Xativa (Valencia) Toros de Benjumea, terciados, noblotes y faltos de fuerzas.La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde muy calurosa.

Vicente Ruiz "El Soro": media y tres descabellos (vuelta al ruedo tras leve petición); y dos pinchazos hondos y descabello (dos orejas).
Daniel Luque: estocada (oreja); y estocada (dos orejas).
Román Collado: estocada corta (oreja); y pinchazo y estocada (oreja).

 

El veterano torero valenciano Vicente Ruiz "El Soro" volvió a vestirse hoy de luces en Xátiva (Valencia) tras 20 años apartado de los ruedos y más de 50 operaciones en la rodilla, logrando un emotivo triunfo de dos orejas, idéntico balance que sus compañeros, Daniel Luque y Román.

VEINTE AÑOS NO ES NADA

Reapareció de luces el ídolo valenciano, propulsor de una de las corrientes taurinas de mayor fervor de los últimos años en el mundo del toreo, el denominado "sorismo", de la que eran partícipe una legión de partidarios que hoy volvieron a vibrar y a disfrutar con su torero, que regresó a lo grande tras 20 años de dura lucha contra una gravísima lesión de rodilla.

Pero a tenor de lo vivido en Xátiva, bien se podría utilizar la estrofa del bolero de Carlos Gardel en la que decía que "20 años no es nada", pues sin ser el torbellino de entonces, hoy se vio a un Vicente Ruiz "Soro" mucho más cuajado, más puro, más sereno y más pulcro en sus formas, pero con el mismo carisma que siempre lo caracterizó y con unas facultades que se creían perdidas.

La emoción de la tarde empezó a desbordarse nada más hacerse presente en el ruedo Vicente Ruiz, ataviado con un terno azul marino y oro, para hacer posiblemente uno de los paseíllos más emotivos y especiales de su vida.

Y qué decir cuando la plaza rompió en aplausos antes de salir el primer toro, obligando al torero de Foyos a saludar una calurosísima ovación en la que se le vio muy emocionado.

Ya con el primero en el ruedo, El Soro plasmó momentos para la posteridad, sobre todo cuando cogió "los palos", tercio del que era un soberbio especialista, y que volvió a ejecutar con soltura y mucho mérito, dada esa lesión de rodilla, de la que no se resintió durante toda la función.

La faena de muleta estuvo presidida por la entrega y la variedad, toreando además con reposo y, por momentos, hasta con gusto. Lástima del descabello. La vuelta al ruedo que seguro que le supo a gloria, el primer reconocimiento en un ruedo tras aquella fatídica tarde de 1994 en Benidorm, donde empezó su calvario.

Pero lo mejor estaba por llegar. Fue en el cuarto, toro en el que compartió banderillas con sus compañeros de terna, Daniel Luque y Román. En el último tercio volvió El Soro por sus fueros con una faena también de notable emotividad, en la que alternó vistosidad con toreo fundamental del bueno, que puso la plaza, muy receptiva con él toda la tarde, en pie.

No importaron los dos pinchazos, ya que tras el certero descabello la gente explotó de contento, engalanando la plaza de pañuelos en demanda de un doble trofeo que logró pasear. El triunfo de la constancia, de la afición y de enormes ganas de volver a sentirse torero.

Le acompañaron en la Puerta Grande los otros dos alternantes, de los cuales destacó Daniel Luque en la faena al quinto toro, de notable reposo y torería, temple y cadencia, premiada con las dos orejas. Antes, en su primero, anduvo Luque muy sereno ante un oponente de poco fuste,

El valenciano Román se mostró muy seguro y templado en la faena al tercero. También en el sexto anduvo Román muy decidido en una labor que conectó mucho con la gente. EFE