El Puerto (Cádiz) Articulo de opinión de Juan M. Garcia de Quiros.

En estos tiempos que corren en los cuales la fidelidad, el compromiso y las palabras tienen cada vez menos valor, quiero ser hincapié en esos toreros de plata, yo los llamaría de oro y de muchos quilates. Esos subalternos que fueron fieles a su torero a lo largo de sus carreras, hombres de confianza, esos mismos que tenían que lidiar y parar el toro. Esa suerte de parar al toro que prácticamente quedó en el olvido para los hombres de plata de hoy en día.

Rebuscando por esa herramienta que tenemos en nuestras manos y que se llama internet, pude encontrar un caso que me llamo la atención y que viene al caso, Juan León no dudó en tirarse al ruedo a pecho descubierto para quitar al toro de la cara de su maestro Curro Guillen, que lo tenía a su merced, tan a su merced que el torero falleció camino de la enfermería por las diferentes cornadas que le infringió y hasta el propio subalterno se llevó una cornada de las que, como se decía en el argot, fue una «corná de caballo».

Hoy quiero recordar a muchos de ellos, nombres que al mencionarlos automáticamente, te llevan a la figura de su maestro.

El Vito con el Maestro de Ronda, Antonio Ordóñez o Jaime Ostos, el ídolo de Pamplona, Juan Luis de los Ríos, El Formidable con el León de San Fernando, Ruiz Miguel, nuestro Cruz Vélez que tuvo la desgracia de estar en aquella maldita tarde de Pozoblanco a las órdenes de Paquirri, y que después siguió haciendo carrera con dos figuras del toreo, Paco Ojeda y Finito, no podría ni debiera olvidarme de Antonio González “Sabio”, toda la vida al lado del Maestro Galloso.

Quién no recuerda nombres como Martín Recio con Antoñete, El Rabioso con Paula, El Pío y Alfonso Ordóñez, el hermano del Maestro rondeño con Curro, el llorado Montoliú, ¡cómo pareaba este torero!, ¡Cuánta elegancia!, a las órdenes de Manzanares padre, Corbelle con Palomo, y ya más reciente El Mangui con el Litri, el Lili con Morante o Mariano de la Viña con Ponce al que un toro en la feria de El Pilar le dio una de las cornadas más impactantes de los últimos años.

Otros peones de confianza de figuras de mediados del siglo pasado fueron Domingo Peinado con su primo Luis Miguel Dominguín, Guillermo Martín que a modo de anécdota, es uno de los que llevan a hombros a su Maestro en la estatua que tiene en la puerta grande de Las Ventas y Pablo Saugar de los Pirris, que fueron muchos años con Antonio Bienvenida.

También me gustaría citar en este artículo a Juan Cubero, hermano del malogrado Yiyo que siempre estuvo al lado de José Miguel Arroyo, Joselito, Luis Blázquez con Manzanares hijo, Curro Robles que fue mucho tiempo con Juan Bautista, Pablo Delgado con Castella, el Pérez con El Cordobés o ya muy alejado en el tiempo, Litri II que se llevó muchos años con Conchita Cintrón.

Y para terminar, me gustaría contar algo sobre la historia de Blanquet, uno de los banderilleros míticos de la historia del toreo. Llegó a ir con Joselito, Granero y Sánchez Mejías, al que le perseguía la mala suerte o el “mal bajío”, el peón de confianza de Joselito, su mano derecha, que por cierto, más de una vez se puso a las órdenes de Blanquet en algunos tercios de banderillas, Blanquet también estaba en la cuadrilla de Granero cuando Pocapena le dio una de las cornadas más dramática de la historia, como bien dijo Hemingway, no he visto, ni veré una muerte más terrible y poco tiempo después el mismo Blanquet falleció de un ataque al corazón en un tren en el que iba con Sánchez Mejiás que a los pocos años, el toro Granadino le sesgó la vida en Manzanares.

Juan M- Quiros