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Por la ruta del toro
18 Septiembre 2023El Puerto (Cádiz) Artículo de opinión de Juan M. Garcia de Quiros
En la tarde del pasado martes y por esas cosas que la vida te regala de vez en cuando fui invitado por una familia a la que adoro, como son los Capdevila a una tarde en el campo en la que Gonzalo iba a torear un toro para su debut con los del castoreño.
Que verdad que las cosas que no se planean son las que mejor salen y allá que fuimos por las rutas del toro a buscar la finca de Salvador Gavira en pleno Parque natural de Los Alcornocales, Vega Blanquilla. Un verdadero paraíso para la cría del ganado bravo, entre alcornoques, acebuches y la majestuosidad del embalse de Barbate.
Desde el primer momento que pisas Vega Blanquilla sabes que estás en un lugar paradisíaco en el que se vive por y para el toro, en la cual a la primera persona que te encuentras trabajando en la finca es el propio ganadero. Don Salvador junto a su mayoral, son la piedra angular de la ganadería. Una ganadería con un encaste propio, con vestigios de la primera ganadería brava que se conoce, la de Raso de Portillo, son reses que llevan sangre de Marzal en un 80% y Domecq en el 20% restante.
Una vez finalizado el tentadero nos sentamos en una mesa para degustar unas viandas regadas con algunas cervezas y un vino con el que nos obsequió el ganadero. Ya la noche caía, el sol se alejaba tras embalse, a lo lejos se oía el mugir de los toros y la noche se fue tornando en una velada apasionante.
Ahí conocí al hombre y al ganadero en estado puro, un auténtico bohemio, un romántico en la que su vida gira alrededor del toro, una persona que la vida no le ha sido fácil, ha pasado de estar en la cumbre a estar en la sima, un enamorado de su encaste y de su toro, una persona de la cual te quedas absorto al escucharlo, una máster class gratis fue estar más de dos horas escuchándolo.
No se puede tener más amor a un toro como el que tiene Don Salvador a sus toros, de qué manera hablaba de ellos, cuánta ilusión tiene en que su ganadería vuelva a estar donde por su trabajo y afición se merece. Que orgulloso estará Don Antonio del legado que dejó y que su hijo aún sigue cuidando como oro en paño.
Tanto amor derrocha por sus toros que hasta un toro cinqueño se escapó del cercado para escuchar a su ganadero como hablaba de ellos.
Gracias Don Salvador Gavira García por la tarde que nos regalaste y como bien nos dijo usted, si hay reencarnación yo me quiero reencarnar en un toro de Gavira, pues yo también lo firmo, en la próxima vida quiero ser un toro de Gavira que pasta en Vega Blanquilla.
Posdata:
Ganaderos vamos a intentar de abrir un poco el abanico de encastes para la próxima temporada y en el paraíso del Parque Natural de los Alcornocales tenéis un toro único y diferente a todos.