Olga Pérez Puyana
Olga Pérez PuyanaLicenciada en Derecho, cronista taurino colaboradora de diversos medios y ex-presidenta de la plaza de toros de El Puerto. |
04 Julio 2017
Elegio del Heroe
La pasada semana caía en las astas del toro uno de los nuestros, un hombre de ley hecho a fuego y hierro, un torero forjado a base de tesón, esfuerzo y lucha.
La vida de un ser humano sesgada en las astas de un toro y es paradójico que en un año dos toreros hayan dejado su vida en el ruedo, precisamente en una etapa en la cual la medicina ha avanzado hasta lo impensable que hace increíble que estos sucesos acaben en un final tan dramático, y que se hace imposible salvar esa vida en las manos de médicos y en el hule de una enfermería, y precisamente también en unos tiempos donde la tauromaquia esta cada vez mas atacada, el toro ha vencido en dos ocasiones, acabando para siempre con los sueños de dos jóvenes que entregaron su vida a su profesión.
Se marchan dando ejemplo y si perdura y existe en ellos, en jóvenes como ellos, el valor, vocación, y afición, la destreza y el valor innatos serán el motor del futuro, y nunca olvidaran esa , gloria eterna para aquellos que nos dejaron, precisamente en la propia lucha vital.
Mientras en esta comedia real se pueda ser eterno sin ser parte del pasado y se muestren acrisoladas tauromaquias, la fiesta seguirá viva, porque no olvidemos que en esta comedia el telón no baja, se muere de verdad, y es por ello por lo que puede llegar a ser tan inmensa a los ojos insignificantes de quienes admiramos a los hombres de luces.
En estos últimos compases acontecidos algunos, unos pocos, pretenden ensombrecer la eternidad de nuestra fiesta…porque…creen que con sus provocaciones e incultos insultos minaran nuestra afición o la grandeza del toreo, pero nada más lejos, ello no hace más que unirnos , sentirnos mas fuertes que nunca.
No olvidemos que el Duende que impregna el toreo se encarga de hacernos sufrir con la cercanía de la muerte, pero no con ella misma, nos ofrece el pasaporte a los Ángeles, pero tampoco les entrega, sufrir por medio del drama pero no con él, sufrir y esperar sobre formas vivas, este final no por no esperado deja de ser imprevisible y ensombrecedor, pero también es la pura y cruda realidad.
No por su plasticidad y belleza nos puede hacer olvidar que en un segundo se acaba todo sobre el tapete de un escenario vivo y vibrante.
Es por momentos como este vivido por los que la tauromaquia seguirá viva precisamente. Siempre que alguien se juegue el valor más preciado de todo ser humano, su vida, olvidando todo instinto de conservación, todos sus momentos vitales los habidos y por haber, será para y por siempre… ETERNA
Olga Pérez Puyana