El Puerto (Cádiz) 3 Agosto. Festejo nocturno. Menos de un cuarto de entrada en noche agradable.Novillada sin picadores. Se han lidiado erales deLópez Gibaja, (1º,2,4º y5º) y uno de Hnos. Lavi, bien presentados y con dificultades.




Jonathan Laserna, vuelta tras dos avisos,
Luis Salazar, oreja,
Juan de Maria, palmas,
David Merino, ovación,
Miguel Pacheco, ovación tras dos avisos

Cuando tenemos que comentar un festejo de este tipo, debemos hacerlo con objetividad y no intentar de engañar a nadie, porque al final los perjudicados son aquellos que en su día dijeron que querían ser torero.

La profesión de matador de toros es una cosa muy seria, no es juego de niño que solo sirve para ponerse un traje de torear y decir “yo soy torero” .

Venimos observando últimamente, salvo honrosas excepciones, que la nueva savia del toreo está pasando un bache muy grande. Hay falta de responsabilidad por parte de ellos mismos y también de aquellos que están encauzando sus carreras.

Lo visto hoy en el Puerto es fiel reflejo de esta situación. Chavales que quieren ser toreros pero que deberían ir más preparados a una plaza de cierta importancia dentro del circuito taurino. Quizás toda la culpa no la tengan ellos, parte de ella la tienen aquellos que están a su alrededor, que deberían conocer cuando están preparados para dar ese paso.

Muchos son los llamados y pocos los elegidos, esto ocurre también en el toreo. Hay que ser consciente de que todos no tienen esa posibilidad de llegar a formar parte de la familia taurina. Una retirada a tiempo es una victoria y, dejemos paso a otros que quizás reúne mejores condiciones para ello. No, nos engañemos, algunos de los chavales que hoy pisaron el albero portuense deberían reflexionar un poco su situación.

Carlos V. Serrano

Jonathan Laserna, alumno de la Escuela Taurina de Moralzarzal, se fue a la puerta de chiquero para recibir a su primer ejemplar, para luego interpretarle lances a las verónicas. Rivalizó en un buen tercio de quites con su compañero de cartel Luís Salazar.  El madrileño se mostró preparado toreando a su oponente por ambos pitones en una faena larga, lo que propició que sonase un aviso antes de montar por primera vez la espada. Luego le sonó el segundo al no estar bien con la tizona.
 

 Luís Salazar, perteneciente a la Escuela Taurina de Algeciras, le enjarretó dos largas cambiadas en el tercio a su novillo. Este novillerito se mostró muy firme y valiente con la muleta ante un animal que marcaba mucho su tendencia a tablas. Lo pasó por ambos pitones, aguantando algún que otro  parón del novillo. Terminó su faena con unas valientes benardinas. Paseó el único trofeo de la noche.
 

El portuense inscrito en la Escuela Taurina de Jerez, Juan de María, lucía precioso terno blanco y oro “de la aguja”, cuyo bordado está inspirado en el Escudo del Cabildo Municipal de 1864, pasó por la Plaza Real del mismo color que su vestido “en blanco”. No se acopló con el capote y con la muleta instrumentó algún pase suelto por el pitón izquierdo del toro. Con la espada tampoco anduvo fino.
 

El otro portuense que actuaba era el alumno de la Escuela “La Gallosina” David Merino, demostró poco oficio con el percal y no logró acoplarse en ningún momento con la muleta a las sosotas pero sin peligro embestidas de su oponente, en una faena con muchos altibajos y poca quietud. Recibió una “bondadosa” ovación de sus paisanos.
 

El alumno de la Escuela de La Línea Miguel Pacheco, torea con mucho gusto y tiene muy buen concepto del toreo. Se mostró variado tanto con el capote como con la muleta, pero su punto débil es sin duda la espada.  Fue ovacionado tras recibir dos avisos presidenciales.