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04 Agosto 2019
Pinar corta la única oreja con deslucidos "adolfos" en Íscar (Valladolid)
Toros de Adolfo Martín, pobres de cara y desigual remate, nobles pero sin raza. Le faltó casta en conjunto a la corrida, siendo los de mejor juego tercero y sexto.
Manuel Jesús “El Cid”, de nazareno y oro: estocada (silencio); y estocada que hace guardia (silencio).
Manuel Escribano, de verde botella y oro: pinchazo y estocada tendida (silencio tras aviso); y media y descabello (silencio).
Rubén Pinar, que sustituía a Juan del Álamo, de salmón y oro: cinco pinchazos y estocada (silencio); y dos pinchazos y estpcada (oreja).
En cuadrillas, buen tercio de banderillas de Ángel Otero en el tercero; y Puchano picó de forma notable al sexto.
Al finalizar el paseíllo se hizo entrega al Cid de una placa en reconocimiento a su trayectoria.
La plaza ha registrado dos tercios de entrada en tarde de temperatura veraniega
Rubén Pinar, que cortó una oreja, se erigió en el triunfador de la corrida celebrada este domingo en Íscar (Valladolid) en la que un deslucido y decepcionante encierro de Adolfo Martín condicionó una función en la que tanto El Cid como Manuel Escribano vieron silenciadas sus respectivas faenas.
El primero de Adolfo tuvo tanta nobleza como falta de transmisión en la embestida. No terminó de apostar El Cid en un trasteo aseado pero sin mayor compromiso. Metió la mano con habilidad, dejando una estocada entera y atravesada, y fue silenciado.
Con el cuarto anduvo fácil el de Salteras en el saludo a la verónica, para después en la muleta poner más fibra que en su anterior faena ante un toro parado en el último tercio. Le hizo guardia la espada y fue nuevamente silenciado.
Discreto y sin lucimiento se mostró Manuel Escribano con los palos en el segundo, al que había recibido con una larga cambiada en el tercio. En la muleta estuvo afanoso el sevillano en un faena de poco eco ante un deslucido animal de escaso recorrido y sin fijeza alguna.
Más acertado anduvo el de Genera con los palos en el quinto, con el que llevó a cabo una faena breve ante un toro agarrado al piso y muy desrazado.
Rubén Pinar aprovechó el buen pitón de el tercero, “Cartuchero”, que tuvo recorrido y descolgó en su embestida, para cuajar una faena de torero maduro e impecable técnica. Hubo temple y ligazón sobre la diestra, firmando bueno momentos, sin embargo al natural bajó la intensidad. Se atascó con los aceros.
El sexto, de nombre “Cocinero”, fue bravo y tuvo recorrido en la muleta tras emplearse en el peto. Pinar, que abrió faena a media altura, entendió a la perfección las distancias y las alturas. Suavidad y temple en las muñecas del de Tobarra, tanto sobre la diestra como al natural dentro de una faena bien estructurada, y premiada con una EFE