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Antonio Puerta
Cara y cruz para Antonio Puerta en una tarde muy desapacible en Las Ventas
26 Abril 2015Madrid. Novillos de Javier Molina, serios y astifinos, y de juego desigual. Hubo tres y tres, de los que sobresalió la nobleza del primero y el buen son de segundo y sexto. El tercero fue muy desagradable y deslucido; el cuarto desarrolló mal estilo y el quinto se defendió mucho por sus pocas fuerzas. La plaza tuvo menos de un cuarto en tarde fresca y lluviosa de principio a fin.
Antonio Puerta: estocada caída (ovación tras petición de oreja en el único que mató).
Miguel Ángel León: pinchazo y otro hondo (silencio tras aviso); y dos pinchazos, otro hondo, dos metisacas y descabello (leves pitos tras aviso).
Amor Rodríguez: estocada caída (silencio); dos pinchazos y estocada trasera (silencio tras aviso); y pinchazo, estocada trasera y descabello (silencio)
En la enfermería fue operado Antonio Puerta de "cornada de 45 centímetros en la cara posterior de la pierna izquierda, que produce destrozos en los músculos del gemelo externo, sóleo y peroneo, además de una luxación cerrada de hombro izquierdo, de pronóstico grave". Trasladado al hospital San Francisco de Asís de Madrid.
También Miguel Ángel Silva fue atendido de "contusión en la mano derecha, pendiente de estudio radiológico, de pronóstico leve".
LA INGRATITUD DE TOREAR EN UNA PISCINA
De siempre se ha dicho que el principal enemigo del torero no es el toro, todo lo contrario, es el compañero de viaje con el que debe lograr esa simbiosis tan necesaria para diseñar una obra de arte de que interese y emocione.
Otra cosa bien distinta es enfrentarse a unas condiciones meteorológicas tan adversas como las de hoy en Las Ventas, una tarde de viento y mucha lluvia, que, aparte de impedir el lucimiento artístico, propicia que se reste importancia a todo lo que pasa en el ruedo, pues la gente está más pendiente de refugiarse del agua que de valorar lo que realmente está pasando.
Esta ingratitud de torear en una piscina la sufrió en primera persona el murciano Antonio Puerta, que dejó una muy buena imagen en de torero templado y muy asentado, que, sin embargo, quedó casi inédito por la huida en estampida del personal nada más hacerse presentes las mulillas para arrastrar al primero de la tarde.
Fue este novillo que abrió plaza un ejemplar muy noble y con calidad por la manera de descolgar el cuello y los pitones para tratar de tomar la muleta humillado. Otra cosa fue el motor tan justo que tuvo, lo que hizo que no trasmitiera tanto, además de no acabar los viajes hasta el final.
Pero ahí estaba el joven espada de Cehegín, para imprimir cadencia y mucha suavidad en todo lo que hizo, ligando tandas de muletazos de mano baja y mucho dominio sobre la diestra. Toreo al ralentí, tratando siempre de alargar los viajes de un oponente que iba también apagándose poco a poco.
Cerró faena el murciano por manoletinas y agarró una estocada a la primera que hizo rodar al novillo casi sin puntilla. Pero, ya está dicho, la gente en ese momento buscaba más ponerse a resguardo que de sacar los pañuelos en demanda de una oreja que hubiera sido de justicia por lo bien que había estado el Puerta, que tuvo que conformarse con una ovación.
La pena fue que no se le pudo ver en su segunda faena, pues al tratar de interpretar una saltillera en su turno de quites al tercero, el animal se lo llevó por delante, "cazándole" certeramente en el gemelo y propinándole un cornada tremenda por extensión y destrozos musculares.
Miguel Ángel León anduvo también a buen nivel frente a su primero, un novillo de dulce por lo templado que embistió, y al que hilvanó una faena interesante por la expresión y el gusto que mostró en la interpretación.
Otra cosa es el manejo de la espada, una asignatura que deberá pulir su quiere ascender puestos en el escalafón, pues fue la tizona la que le jugaría también una mala pasada con el deslucido quinto, lo que propició que, tras una faena de actitud y amor propio, fuera pitado al término de su quehacer.
El madrileño Amor Rodríguez evidenció que aún estaba muy nuevo para resolver la difícil papeleta de debutar en Madrid. Pasó muy de puntillas en sus dos primeras faenas ante dos novillos nada agradecidos con los que se vio desbordado por momentos.
Pudo desquitarse en parte con el buen sexto, al que toreó limpio y aseado, aunque sin llegar a estructurar faena propiamente dicha. Cuando coja rodaje y adquiera recursos a buen seguro se acordará de este utrero que le tocó en suerte.
EFE Javier López