Las dos corridas de a pié que este año ha compuesto el abono algecireño se ha vivido entre el calor atmosférico y el ambiental. Arte y valor como eje central de lo que sucedió en el ruedo.

Reapareció David Galván tras su cogida en la primera corrida del pasado San Isidro, haciéndolo a lo grande. Su toreo firme, con mucha verdad, jugándose la cornada ante un toro con peligro sordo, calentó lo suficiente para abrir la Puerta de la Feria. Ha sido declarado triunfador de la Feria.

Morante de la Puebla aprovechó su segundo hasta que se rajó, para ofrecer estampas pocos frecuentes como afarolados de pié y toreo clásico con acento belmontino, recordando vieja tauromaquia. Lo que pudo ser un triunfo de altos vuelos, se quedó en vuelo rasante, al marrar con la espada. El trofeo Victoriano de la Serna, a la faena más artística pasa a sus manos.

Miguel Angel Perera, abrió igualmente la Puerta de Feria por una actuación completa, dominadora, segura, y artística en sus dos toros.

El magisterio de Enrique Ponce, dio calor y color, imponiendo su toreo que llega al alma. No tuvo toros Cayetano, para redondear un triunfo. Se impuso a dos toros mansos, sin alma, poniendo la emoción y la raza de dinastía. Buen debut de José Garrido. Un virtuoso con el capote y un trasteo eficaz, enroscándose los pitones ante un lote nada fácil.

Luis Rivas Asencio