Hoy quiero abrirme el alma para escribir sobre una persona buena, un hombre con una afición descomunal, con más miedo que vergüenza, pero que tiene lo que yo no he sido capaz de tener, la valentía de ponerse delante de una becerra más de una vez, una "mona" la podríamos llamar, pero se ha puesto y se sigue poniendo, cosa que muchos de nosotros nunca seremos capaces de hacer.

Paco es una persona peculiar, especial, a veces incomprendida, difícil de entender, una persona que vive por y para su afición, el
toreo y que e s feliz pisando cada rincón de su adorada Plaza Real.

Paco es de los que te cuentan mil veces la misma historia, cuando se vistió de luces en El Cepo, cuando toreo en Lagunajanda o en lo de Ruiz Miguel, o las veces que se ha vestido de corto en casa de su gran amigo Antonio Carambito. Paco es de esas personas que por más veces que lo veas siempre acaba contándote que tiene en su casa, el fundón, la montera, la castañeta, las zapatillas, el traje rosa y oro, la espada y el descabello, y también tiene un capote de Paco Méndez y otro de su "amigo" Justo Algaba.

Paco es de los que siempre está deseando coger los trastos y ponerse a torear ese toro imaginario que siempre va templado y con el hocico por el suelo, de los que lo mismo se pone a torear en la calle, en la playa, en el campo o en la Plaza Real.

Francisco Rodríguez Mateo, Paco, El Pajarito para los amigos, hoy este artículo va por ti, porque te lo mereces y porque muchos con tu afición hacen falta en este, cada vez más difícil, mundo del toro.

El mundo del toro portuense le debe mucho a este singular personaje como es Francisco Rodríguez Mateo "El Pajarito".

Va por ti querido amigo.