Carlos Crivell
Carlos CrivellDr. en medicina y cronista taurino de diversos medios |
13 Agosto 2015
Reflexiones tras la cornada de Paquirri. Carlos Crivell
1.- Los toreros se juegan la vida
El torero sigue jugándose la vida cuando se pone delante de los toros. A fuerza de repetirse esta máxima, muchas veces se nos olvida. Se llega a pensar que el toro de nuestros días es inofensivo, pero la verdad es que el peligro permanece intacto. Por eso, todo juicio a los lidiadores debe hacerse bajo la premisa del peligro permanente.
2.- Paquirri
Las imágenes de la cornada nos traen recuerdos del pasado por lo que tienen de parecido a la que sufrió su padre. Toreo de capa, toro que se vence con toda la fuerza que tienen recién salidos al ruedo, presa en el cuerpo del torero y un tiempo que parece eterno girando sobre el pitón. La historia, tan caprichosa, ha podido repetirse.
3.- Cirugía taurina
Los médicos taurinos han vuelto a demostrar su preparación y eficacia. Se trata de una cirugía de urgencias sin posibilidades de hacer pruebas anteriores para conocer los detalles de las heridas del torero. Es una cirugía de máximo riesgo y de una exigencia superior. Nunca se ponderará lo suficiente esta labor. El trabajo del doctor Crespo, por lo que conozco, ha sido impecable, a pesar de encontrarse con lesiones con las que no contaba.
4.- Un milagro
Ha sido una cornada con mucha suerte. Los caminos que ha seguido el pitón, disecando de la arteria ilíaca (probablemente la que le seccionó Avispado a su padre en Pozoblanco), indican que de verdadero milagro no se ha producido una tragedia. Ni que decir tiene que si la aorta es dañada no hubiera sido posible ninguna intervención.
5.- Antitaurinos
Esta cornada llega en un momento muy especial para la Fiesta de los toros. La creciente campaña antitaurina, apoyada por los políticos de nuevo cuño que quieren eliminarla del mapa, ha enrarecido el mundo de los toros. Los enemigos se han venido arriba y los aficionados y profesionales comienzan a estar más que hartos de este atosigamiento. En este momento de incertidumbre, con una minoría crecida por sus actos ilegales de sabotaje de las corridas y el mundo del toro dispuesto a defender sus derechos, llega esta cornada, que para mayor resonancia le ocurre a un matador de toros cuya fama trasciende a los ruedos, aunque todos sabemos que Francisco es torero por encima de todo. El percance puede influir de forma variada en este momento crucial de la historia del toreo.
6.-Las cornadas son el tributo que paga el torero
Puede repercutir de forma positiva. La cornada y el riesgo vital son el soporte de la grandeza de la Fiesta. Si los lidiadores no pusieran su vida en juego, la tauromaquia no tendría sentido. Cuando en el mundo del toro crecía la indignación por los ataques repetidos, este percance puede unir a todos ante una situación que ha llegado a un límite insoportable.
7.- Actitud cínica de los antitaurinos
La parte negativa es que las cornadas sirven de estímulo a los enemigos. Se amparan en que el riesgo existe y las críticas aumentan. Es una actitud cínica, porque los que defienden a los animales, en este caso al toro, no defienden ni a otros animales ni a los mismos seres vivos. No conozco a ningún animalista que se haya ofrecido a socorrer a los inmigrantes africanos que viven en malas condiciones en ciudades costeras a las que llegaron en pateras.
8.- Insultos en Twitter
La cornada a Rivera ha puesto de manifiesto nuevamente que hay gente con unos instintos muy bajos. La actual prevalencia de la opinión por medio de las redes sociales le ha dado voz a personas anónimas, que son capaces de alegrarse por la cornada e incluso llegan a lamentar que no haya ocurrido algo más dramático. Es el colmo de la aberración humana. Se supone que defienden al toro pero se alegran del mal humano. Esta es la sociedad actual, en la que el simple concepto de bondad ha desaparecido. Se puede estar en contra de una actividad, pero que una persona desee un mal irreversible a quien la practica es una muestra de la degradación moral que impregna a nuestra sociedad.
9.- Aficionados
Hay algo que se ha demostrado con meridiana claridad y que duele reflejarlo. En las mismas redes sociales hay gente que se supone que son aficionados, que le mandan fuerza al torero para recuperarse, pero lo hacen diciendo al mismo tiempo que quieren que mejore, ‘a pesar de los pesares’. Hay quien dice que ‘no es mi torero preferido, pero le deseo que mejore’. ¿Cómo se pueden mezclar las cosas en este momento tan delicado en el que un matador de toros lucha para sobrevivir? Las redes sociales nos han mostrado a miles de nuevos críticos taurinos, incapaces de deslindar su opinión sobre un torero con el deseo de una recuperación. Algunos han encontrado eco en estas redes y no han sido capaces de callarse a tiempo.
10.- Vuelta a los ruedos
No tengo ninguna duda sobre la gallardía y la casta de Francisco. Estoy convencido de que en estos momentos de dolor ya está soñando con la vuelta a los ruedos. En realidad, es algo común a todos los toreros cuando caen heridos. Nadie está capacitado para darle consejos a nadie, pero la mejor forma de olvidar es volver a ponerse delante del toro. Otra cosa es el futuro. Que nadie intente convencerlo para que lo deje ahora, porque su mente necesita sentir de nuevo al toro cerca de su anatomía para que su corazón torero vuelva a sentir el gozo único de la lidia a un animal bravo. Suerte, buena recuperación y que vuelva este mismo año como mejor terapia.
(*) Publicado en El Mundo el día 12 de agosto.
Carlos Crivell