Siempre he sido un aficionado al que le fascinan los “gestos” taurinos. Eso sí, solo aquellos que realmente valen la pena y se apartan de la rutina. De lo contrario, me aburren soberanamente. Como dice una amiga taurina, a quien admiro por su franqueza y dureza: “Mi afición a los toros no me da para tanto”. Que un torero se encierre con seis “toritos” de encaste Domecq en una plaza de tercera, para mí tiene más de postureo que de auténtico “gesto”. Y eso sin mencionar que los toros suelen ser escogidos a medida por sus mentores. Si además, salen con las “bolitas” o terciaditos, apaga y vámonos.

 Los auténticos “gestos” taurinos son aquellos que rompen con la monotonía. La encerrona de Morante en El Puerto con los Veraguas de Prieto de la Cal sí fue un verdadero “gesto”. Aunque terminara como el Rosario de la Aurora, no deja de serlo. Lo mismo pienso de quienes se encierran en plazas como Las Ventas o La Maestranza con corridas de las llamadas “duras”. O el caso de Borja este año en La Línea con seis Victorinos, que también merece estar en esa lista.

Sin embargo, para mí, otro “gesto” de verdad, de los grandes, es el de Damián Castaño el próximo año. Encerrarse con seis toros de Dolores Aguirre en San Agustín del Guadalix, donde el toro se ve íntegro y en puntas, es algo digno de admiración. Gestos como este mantienen vivo ese romanticismo en el mundo del toro, representado por aficionados como los del Club Taurino “Los 3 puyazos”. Desde luego, hay que tenerlos muy bien puestos, y Damián los tiene. Con los “cojones” del salmantino podrían hacerse unos cuantos toreros.

Espero que tenga suerte y que la moneda, la que ha lanzado a cara o cruz, caiga de su lado. La tauromaquia necesita más toreros como él. Ojalá todo le salga como merece y este año sea su consolidación como un torero imprescindible en cualquier feria. Personalmente, no me sorprendería. Llevo años siguiéndolo, y siempre es de los que espero con ilusión.

Suerte, Maestro.

Así lo veo y así lo cuento.

Juan M. Quiros