San Sebastián de los Reyes (Madrid), sábado 31 de agosto de 2019. 3ª de Feria. Más de un cuarto. Toros de Hermanos García Jiménez, muy desiguales de hechuras y caras, nobles y bajos de raza, que en general se dejaron mucho salvo el sexto. El mejor, en cambio, fue el tercero.

Manuel Jesús "El Cid", oreja y oreja tras aviso.

David Fandila "El Fandi", oreja y oreja.

Miguel Ángel Perera, dos orejas y silencio tras aviso.

El Cid cortó la primera oreja de la tarde a un primero de corrida tan noble como bajo de raza y de escaso fondo. Pero tuvo un buen pitón derecho, lo que aprovechó el sevillano para ligarle varias tandas de buen porte dentro de un conjunto aseado y culminado de media estocada en buen sitio.
 

Algo similar ocurrió con el manejable cuarto, aunque el lado bueno de éste era el otro, el izquierdo, lo que permitió al de Salteras exhibir su mano zurda para ligarle series al natural de muletazos largos, cadenciosos y por abajo. La estocada volvió a ser crucial para la oreja que le granjeaba la salida a hombros.

El Fandi, que reaparecía tras dos semanas en el dique seco por culpa de una rotura de fibras en el gemelo, anduvo como si nada en los dos toros de su lote.

Largas cambiadas en el tercio, verónicas ya de pie, galleo por chicuelinas para poner en suerte, quite por caleserinas, espectáculo con los palos, y mucha disposición y variedad en dos faenas de muleta, que, como sus dos toros, fueron a menos. Cortó una oreja de cada uno de ellos y abrió también la Puerta Grande.

Perera rayó a muy buen nivel frente al tercero, el mejor toro de la corrida tanto por presencia como por esencia, pues fue un animal que tuvo mucha movilidad y transmisión.

El extremeño, que brilló con el percal a pies juntos, anduvo muy poderoso con él en una labor que aunó temple, mando y hasta relajo en la interpretación. Faena grande de Perera, que se gustó tanto con el animal que hasta llegó a pasarse de faena. No importó. La gran estocada final dio paso a las dos orejas.

Con el sexto apenas pudo redondear Perera al vérselas, esta vez, con la antítesis de su oponente anterior. Un toro sin raza y que se vino muy abajo con el que el extremeño acabó atascándose con los aceros. EFE