Navalmoral de la Mata (Cáceres) Toros de Alcurrucén, bien presentados pero mansurrones y de juego dispar. El mejor, el primero. El resto acusaron falta de empuje en el último tercio. La plaza rozó el lleno en tarde soleada.

Sebastián Castella, oreja y ovación.
Miguel Ángel Perera, ovación y oreja.
Rafael Cerro, que tomaba la alternativa, dos orejas y dos orejas.

 

ABRAN PASO AL FUTURO

Cerro cuajó la mejor faena de la tarde al toro de ceremonia, el mejor de un desigual envío de Alcurrucén, al que cuajó de principio a fin con un toreo de arrestos, estética y profundidad. Notable labor del pupilo de Ortega Cano, que cortó dos orejas.

Otros dos trofeos paseó del que cerró plaza, un animal con mejor fuelle que el anterior pero con el que Cerro anduvo nuevamente capaz y solvente en una faena de firmeza y mucho corazón.

El francés Castella logró una oreja de su primero gracias a una faena de querer ante un toro que apenas se empleó. Con el cuarto, idéntico guión, aunque en esta ocasión no anduvo acertado con la espada.

Algo parecido le pasó a Perera, que tras una primera faena suya malograda con la espada, anduvo tesonero y templado frente al quinto, al que acabó arrancando una oreja. EFE