Jerez (Cádiz)Sábado 11 de mayo, tercer y último festejo de la Feria del Caballo 2024; otra tarde más con un llenazo en la plaza. Se han lidiado toros de Juan Pedro Domecq para Morante de la Puebla (rosa y azabache con los pechos bordados): ovación con saludos y bronca; Sebastián Castella (sangre de toro y oro): premio de tómbola de dos orejas y ovación con saludos; y José María Manzanares (gris plomo y azabache): silencio y dos orejas. El banderillero Luis Blázquez fue trasladado a la enfermería tras sufrir un percance en el tercio de banderillas del segundo, y el picador Francisco Barroso también tuvo que ser atendido al ser derribado por el cuarto toro. Castella y Manzanares salieron a hombros escoltados por una multitud de jóvenes aficionados.

Terminaron los festejos de la Feria del Caballo que este año han consistido en una corrida de rejones, anunciada con mucho acierto el domingo 5 de mayo , y dos corridas de toros celebradas ayer viernes y hoy sábado. Lo más importante de estos tres festejos ha sido la gran afluencia del público y en particular la asistencia masiva de jóvenes lo que asegura un relevo generacional para el primer espectáculo público (no deportivo) que más interés despierta y más dinero deja en las arcas del gobierno.

Arcas de donde sale el salario del señor Ministro de Cultura que tan “inculto” se muestra atacando a un espectáculo que está declarado como PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA desde 2013 (según Ley 18/2013 del 12 de Noviembre, publicada en el BOE nº272 del 13 de Noviembre). Así que Sr. Urtasun, usted como máxima autoridad del Ministerio de Cultura tiene la obligación de proteger dicho Patrimonio y la libertad de los profesionales, ganaderos y aficionados a vivir y disfrutar de un espectáculo totalmente legal. Si no lo quiere hacer pues ya sabe, dimita y deje que otro político, con más coherencia y menos ansia de acabar con algo que no es de su gusto, ocupe su puesto. Le recuerdo que usted gobierna para los antitaurinos y para los taurinos, todos somos hijos de este gran país que está en estos momentos en vuestras manos, y por lo tanto todos tenemos los mismos derechos y usted las mismas obligaciones con nosotros.

Morante:

No pudo hacer nada con el capote en el primero de la tarde, un toro que parecía tener un defecto en la visión y que le volteó, afortunadamente sin consecuencias, cuando lo llevaba al caballo de picar. Con pinturería se lo sacó al tercio con la franela pasándolo por alto. El cigarrero sabía que el toro tenia tan solo dos o tres tandas, por lo que no le apretó y consiguió, acariciando las embestidas, un par de series con la derecha y otras dos al natural, intercalando molinetes y pase de las flores como adornos sevillanos. Lo cerró por ayudados por alto. Tras un pinchazo cobró una estocada y necesitó un golpe de verduguillo. Saludó desde el tercio.

Al cuarto de la tarde, muy rebrincado de salida, tan solo le pudo propinar una verónica limpia. No hubo faena de muleta ya que ni el toro puso por su nula condición, ni el torero dispuso por su falta de confianza. Salió con la espada de matar despenándolo de un pinchazo y media estocada. Recibió una torera bronca.

Castella:

Buen toreo por verónicas rematadas con media y revolera. Quitó al toro por chicuelinas y gaoneras (puente de la muerte). Comenzó la faena de muleta por alto con los pies juntos, intercalando un cambio muy ceñido por la espalda. Tras este recibo el astado fue muy a menos, entonces el torero galo optó por un toreo de cercanías demostrando su valor. Antes de montar el acero y acabar con la poca vida que le quedaba al astado, le recetó unas bernardinas rematadas con un pase de pecho cogiendo la muleta por la punta del estaquillador. Tras el puntillazo final pasó por la “Tómbola Presidencial” y consiguió el premio de dos orejas.

Al quinto de la tarde lo recibió por verónicas ganándole terrenos. Con la muleta exprimió al toro hasta dejarlo sin bravura. Ligó series en redondo y al natural. Cuando el toro se sintió podido se rajó buscando las tablas. En esos terrenos el torero tiró de nuevo de valor metiéndose entre las astas, terreno que domina a la perfección. Un pinchazo y media estocada mandó al toro a las dehesas celestiales.

Manzanares:

Recibió a su primero toreando para el toro, es decir sin meterse con él ya que no demostraba tener el fuelle suficiente para el lucimiento. La faena de muleta la basó por el pitón derecho, donde consiguió algún que otro buen pase, pero sin conectar con los tendidos. Tras un pinchazo y una estocada su labor fue silenciada.

Al sexto lo lanceó por verónicas, aunque el toro no tenía el brío necesario para el lucimiento. El burel fue muy protestado por su falta de fuerza. Nadie daba un duro por el triunfo, pero el alicantino gracias al temple, esa virtud que da fuerza al toro que no la tiene y se la quita al que la tiene, sacó una faena profunda y elegante. Logró incluso que el toro tuviese recorrido en sus embestidas. Faena inventada por un torero que ojalá tras esta tarde vuelva a tomar el mando y clase que poseía en sus primeros años como matador. Tras una estocada le cortó las dos orejas. Preciosa la vuelta al ruedo rodeado de jóvenes aficionados.

Luis Ángel Íñigo.