Si el oyente de este cuaderno taurino se detiene en observar el contenido de este editorial, observará que el tema que se trata es bastante repetitivo por diversos medios de comunicación, pero lo cierto es que cada día va tomando mas actualidad e importancia, sobre todo cuando llega estas fechas tan taurinas.

Llega la primavera y con ella terminan los múltiples festivales, que por toda la geografía taurina se han venido celebrando, los cuales han servido, en primer lugar para recaudar fondo para entidades benéficas, y algún que otro bolsillo de determinados vividores de la fiesta, y en segundo como prueba de aptitud para aquellos que empiezan una nueva temporada en esta bonita y apasionante profesión, no llena de múltiples adversidades; también se programan las grandes ferias, Valencia y Castellón ya finalizadas, Sevilla y Madrid en puerta, amén de otras grandes ciudades, así como el acondicionamiento y adecentamiento de sus cosos taurinos para ofrecer al aficionado una buena imagen y un mayor confor.

Ese gran privilegio, suerte o como le queramos llamar, que tiene la mayoría de las ciudades españolas en programar en estas fechas sus espectáculos taurinos, brilla por su ausencia en nuestra capital de provincia, que según la historia fue cuna del toreo, dada la situación actual, quizás en esa cuna se hayan quedado dormido los que tienen en sus manos la facultad de que ella también sea parte activa del gran carrusel taurino.

Volviendo la vista atrás, si mencionamos la fecha del 18 de julio, a todos los españoles nos resulta muy familiar por los acontecimientos políticos que en ella se conmemoraba, pero el gaditano no olvidará nunca el 18 de julio de 1967, cuando por última vez su plaza de toros ofreció un espectáculo taurino. Nueve años después 1976, la pala excavadora acabaría con su historia taurina. Increíble, Cádiz cuna del toreo sin plaza de toros.

Desde entonces, el gaditano lucha por conseguir que Cádiz vuelva a ser lo que en su día fue, pero en los últimos años esta lucha ha ido creciendo gracias a la labor de un grupo de aficionados que no cejan en el empeño de conseguir para su Cai, lo que nunca debió desaparecer, su plaza de toros.

Si la memoria no me falla, esta reivindicación gadita, fue recogida en diversos programas políticos, como elemento de reclamo en vista a su campaña electoral, pero la pura verdad es que hasta la fecha, nada de nada. En la legislatura anterior el Ayuntamiento contaba con un “boto” aficionado muy importante, oportunidad única y pienso que irrepetible para que se hubiese llegado a cabo el proyecto, o al menos un planteamiento que hiciese albergar alguna esperanza a los aficionados, pero al final su gozo en un pozo, ahora espera que esos 20.000 "votos" que avalan el proyecto, sean suficiente para que de una vez por toda se le ofrezca una garantía o tal vez la negativa sobre su futuro taurino, aunque Cádiz esté bañada por el mar, en este aspecto no se debe navegar entre dos aguas, hay que ser claro, si no hay deseo político de hacer el solicitado centro multiuso, que se pronuncien de una vez, bien en forma positiva o negativa para que el gaditano sepa a que atenerse cuando dentro de 3 años nuevamente se le solicite su participación en sus proyectos políticos.

Cádiz tiene y debe de ocupar, por derecho propio, un lugar destacado por su historia, en nuestra piel de toro, no se puede comprender que esté 34 años sin festejos taurinos, esperamos que la buena voluntad y deseos de acometer este proyecto en breve tiempo, sea toda una realidad.

Se me viene a la memoria un celebre estribillo que D. Enrique Villegas inmortalizó con sus Beatles de Cádiz, referente al muy solicitado Puente Carranza, que decía VAMOS A TOMAR EL SOL A PUERTO REAL, QUE EL PUENTE ESTA LISTO..............y terminaba diciendo que lo veríamos cuando ellos se pelen, al final el puente se hizo y los Beatles se pelaron. Ahora deberíamos cambiar algunas letras de dicho estribillo y quedaría así VAMOS A TOMAR EL SOL A LA CAPITAL, QUE LA PLAZA ESTA APROBADA Y PRONTO ESTARÁ............pero que sea antes que se pele Manolito Santander...

Carlos V. Serrano
Marzo 2001