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Puerta grande para El Fandi
03 Julio 2010Arévalo (Avila). Lleno total. Se han lidiado toros de Carmen Segovia, nobles pero de poca fuerza.
Morante de la Puebla, silencio y oreja;
El Fandi, oreja y dos orejas;
Cayetano, aplausos y silencio.
Se lidiaron toros de Carmen Segovia, desiguales de presencia y de juego también variado. El mejor, el quinto. Segundo y cuarto "sirvieron" asimismo aún sin llegar a ser toros completos. Primero, tercero y sexto, descastados.
José Antonio "Morante de la Puebla", silencio y oreja.
David Fandila "El Fandi", oreja y dos orejas.
Cayetano Rivera, silencio y silencio.
La plaza tuvo lleno de "no hay billetes".
CRÓNICA DEL FESTEJO
UN DIEZ PARA LA AFICIÓN
El primer éxito del festejo, y posiblemente el más importante, estuvo en la taquilla. El cartel de "no hay billetes" el día que la selección española jugaba contra a Paraguay en cuartos de final del Mundial de Fútbol lo dice todo.
Pero luego además se vio un entretenido espectáculo taurino, con el granadino "Fandi" como gran protagonista, al abrir la Puerta Grande con un triunfo de tres orejas.
A su primero, segundo del festejo, lo toreó variado y con buen aire en el capote, espectacular en banderillas y muy comprometido en la muleta, mejor por el lado derecho, por donde surgieron los mejores muletazos. Pero la faena, como el toro, a menos. Mató bien y cortó la primera oreja.
Lo mejor vino en el quinto, el mejor toro del envío, al que "El Fandi" cuajó de principio a fin. Muy bien a la verónica en el recibo, al igual que en posterior quite por tafalleras. En banderillas, volvió a dar el acostumbrado espectáculo. La faena de muleta tuvo el mismo guión de la anterior, pero esta vez el toro duró más y el trasteo tuvo más consistencia. Volvió a matar a la primera, y paseó las dos orejas.
"Morante", que apenas dejó algún apunte suelto con su inválido primero, dejó pinceladas de su toreo de empaque y donosura que tanto le caracteriza en el cuarto, un toro que se movió sin clase y con el que el sevillano no se arrugó hasta que consiguió los mejores muletazos de la tarde por el pitón derecho en el epílogo. Paseó una oreja.
A Cayetano le tocó bailar con la más fea con sus dos toros. Su primero se refugió en tablas a las primeras de cambio, y sin querer saber nada de los engaños, y el sexto, sin fuerzas además, tampoco tuvo codicia alguna. Puso empeño el torero, pero sin llegar a conseguir nada.
EFE