Toros Notables
Entrega número 15 - Alertano...Alfilerero
131) Alertano:
El astado de la vacada de don Alonso Moreno de la Cova, llamado Alertano, se lidió en Madrid el (28-05-1989) Estaba herrado con el número 40, era negro listón y dio un peso de 508 kilos. Fue tan de bandera por su armónica jechura y carácter bravo, que obtuvo los siguientes trofeos al mejor toro de la Feria de San Isidro: Premio Mayte, Premio Lagartijo, de la Casa de Córdoba en Madrid; Premio Peña Taurina Luis Miguel Campano y Premio Gráfica Marte.
132) Aleve:
El día (02-11-1929), toreando en un festejo nocturno, en Morelia (Michoacán, México), el diestro Esteban García, recibió una cornada gravísima en el vientre, por el novillo, llamado Aleve, de la ganadería mexicana de Queréndaro, que falleció el día 5 del mismo mes y año. Esteban García, novillero mexicano, nacido en 1905, logró destacar aquí en México, y en la temporada de 1929 había conseguido en la capital un gran cartel, estando considerado como uno de los novilleros con más porvenir.
133.1) Alevoso:
Manuel Domínguez (Desperdicios), a la sazón famosísimo diestro, y José Carmona (El Panadero), alternaron en la Plaza de Toros de Saint-Spirit (Bayona, Francia), también el lunes día (22-09-1856), llevando en sus cuadrillas a los picadores José Muñoz, Pedro Romero (el Habanero), Juan Martín García (el Pelón), Antonio Calderón y José Barrera Trigo. De banderilleros nada se dice. Esta segunda jornada fue más notable. Las cuadrillas tuvieron el honor de ser recibidas en Villa Eugenia. El Emperador y la Emperatriz las acogieron con todo agrado. A los miembros de la cuadrilla de Manuel Domínguez les entregaron un alfiler con una esmeralda rodeada de diamantes destinado al espada, que guardaba aún cama por la herida. El Panadero recibió otro alfiler en el que figuraba un globo rodeado de dos serpientes en diamante. Cada uno de los restantes toreros fueron gratificados con la cantidad de 1.000 reales. Y, muy amable la Emperatriz les presentó al Príncipe Imperial, que entró en la sala en brazos de su nodriza.
Los toros, también de don Nazario Carriquirri, fueron más bravos que los de la víspera; las cuadrillas tuvieron que esforzarse mucho para lidiarlos y la emoción llegó al máximo cuando el tercero de la tarde enganchó a Domínguez y le hirió en la parte superior del muslo. Veamos lo que escribió Gautier: “Pasaremos a la ligera las proezas de Borracho y de Gavilán, que se comportaron bastante bien, para ocuparnos de Capitán, un toro tuerto, muy adusto y muy peligroso, que fue picado hasta diez veces, y que había conservado todo su vigor después de tanto castigo. Los toreros estaban en guardia, temiendo cualquier percance, y Domínguez había ya propinado a la terrible bestia una estocada a volapié, cuando en una rápida acometida le enganchó por la ingle, teniéndolo suspendido algunos segundos que parecieron siglos. Chulos y banderilleros se precipitaron sobre el animal, tirándole de la cola, cogiéndolo por el cuerno que había dejado libre, con el riesgo de ser también ensartados, y libraron así a su jefe de esta terrible situación. Una tremenda angustia oprimió todos los corazones, pero el hombre, a quien se creía muerto, se levantó con un movimiento de soberbia valentía, volvió a coger su espada y, en contra de la opinión de espectadores, que de todas partes le gritaban que se retirase, marchó intrépidamente contra el monstruo, al que mató, después de algunos pases, de una magnífica estocada.
Cuando la bestia hubo rodado a sus pies, Domínguez se retiró a paso lento, porque la herida de su muslo debía comenzar a hacerle sufrir, envolviéndose en su muleta como un emperador romano en su púrpura, con un incomparable aire de majestad, en medio de las aclamaciones y de aplausos frenéticos de los espectadores entusiasmados. Después de semejante emoción, el resto de la corrida tenía que resultar necesariamente anodina: Tambor, Trabuco y Alevoso fueron despachados, con mejor o peor suerte por El Panadero. Se sabe que de aquella cogida, el célebre matador dio la siguiente explicación, en una carta que escribió a Luis Carmena y Millán: Fui cogido dando un pase de pecho en las barreras, y como un pedazo de capa se enganchase en el cuerno derecho del toro, éste, al tener la vista obstruida, no obedeció a la muleta, y fui enganchado por la ingle y herido.
En su Relación, Gautier describe así a Domínguez: “Es un hombre de unos treinta y cinco años, de elevada estatura, apariencia vigorosa-exactamente igual que Bernardo Gaviño Rueda-; espesas barbas, que arrancan de los extremos de la boca, proporcionan a su rostro una expresión de valor inquebrantable.” La conducta del matador de toros en esta circunstancia estuvo de acuerdo con su retrato. La impresión que dejó fue enorme, como lo atestigua esta nota, aparecida en el Messager del 25 de septiembre:
“Ha sido por inadvertencia por lo que en los carteles de las corridas de toros se ha añadido al nombre del célebre Manuel Domínguez la palabra Desperdicios. Este mote, que quisieran aplicarle algunos envidiosos del talento y el valor de Domínguez, no será nunca adoptado en nuestra villa, que acaba de apreciar con qué impropiedad sería aplicado al más bravo y más brillante espada de España.” De haber vivido entonces el no menos célebre diestro Domingo López Ortega, le hubiera dicho al erudito Gautier: Entienda Ud. que ese apodo es verdaderamente acertado, porque ese diestro no tiene desperdicio alguno, es materia auténticamente pura, humana, viril y artísticamente.
134.2) Alevoso:
Sobre su bella estampa y costillar negro lucía Alevoso la divisa mexicana de Sinkeuel, propiedad de don Enrique Manero Peón, en la corrida celebrada en la “Plaza México” la tarde del (30-10-1949), que fue apoteósica para la vacada, ya que le dieron una vuelta al ruedo a tan sensacional astado y como premio a su bravura y el mayoral de la ganadería salió a hombros de la Plaza al terminar el festejo.
135) Alezno:
El (21-02-1926), en una de las tradicionales Corridas de Covadonga, celebrada en el antiguo coso de El Toreo de la Condesa (ciudad de México, D. F.), el diestro Juan Silveti Mañón sufrió una gravísima cornada en el vientre por Alezno, de la ganadería mexicana de Cuaxamalucan, cuya antigüedad es de 1918. La citada Plaza de Toros estuvo en activo de 1899 a 1913. Es el momento de recordar lo mucho que debe la afición de México de aquellos años al diestro español Diego Prieto (Cuatro-Dedos), pues durante muchos años radicó en la ciudad de México. El matador hispano Juan Jiménez (El Ecijano), residió igualmente largo tiempo allí, con la firme idea de levantar una nueva plaza, mejor que cuantas habían existido hasta entonces. Ya con los planos hechos y, como quien dice, con todo a punto, le sorprendió la muerte y todo quedó en suspenso. Pero la misma idea tenía también Cuatro-Dedos, y éste, asociado con el banderillero suyo Ramón López, tras no pocos esfuerzos lograron por fin llevar a cabo el proyecto, para lo cual adquirieron unos terrenos en la Hacienda de la Condesa.
Se vino el matador hispano a su España y contrató a los famosos diestros Enrique Vargas (Minuto) y Antonio Fuentes, con cuyos nombres formalizó el cartel inaugural, estrenándose la plaza con el nombre “México”, el (17-12-1899), justamente el año que desapareció la plaza de Bucareli, asistiendo el evento el presiente de la República, entonces el general don Porfirio Díaz. El ganado de aquella corrida estuvo integrado por tres toros hispanos de la vacada de Cámara y tres de la mexicana de El Cazadero. La vida de este coso
Terminó el (10-06-1913), pues ya se había construido unos años antes la Plaza de El Toreo, que había monopolizado el negocio taurino. Sin embargo, “la México”, durante el período de su vivencia, tuvo brillante historial, pues en su ruedo trabajaron los más famosos espadas de aquel tiempo. En ella comenzó su triunfal carrera Rodolfo Gaona, que con los años llegó a la más alta cumbre de la torería mexicana; y entre sus faustos se apunta también la trágica cogida y muerte del valiente matador español Antonio Montes, que tanto prestigio gozó en el país.
136) Alfangeado:
Aquel novillo de pelaje negro, llamado Alfangeado, llevaba marcado el número 68, pesó 237 kilos en canal y era de la vacada de don Eugenio Lázaro Soria. Fue corrido en la taurina Plaza de Toros de San Sebastián de los Reyes (Madrid) el (05-08-1967), al que por su carácter bravo y noble le dieron una vuelta al ruedo en el arrastre.
137) Alfarero:
El (29-11-1970), confirmó su alternativa el diestro gaditano Francisco Rivera (Paquirri), en la “Plaza México”, siendo su padrino Raúl Contreras (Finito) y testigo de la ceremonia Manolo Martínez, con Caporal, de la ganadería zacatecana de Arroyo Hondo, de don Julián Llaguno. A su segundo, llamado Alfarero, mi ya extinto paisano Francisco Rivera (Paquirri), le cortó las orejas.
138.1) Alfilerero:
Toro castaño albardado - dicese del pelaje del toro que tiene sobre el dorso, y en forma de albarda, una macha de pelos de distinto color, o matiz suficientemente diferenciado del conjunto de su pelaje, no aplicándose nunca a los toros berrendos-, que llevó el nombre de Alfiletero, de la vacada del duque de Veragua XV, lidiado en San Martín de Valdeiglesias el (10-09-1918), Bravo en todos los tercios, aguantó en el primero siete puyas, y dejó a seis caballos fuera de combate. Los diferentes duques de Veragua lidiaron sus toros en los años siguientes:
Duque de Veragua XIII y Osuna III: Del (04-07-1836) al (28-09-1850).
Duque de Veragua XIII: De (28-09-1850) al (24-04-1867).
Duque de Veragua XIV: De (24-04-1867 al (17-09-1911).
Duque de Veragua XIV: De 1911 - 1929