El Puerto (Cádiz) Artículo de opinión de Juan M. Quiros

Salieron los carteles de San Isidro y, como era de esperar, pocas sorpresas, muchas repeticiones y ninguna novedad que realmente ilusione.

Para empezar, el cartel de la sobrina del Rey deja mucho que desear. A mí, sinceramente, me dice poco o nada. ¿Dónde quedaron esos carteles que uno se volvía loco por conseguir? No seré yo quien guarde el de este año. En cambio, hay por ahí uno de Mer Fidalgo que sí es un cartel como Dios manda.

Y ahora, vamos al lío. Partamos de la base de que soy un aficionado muy "especialito" y que, cuando algo no me gusta, no me callo. Y en estos carteles de Madrid hay mucho más que no me atrae que lo que sí.

Si miro los carteles, lo primero que veo es que se repiten demasiadas ganaderías, y algunas llevan años dando petardazo tras petardazo. Ver dos tardes al Conde de Mayalde, Alcurrucén o Juan Pedro, ya sea con una corrida de toros o una novillada, dice mucho de lo que nos espera. Y si además vuelven a estar Puerto-Ventana, El Pilar o Valdefresno, muchos se lo pensarán dos veces antes de renovar el abono.

Tema novilleros

Lo de Marcos Pérez en una encerrona no lo veo. Y si es una apuesta, al menos que haya variedad de encastes. Esperemos que salga algún Fuente Ymbro de los que embisten en Las Ventas y nos haga ver la dimensión de torero que parece que será. Lo de Zulueta estaba cantado después de "meter" a Talavante en la de Resurrección en Sevilla: cambio de cromos. Me apetece ver mucho a Aarón Palacios y a El Mene.

Y ahora vamos al turrón, que hay tela que cortar

Anunciar tres tardes a Ureña, Perera, Adrián o Rufo me parece un exceso a todas luces innecesario. El año pasado a Adrián le dieron las sobras y este año lo anuncian tres tardes. Ni tanto ni tan calvo.

Pero lo que realmente clama al cielo son las dos tardes de Manzanares, Castella y Aguado. Qué fácil es estar apoderado por los que mueven el cotarro. A mí Manzanares y Castella me aburren hasta la saciedad, y sobre Aguado, poco que decir. Mi afición no me da para esperar otro año más a que cuaje un toro. Desde aquel triunfo en La Maestranza han pasado demasiados años. Su crédito ya se ha agotado, aunque me pese, porque siempre creí en su toreo.

Difícil de entender también la inclusión de Clemente, Adame, El Fandi o Rafa Serna. Lo de Rafa imagino que será un capricho del Rey Roca. Si no, que alguien me lo explique. Entre ver torear a Rafa Serna hijo o volver a escuchar el pregón de Rafa Serna padre, lo tengo claro: pondría YouTube y me emocionaría de nuevo con aquel pregón.

Y, por más que miro los carteles, no veo ninguno rematado. Quizás el de La Quinta con Uceda Leal, Luque y De Justo; la de Dolores Aguirre con Robleño, Castaño y Juan de Castilla; o el mano a mano de Juan Ortega y Pablo Aguado, aunque solo sea por darle una última oportunidad a Pablo. Ni siquiera las de Morante me llaman la atención.

Y de juzgado de guardia es que el mejor torero de la temporada pasada en Las Ventas, que además abrió la Puerta Grande con todo merecimiento, Jarocho, se haya quedado fuera. Maldita mafia. También habría estado bien darle una tarde a Manuel Jesús "El Cid". Después de tantos años poniendo de acuerdo hasta al 7, se merecía un pequeño reconocimiento por parte de la empresa, un mínimo gesto de consideración. Pero claro, eso es imposible con quienes manejan ahora el poder en la plaza más importante del mundo.

Se echa en falta, o al menos yo lo echo de menos, la Semana Torista. Quizás seguimos pagando las consecuencias de la pandemia y no haya toros suficientes para Madrid. Pero la ausencia de Miura, Cuadri, Ibán o Saltillo se nota. También extraña que Santiago Domecq no esté anunciado.

Llámenme pesimista si quieren, pero, como dice una amiga mía: mi afición no me da para aguantar siempre lo mismo.

Así lo veo y así lo cuento.

Posdata
No todo van a ser malas noticias. Hay una muy buena: menos mal que el ínclito Abellán no nos ha colado a Olga Casado. Eso ya habría sido demasiado descarado.

Juan M.Quiros