Juan Manuel Garcia de Quiros Pérez
Juan Manuel Garcia de Quiros PérezAficionado taurino |
22 Octubre 2024
“El enterao”.
Este domingo pasado puse el punto y final a mi temporada taurina, como no podía ser de otra manera y como dice la canción “Fue en Sevilla”. Una temporada que empezó allá por febrero en la portátil de Arcos, ha llovido mucho desde entonces. Arcos, Sanlúcar, Sevilla, El Puerto, Ubrique, para terminar en el coso del Baratillo.
Y ustedes se preguntarán a qué viene el título del artículo, “El enterao”, muy fácil, amigos lectores. Cuando compras la entrada no sabes quién te puede “tocar” al lado y menos en La Maestranza; es cuestión de suerte.
El domingo tuve esa “suerte”, y bien que me acordé de ese enorme pregonero a quien admiro y venero, que por cierto me volví a cruzar con él por el Arenal, esa persona no es otra que Alberto García Reyes. En su magnífico pregón taurino de la Real Maestranza de Sevilla nos contó, con ese arte que solo tienen los genios, de la variopinta variedad de gente que te puedes encontrar en el tendido. Te puede tocar al lado, el que sabe, el que no sabe, el del taco, el tieso, el de gañote, el del puro, el que viene “fino” del Ventura o del Taquilla e incluso te puedes encontrar al niño de los garbanzos de Paco Gandía. Pues yo, tuve la muy mala suerte de tener al lado al temido “enterao”.
El “enterao” no va a ver los toros, va a que los aficionados se crean que “sabe” y de toros no saben ni las vacas.
El “enterao” habla en voz alta para que los demás lo escuchemos.
—Ese toro es bizco del pitón izquierdo, también es castaño claro.
—¡Sitio! Dale sitio, ponte más lejos.
—Eso son chicuelinas al paso, que no es lo mismo que un galleo por chicuelinas.
—Ese par ha caído un dedo por debajo.
—Va a brindar a Curro. —¡Hombre, por favor! Sabré yo que es Curro, como si los demás fuésemos ciegos.
Y otra vez —¡Sitio, dale sitio!, eso es.
Sabré yo que ese es el pitón del toro, eso es un pase de pecho por derecho, olé.
—Ya va por la espada, por la suerte contraria, ¡no! Mejor por la suerte natural, ¡ponte más cerca!
—¿Lo ves? En todo lo alto está la estocada —yo la veía en los bajos, pero como para discutir con el “enterao”. Y así un toro tras otro.
Si vas a Sevilla a los toros, no saques una del tendido 11, fila 9, número 75, no vaya a ser que te toque el temido “enterao”.
Así lo vi y así lo cuento.
Si lo llego a saber, me dedico a visitar todos los sagrarios del Arenal, el Taquilla, el Pepe-Hillo, el Ventura y terminar en Casa Matías con sus parroquianos, aunque me viniese para El Puerto como El Pali en sus mejores tardes.
¡Qué cruz de corrida!
Juan M Quiros