Toros Notables

Entrega nº 104 - (Cidro...Ciervo)

Cidro:
Manuel Rodríguez (Manolete), Carlos Arruza y Agustín Parra (Parrita) alternaron en la plaza de Valencia el (09-05-1945); día que Manolete le concedió la alternativa al madrileño Parrita, al cederle su primer toro, llamado Cidro, de pelaje negro, marcado con el número 56, de los Herederos de Galache, siendo testigo de la ceremonia Arruza.

Cidrón:
El toro de pelo negro, llamado Cidrón, de la ganadería española de don Samuel Flores Hermanos, fue lidiado en Albacete el (13-09-1933). Fue la de este día una magnífica corrida, sobresaliendo, entre todos el citado.

Cidronero:
El astado de pelo jabonero o charrengue, lucero, bautizado con el nombre de Cidronero, fue lidiado en Dax (Francia) el (31-08-1930). Se mostró bravísimo y pastueño, siendo ovacionado en el arrastre. Pertenecía a la vacada española de don José Encinas, cuya antigüedad es del (08-06-1924).

Ciervo:
El (08-09-1895) se celebró en Madrid una corrida de novillos de la ganadería del duque de Veragua XIV, para Cayetano Leal, el Pepe-Hillo mexicano y Nicanor Villalta (Villita); salió el último toro, Ciervo, colorado, listón y abierto de pitones, que tomó seis varas de Riñones, el Murciano y el Gallego, matándolo Villita, de un volapié histórico, siendo su último toro como novillero. Al banderillearlo el Chato estuvo a punto de ser cogido, pero intervino el Guipuzcoano al quite, y el toro lo persiguió, lo alcanzó junto a las tablas y lo corneó, apreciándosele en la enfermería una herida en la región anal, que se calificó de grave. No quiso ir al hospital -entonces era muy varonil no dejarse...- y el 1 de noviembre falleció en su domicilio víctima de una infección. Entre los toros lidiados por Villita, citamos los siguientes: Morito, el (25-03-1895), del duque de Veragua XIV, y Tocinero, berrendo en sardo, y bien armado, de Moreno Santa María lidiado el 29 de septiembre del mismo año citado, que le cedió Luis Mazzantini en la plaza de Madrid, alternando con Emilio Torres (Bombita), al que mató de una soberbia estocada.

Ciervo:
Existe otro toro llamado Ciervo, de la ganadería de don Eduardo I Miura, que fue lidiado cuatro días después del anterior, por el entonces novillero Juan Antonio Cervera, con el que obtuvo su mayor éxito en Madrid el (12-09-1895), donde por haber sido cogido por Alvaradito, que aquél día hacía su presentación en la Corte, tuvo que matar cuatro toros de don Eduardo I Miura, y entre ellos, uno enorme, el ya citado, berrendo en negro y de ocho años, y que en los tres que llevaba en la Muñoza fue durante años el terror de los habitantes del contorno. Después de haber estoqueado en plazas de modesta categoría hizo su presentación en Madrid el (09-03-1890), el diestro Juan Antonio Cervera, lidiando, en unión de Juan Gómez de Lesaca, cuatro toros de don Manuel Bañuelos. Estuvo muy bien en su primer novillo y desgraciado en su segundo. El (01-05-1866) nació el matador de toros Juan Antonio Cervera, en Montoro (Córdoba). Desde muy joven se despertó en él la afición por los toros, y antes de los veinte años ya era torero. El (03-09-1933) tomó la alternativa en Villarrobledo (Albacete) de manos de Joaquín Navarro (Quinito), con toros de don Fructuoso Flores. Se vino luego a México, donde permaneció cinco años, y al regresar, en 1905, se estableció en su pueblo, dedicándose al comercio de comestibles, a la venta de abarrotes.

Ciervo:
El día (01-10-1912) volvió a Madrid José Gómez Ortega (Joselito), a cumplir el compromiso aplazado por la lluvia. Esa memorable tarde madrileña, en la que se lidiaron ocho toros de la ganadería del duque de Veragua, tomaron la alternativa dos diestros, ambos sevillanos: Manuel Martín Vázquez, de quien fue padrino Vicente Pastor, al cederle su primer toro, Rosquero, de pelo jabonero sucio; y Joselito, cuyo padrino de ceremonia fue su hermano Rafael Gómez Ortega (Gallo), que le cedió el segundo, Ciervo, jabonero claro y con la cara rizada. La facilidad y desahogo para deshacerse de dos toros poco a propósito para el lucimiento fueron las características de Joselito en aquella corrida. Ocho pases dio al de la alternativa y una estocada trasera y caída. Tres minutos le duró el segundo. Manuel Martín Gómez (Vázquez II), fue muy aplaudido, pues estuvo valiente y muy bien con el estoque.

Ciervo:
Cosa extraña fue que, en tan espléndida tarde en El Puerto de Santa María, acudiera escaso número de aficionados a presenciar la corrida de toros que se celebró en la Plaza Real, especialmente mala en el sol Debió ser por que reinaría un intenso calor y, por ello, la gente se quedara en las playas en lugar de ver a Francisco Martín Gómez (Curro Vázquez), Paco Madrid y Francisco Posada Carnerero alternante en nuestra emblemática plaza, cuya corrida comenzó haciendo el despejo la Banda de Música de Pavía, tras el cual salieron por la puerta de toriles, con los que se enfrentarían los diestros, los toros siguientes:

1º Ciervo, con el nº 25, negro meano, grande, chamuscado, al que Curro Vázquez, vestido de cuero y oro, logró fijar con nueve verónicas, algunas muy artísticas, y un recorte. En la quinta vara que aguantó cayó el picador Farfán, llegando el burel a las banderillas acuchado y cortando terreno. Seguidamente dio un ayudado por alto, cinco redondos, seis altos más, dos de pecho y uno de pitón a pitón, para rematar al Ciervo de una estocada algo delantera, que fue suficiente y logró una oreja.

2º Tartañán, con el nº 12, negro zaino, enorme de tamaño y gordo, al que Francisco Madrid, con terno celeste y oro, le dio dos magníficas verónicas y un recorte muy artístico. Siguió la faena con un ayudado de rodillas, tres redondos y dos de pechos, todos ejecutados de forma excelente. Media delantera y caída que acabó con el toro, recibiendo muchas palmas.
3º Barbero, con el nº 17, negro zaino, también corpulento y gordo, al que Posada, de lila y oro, le dio nueve verónicas y un recorte caminando. Con signos de mansedumbre tomó seis varas, destacándose los tres alternante en quites, mismos que fueron jaleados. Pero Babero comenzó a quedarse y se manifestó guasón, para darle media delantera. Corro de peones y protestas del público, cuando el diestro descabelló y logró una oreja.

4º Guardián, con el nº 85, de pelaje negro zaino, fue el más pequeño de sus hermanos, escurrido de carnes, pero cornalón y descocido de exterior, Curro Vázquez lo fijó con cinco verónicas –número favorito de la mayoría de los diestros-, pero carentes de arte y un recorte. En quites tampoco lució. El torete se defendía y achuchaba, quedándose bajo la muleta, pero el espada aguantaba valiente y temerario, a base de pases naturales, altos, uno en redondo arrodillado y entrando bien le dejó una estocada caída, acertando el segundo golpe de puntilla y recibió palmas.

5º Artillero, colorado ojo de perdiz, grande y gordo, con una armónica cabeza, que lucía preciosa. Con cinco artísticas verónicas y un recorte, que fue lo mejor de la tarde, entusiasmó a la escasa concurrencia. El astado, por recibir varas en exceso, llegó al último tercio sin poder con el rabo. Pinchazo, media en su sitio y descabello, recibiendo una ovación merecida.
6º Furioso, con el nº 32, colorado, bragado y jirón, al que Posada, más que torearlo, le bailó. La furia se quedó en apática flojera y sin poder tomó cuatro varas a regañadientes. Volvieron a realizar quites los alternantes y nuevamente fueron aplaudidos, sobre todos Francisco Madrid, que ejecutó uno enorme y precioso. El diestro pareó al compás de la música. En un capotazo de apoyo a su compañero, cayó Curro Vázquez ante la cara del toro, el cual, afortunadamente, nada hizo por él. Posada se quedó toreándolo sólo y tranquilo, para dejar un yoduro; otro igual. El joven diestro se descompuso y no dejó moverse. Le tiró a supuesto furioso un estoconazo de los vulgares, saliendo cogido aparatosamente. Volvió al toro cojeando y chorreando sangre, al tiempo que su enemigo doblaba. Ovación y salida a hombros. Destacaron en varas Zurito y Galleguito. Banderilleando Fernando Blanco (Blanquito).
 


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