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El Cid e Iván Fandino
Fandiño y "El Cid", a hombros con "victorinos" en Talavera de la Reina
19 Mayo 2013Talavera de la Reina. (Toledo) Toros de Victorino Martín, de juego y presencia desigual. Buenos, tercero y quinto; noble y soso el primero; con sentido el segundo; manejable por el pitón derecho el cuarto, y el sexto, reservón. La plaza tuvo dos tercios de entrada.
Uceda Leal, silencio y oreja.
Manuel Jesús "El Cid", silencio y dos orejas.
Iván Fandiño, dos orejas y oreja.
Los diestros Iván Fandiño, que cortó tres orejas, y Manuel Jesús "El Cid", que paseó dos, salieron a hombros en la corrida de Victorino Martín celebrada hoy en la localidad toledana de Talavera de la Reina,
DE TODO HUBO, Y MUCHO BUENO
Interesante y variada tarde la vivida en Talavera, con una corrida de Victorino Martín en la que hubo de todo en cuanto a presentación y comportamiento, y tres toreros que tuvieron actitud.
Uceda Leal logró meter en el canasto al que abrió plaza, un toro de cuerna abierta que persiguió la muleta del madrileño sin brío. Uceda tiró de él con suavidad por el pitón derecho, pero la faena no llegó a tomar verdadero vuelo.
Tras presentar complicaciones en los dos primeros tercios, el cuarto terminó embistiendo con cierta vibración en el inicio de faena de muleta, si bien el trasteo fue a menos por falta de ligazón y entrega. Aún así logró cortar una oreja merced a uno de sus espadazos.
"El Cid" nada pudo hacer ante el segundo de la tarde al margen del entonado recibo a la verónica. El toro buscó la barriga del torero por los dos pitones y el sevillano abrevió.
Sin embargo no hizo tal en su segundo, al que cuajó una faena de menos a más que comenzó con la muleta sobre la diestra, y que llegó a su punto álgido en tres tandas al natural de mano baja y trazo lento que tuvieron peso, no solo por lo ya comentado, sino por el aguante que también derrochó en la cara del toro. Bien "El Cid".
Iván Fandiño anda sobrado incluso ante "victorinos". Así lo demostró también en Talavera ante un lote que ofreció embestidas dispares.
Su primero fue noble y con clase aunque blando. A pesar de esta rémora Fandiño le enjaretó varias series tanto de derechazos como de naturales de mando y poder, despatarrado y entregado ante la cara del "albaserrada", al que llevó a cámara lenta por momentos al natural en la fase final del trasteo, en la que el toro, también es cierto, no volvió a derrumbarse.
Sin embargo el que cerró festejo vendió caras sus arrancadas. El vasco aguantó el molesto gazapeo del toro y le buscó las vueltas por los dos pitones en una faena no brillante estéticamente pero sí notable por el pundonor y el espíritu de superación. Actitud, en una palabra.