Origen y Enigma
Competido mano a mano entre Emilio de Justo y Ginés Marín en Olivenza
Extraordinaria corrida la matinal que ha tenido lugar hoy en Olivenza, propiciada por un encierro notable de Victoriano del Río y el gran momento con el que llegan a la temporada 2020 tanto Emilio de Justo como Ginés Marín.
El primero del lote de Emilio de Justo ha sido un animal obediente, pronto y con fijeza, costándole más la embestida por el pitón izquierdo. El torero de Cáceres lo ha toreado con mucho sabor con el capote, sobre todo en un quite por chicuelinas con el compás abierto, rematado con una gran media. Poco a poco ha ido hilvanándole un trasteo en el que Emilio de Justo se ha gustado mucho, ejecutando todo de manera templada, sabiendo empujarlo hacia delante en el tramo final del muletazo. Pinchazo y estocada desprendida. Una oreja.
El tercero fue devuelto al derrumbarse tras el paso por el caballo, saliendo en su lugar un sobrero de la misma vacada. Éste ha presentado menos entrega y más brusquedad que otros de los que se han lidiado en esta corrida matinal. Sensacional puyazo de Juan Bernal y buena lidia de José Chacón. Emilio de Justo logra los mejores pasajes de la faena con la mano izquierda, hundiéndose en la suerte y siempre muy bien colocado. Estocada delantera. Saludos.
A la puerta de chiqueros se marchó Emilio de Justo para recibir al quinto de la mañana, siendo arrollado por el de Victoriano del Río. Por suerte, tan sólo sufrió un golpe en el rostro. Una vez repuesto del percance, le enjareta un magnífico manojo de verónicas, siendo muy aplaudido por el público. Posteriormente, lo lleva al el caballo galleando por chicuelinas, recetándole un fenomenal puyazo Germán González. El toro se ha presentado ante la muleta de Emilio de Justo exigiendo firmeza y mando, y eso es lo que le ha dado el diestro cacereño, frente a un astado con movilidad, transmisión y casta en el que no cabían las dudas sino la entrega y la pureza. Gran dimensión de Emilio de Justo en este turno. Lo cierra por bajo para entrar a matar con unos muletazos llenos de torería. La rúbrica a tan inmensa obra ha sido un espadazo volcándose encima del morrillo. Dos orejas.
A porta gayola se ha ido Ginés Marín para saludar al segundo de la suelta. El ejemplar de Toros de Cortés no ha estado sobrado de entrega ni de celo, aprentando, ya en banderillas, para los terrenos de dentro. Buena actuación en el segundo tercio de Antonio Manuel Punta y Manuel Izquierdo. Ginés Marín consigue con inteligencia y temple que el toro se quede largo rato en los medios, haciendo las cosas a favor de su antagonista, para ayudarle a quedarse en la pañosa. Termina con circulares, que abrocha con un pase de pecho a la hombrera contraria. Sensacional estocada. Una oreja con petición de la segunda.
El cuarto ha sido un dechado de calidad, clase y recorrido, un toro para disfrutar y paladear. Ginés Marín, sin duda, que lo ha disfrutado, fundamentalmente por el lado izquierdo, con naturales larguísimos y con mucha profundidad. Gracias a esa magnífica condición le ha permitido al matador criado en Olivenza firmar una faena variada, con momentos llenos de inspiración. Media estocada arriba. Dos orejas. Subrayar también la gran labor con la puya de Guillermo Marín y con los palos de Fini.
El sexto ha sido algo más cambiante en su embestida, si bien también manejable siempre y cuando se le hicieran las cosas bien. Ginés Marín ha estado muy firme con él, entendiéndolo a la perfección y consiguiendo, nuevamente, series de altura al manejar la mano zurda. El final del trasteo con ajustadas bernadinas y el estoconazo posterior, pusieron en su mano otras dos orejas.
Emilio de Justo, Ginés Marín y el mayoral de la ganadería han salido en volandas por la puerta grande.
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