Francisco Mateos
Francisco MateosPeriodista |
02 Mayo 2011
Extraña política
Se me va a terminar poniendo cara de Mourinho tras perder la ida de Champions con el Barça: "¿Y por qué?". Como todos saben, por razones obvias no puedo hacer la pregunta directamente a la empresa, pero me gustaría saberlo. "¿Por qué?". Ya ocurrió en el famoso año de las siete suspensiones por lluvia, y varios toreros -incluidos hata el propio El Cid, cercano a la empresa- criticaron esta política de Canorea y Valencia de no recuperar las corridas que no se puedan dar en su fecha y día. Los aplazamientos son habituales, si las partes se ponen de acuerdo y existe viabilidad favorable para ello. En cambio, desde que la empresa cambió de la gestión de Diodoro Canorea a sus herederos actuales, la política de la empresa es no aplazar, sino suspender directamente.
No se ha explicado por parte de la empresa qué argumentos existen para no aplazar ningún festejo. Salvo una corrida de Miura que se suspendió y se recuperó en la fecha del 12 de octubre, no recuerdo otra que se haya recuperado por los actuales gestores. Hoy la plaza estaba casi llena. Los rejoneadores quieren torear. Había un preacuerdo de los tres para consensuar una fecha y recuperar el festejo. Desde la seis lo tenían hablado. A las seis y cuarto -algo tarde- se persona la empresa en el patio de cuadrillas, ya al borde de la decisión. Hay dos pequeñas reuniones. En la segunda los jinetes proponen buscar una fecha. La empresa se niega a ello: "O se torea hoy, o se suspende para siempre", advierte Canorea en forma de ultimatum. ¿Alguien me lo puede explicar?
Yo puedo entender que si la fecha propuesta no ofrece garantías de registrar, al menos, el mismo nivel de público que para esta tarde, la empresa vea con recelo esa opción. Pero la fecha del sábado por la mañana, o el fin de semana siguiente al de Miura, bien el sábado tarde o el domingo por la mañana,... En fin, escuchar las propuestas de los jinetes, buscar un consenso, y siempre que existan indicios de poder mantener el mismo nivel de interés por parte del público, poder recuperar el festejo. Es una cumbre del toreo de rejones. Sevilla se merece ver este espectáculo. Y la obligación de la empresa es dar toros. Es su trabajo. Por eso no logro entender la respuesta de "¿Aplazamiento? De entrada, no". ¿Por qué? ¿Por qué no se escucha la propuesta de los jinetes, se mantiene conversaciones abiertas para mañana lunes con los apoderados, se miran fechas, calendario... El "o se torea hoy, o ya no se torea otro día" no parece que sea, en principio, la política más flexible