Luis Rivas Asencio
Luis Rivas AsencioCronista taurino de diversos medios |
30 Diciembre 2016
! A los que quieran oír… !
En España hasta el mes de noviembre pasado, existía más de 13 millones de personas en riesgo de pobreza y de exclusión social y por si fuera poco otros 3 millones y medio en pobreza absoluta. Si echamos la vista a Sudán del Sur, un país joven, arrasado por la guerra, con más de 50.000 muertos y más de 2 millones de desplazados, es increíble en los albores del siglo XXI. Tras un enfrentamiento étnico en Sudán, se volvió a sembrar el horror, violaciones, asesinatos, niños y adultos metidos en un contenedor metálicos. Las cárceles, sin espacio, ni ventilación, sin agua ni comidas, los detenidos fueron muriendo entre gritos. La ayuda es insuficiente por parte de la ONU y médicos sin Fronteras
Por otro lado la carrera armamentista es preocupante y llamativa, por el elevado presupuesto de los gobiernos. En España tampoco se quedan atrás en cuanto a lo fijado en los presupuestos generales del Estado, y todo para matarse, unos contra otros. Hablan que en Sudan hay 400.000 militares armados, milicianos y grupos rebeldes.
Mientras en nuestro país grupos que se autodenominan animalistas y radicalmente opuestos a la Tauromaquia, camuflados unas veces en las redes sociales y otras orquestando campañas con el beneplácito de políticos, y en múltiple ocasiones, gritando, ofendiendo e interrumpiendo espectáculos taurinos. Ignoran que la Constitución Española, permite la libertad de celebración de los festejos de toros y toreros. Más de 300.000 puestos generan los Toros en España, sin subvenciones.
Cuesta creer que hace unos días se produjo el desbloqueo por parte del Consejo de Ministros de las ayudas generales a la producción de largos metraje para este año por importe de 10 millones de euros, que habían quedado paralizadas en julio por orden del Ministerio de Hacienda. Igualmente existen otras líneas de ayudas al cortometraje y a la asistencia a festivales, cercanas al millón de euros.
En una conferencia coloquio en el 1929, en la Universidad de Columbia en Nueva York, el torero lorquiano Ignacio Sánchez Mejías, convenció a los estudiantes norteamericanos, en su mayoría poco afecto a los toros, cuando dijo el demoledor pensamiento: “Hablemos mucho más claro, antes de aceptar, sin más, la crueldad de las corridas de toros, habrá que discutir sobre la guerra, sobre la caza, sobre el boxeo, y otras muchas cosas que la cortesía me impide enumerar. Cuando la humanidad esté en un grado de tal civilización que no quede ninguna crueldad entonces sería cosa de hablar de suprimir las corridas de toros. Pero mientras los seres humanos hablen tranquilamente del número de hombres que cada nación puede matar en un momento determinado hablar de la crueldad de las corridas de toros es ridículo”. Lo dijo un torero intelectual, autor de varias obras de teatro, conferenciante y articulista importante, al que tenía puesto en los altares toda una Generación del 27. Nada más y nada menos. Rafael Alberti, desde su posición ideológica de izquierda adoraba a Ignacio, lo mismo que García Lorca que escribió a la trágica muerte del torero en Manzanares, una de sus más sublimes elegías.
Luis Rivas Asencio