rMunera (Albacete) Tes cuartos. Toros de Samuel Flores, bien presentados y de buen juego en conjunto, sobre todo los dos últimos.

Diego Silveti, oreja en ambos.
José María Arenas, oreja y dos orejas.
Emilio Huertas, oreja y dos orejas.

Una corrrida seria, con leña por delante, que no disminuyeron las ganas y la disposición de los tres toreros que ayer se las vieron con los Samueles. No es habitual que en una plaza como la de Munera se presente una corrida así, pero el empresario, nuevo en este coso tras la adquisición del inmueble por el Ayuntamiento, después de 100 años de propiedad privada, ha querido darle un tono mayor a la corrida de la feria y trajo un encierro de plaza de segunda hacia arriba, manejable y noble que ha propiciado la salida en hombros de los tres diestros tras seis trasteos que no solo han llegado al tendido, sino que en muchos momentos de la lidia han ejecutado buen toreo.

Abrió plaza el mejicano Diego Silveti que ya de salida quiso cuajar al Samuel con el capote, con verónicas templadas y un quite por delantales para llegar templando con la muleta a un toro que se desplazó noble aunque acortando el viaje pronto. La faena fue corta aunque tuvo compostura, terminando con una estocada desprendida que le hizo pasear la primera oreja de la tarde. El cuarto fue muy protestado por la falta de fuerzas, pero el torero pidió paciencia y consiguió que el animal se fuese afianzando hasta conseguir cuajarle un trasteo que tuvo mayor brillo en el toreo al natural. Una estocada casi entera arriba, fue el preámbulo de otra oreja.

José María Arenas se vestía de luces por primera vez en la temporada, en su pueblo y con dos toros serios que en ningún momento le pidieron el curriculum del año, por lo que Arenas salió arrancado, protagonizando un tercio de banderillas con mucha solvencia y clavando reunido, que repitió en el segundo toro, reuniendo arriba y ganándoles la cara con facultades y valor. En el primero de su lote impuso el temple en el viaje del Samuel, logrando conectar con el tendido en una faena vistosa con series por ambos pitones, necesitando de una estocada muy tendida y otra trasera para cortar una oreja. El quinto lo recibió con verónicas muy encajado ganándole terreno hasta rematar en los medios con una serpentina, que calentó al tendido presenciando a continuación un tercio de banderillas francamente bueno. Dos pares de poder a poder y un tercero al violín iniciaron un trasteo con la muleta en la que le fue dando distancia al toro, que embestía noble y templado. El toro lo había brindado a Samuel Flores hijo, y tras terminar de un pinchazo y estocada, a sus manos fueron a parar las dos orejas.

Valor y temple. Tiene Emilio Huertas las gracias del valor, el temple y el sitio que demuestra tarde a tarde y ayer en Munera lo dijo a voces. El tercero de la tarde lo brindó a una joven aficionada, Aurora Jiménez, que vive esta fiesta como pocos lo hacen y ese fue el más deslucido de la tarde al que consiguió dominar a base de anticipación y ataque, en el transcurso de una faena larga, terminada con un pinchazo y estocada, aviso incluido, cortando una oreja. El sexto toro, muy bien banderilleado por José Otero, tuvo la cualidad de la repetición y la nobleza, lo que aprovechó el diestro de Santa Cruz de Mudela para torearlo con una gran compostura, temple y ligazón, en tandas encajado y valiente. Un pinchazo, antes de una gran estocada, fue el preámbulo de las dos orejas con las que se puso punto y final al festejo.

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