmona (Sevilla) el (04-12-1859)-, el (17-05-1896), con su compañero Manuel Sevillano, de la vacada española de don Félix Gómez. Tres años después, Almendro, cuyo carácter se había vuelto taciturno y agrio, comenzó a dar muestras de extravío mental. A consecuencia de ello, quizá, se disparó un tiro de revólver en la sien derecha, que le privó de la vida. Se dijo que la causa del ensimismamiento del torero de Carmona fue la despedida que le «otorgó» Guerrita. Se murmuró esto de forma desaprobadora para el cordobés, y hubo quien dijo que se había cumplido la profecía de Fernando Gómez (Gallo), parodiando una canción popular, cuando por su amigo banderillero le abandonó Almendro: «Permita Dios que algún día, como te portas se porten...»
 


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