Gacetilla Taurina
Gacetilla nº 121 - Los sentidos en los animales.
Citamos en la Gacetilla anterior el asombro que nos causó comprobar la capacidad que tienen las ciervas y vacas guías para reaccionar ante situaciones no previstas, sin que nadie, aparentemente, se las haya enseñado. Pero, sin embargo, resulta aún más asombroso haber visto, a lo largo de varios años, cómo un grupo de ciervas adultas o de vacas bravas silvestres seleccionan a la que debe guiarlas..., o cuidar de sus terneros. De no haberlo visto jamás lo hubiese creído. Lo que está claro es que, tras unas pruebas seleccionan por unanimidad democrática a la de mejores aptitudes, así como suena. Es cuando, habiendo vivido y observado esa especie de preparación cuidadosamente realizada, en la soledad del monte, subido a una torreta o camuflado entre una masa de nopales espinosos, me pregunté: ¿Por qué no seleccionaremos en la mente al hombre o la mujer más preparado para que nos gobiernen? -¡qué más quisieran los hombres lograr designar a quienes deben representarlos en la Política, con la certeza que lo hacen los animales!-, y viéndolo hemos llegado a la conclusión que en muchos casos, la cierva o la vaca, realiza toda una serie de ejercicios hasta estar preparadas. ¿Qué preparación tienen muchos de nuestros políticos? ¡Ninguna!... así nos va.
Los animales en libertad y en las zonas más recónditas de la tierra preparan sus guías para realizar sus funciones de menera casi perfecta. La especie cervuna, que no es más conocida por los años que en el Parque Nacional de Doñana la hemos estudiado, escogen a quien ha de representarlas, mejor dicho a quien ha de defenderlas, con los siguientes procedimientos:
*Se someten las hembras –los machos no sirven ¡que verguenza!- a un verdadero celibato, de ayuno sexual, ya que dejan de procrear, para dedicarse exclusivamente a descubrir con la mayor rapidez cualquier peligro que aceche a sus defendidas, guiándolas con un celo y entrega, que en nada se parece al que emplean las autoridades destinadas a protegernos. ¡Ya quisiera un Presidente municipal, aunque sea de El Puerto de Santa María, cuidar del derecho que tiene sus ciudadanos al descanso, con la puntualidad que una cierva guía defiende a los suyos!
*Realizan el constante ejercicios de sus sentidos, especialmente el del olfato, el oído y la vista, de ahí que las hayamos visto en constante alerta, oteando el horizonte lejano y entrenándose sin descanso en husmear en todas direcciones, sin que ningún tipo de peligro hubiese en su horizonte más próximo. Después de dos o tres años de esforzado entrenamiento el cuello se le ha alargado ostensiblemente, más que a todas las demás y como se pasan el tiempo, cuando están en pie, siempre ramoneando y mirando en todas direcciones, con sus pabellones auriculares campaneando y extendidos, la vista se les desarrolla más y alcanza a ver peligros más lejanos que sus restantes compañeras, mientras ésta pastan y ramonean tranquilamente.
*Tiene sus pabellones auriculares más grandes y en su cerebro están grabados una gran cantidad de ruidos diferentes, que saben analizar tan perfecta como inmediatamente. Cuando escuchan el motor de un coche en marcha saben con precisión a la distancia que se encuentra y se percatan perfectamente si se está alejando o acercando. Si se acerca, antes de que el vehículo se aproxime a cien metros, ya se ha levantado de su encame y avisado con un ligero gruñido de corta longitud de onda a sus compañeras, que viven tranquilas al depositar en su guía toda su seguridad vital.
*La constante vigilia de estar permanentemente alzando el cuello y comiendo de los retoños más tiernos del matorral más alto, les proporciona un desarrollo mayor de sus extremidades, delgadez atlética y prestancia, que todas sus compañeras parecen admirar, resultando asombroso el respeto que le tienen. Esas hembras guías son un ejemplo constante para los seres humanos, pues son de una fidelidad, entrega y verdad en sus decisiones admirables. En ellas no existen la mentira ni los engaños.
*La vista la tienen extremadamente desarrollada. Veamos un ejemplo: Cierta tarde, subido en un alto alcornoque en el Coto de Caza Hato-Ratón -entonces propiedad de D. Carlos Melgarejo Osborne, de imborrable y grato recuerdo-, en el Municipio de Villamanrique de la Condesa, observamos al fondo que se había levantado una cierva grande y después otras compañeras hacían lo propio. Cuando ella lo creyó oportuno arrancó a caminar desde el interior de la mancha camino hacia el bebedero. Por casualidad llevaba unos calcetines blancos cubierto por los pantalones. La cierva guía estaría a unos 100 metros. Iba a pasar muy próxima a donde estaba sentado, a unos 10 metros del suelo. Venía con el cuello estirado hacia arriba y sin dejar de mirar, sin pestañear. Las demás la seguían caminando relajadamente. Me dio por estirar el pantalón ligeramente, dejando ver un trozo de calcetín blanco. Lo vio inmediatamente y todas salieron huyendo. Repetí en sucesivas tardes el mismo experimento, con diversos colores y el que más pronto vieron las distintas ciervas guías fue el blanco, sin comparación alguna con los demás. Dicho todo esto los hechos parecen bien simples, pero ya no es lo mismo cuando diga que las vacas de lidia criadas en un medio silvestre también seleccionan por grupos quién debe ser su guía y responde así mismo a los colores. Una y otras no tienen la misma sensibilidad en el conjunto de sus sentidos, pero la que ejerce de guía los tiene muchísimo más desarrollados.
Había en uno de los potreros del rancho “El Coloradito” de Villa de Cos (Zacatecas) una vaca guía que a centenares de metros de una de las torretas allí instalada, con una cómoda caseta en lo alto, para manejar el ganado a distancia y para observar la conducta social de los animales, que a centenares de metros comenzaba a mirar para ver si veía algo dentro de la caseta,mientras las otras caminaban despreocupadashacia los bebederos, detrás de ella.
Dr. Juan J. Zaldivar Ortega