Almaden (Ciudad Real) Toros de Julio de la Puerta, desiguales y justos de presencia, faltos de entrega y raza, a excepción del sexto, de nombre Ebanista, número 49, encastado, premiado con la vuelta al ruedo. La plaza registró tres cuartos de entrada.

El Fandi triunfa y Filiberto malogra una buena faena 

Almaden (Ciudad Real) Toros de Julio de la Puerta, desiguales y justos de presencia, faltos de entrega y raza, a excepción del sexto, de nombre Ebanista, número 49, encastado, premiado con la vuelta al ruedo. La plaza registró tres cuartos de entrada.

David Fandila "El Fandi", oreja y dos orejas.

Alberto López Simón: oreja y silencio tras aviso.

Filiberto, silencio y oreja tras aviso.

 Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del torero almadenense Pedro Velázquez, fallecido recientemente.

El diestro David Fandila "El Fandi" salió este sábado hombros en la localidad ciudadrealeña de Almadén tras cortar tres orejas a una deslucida corrida de Julio de la Puerta, con un solo toro bueno, el sexto, con el que brilló Filiberto en una labor a la que le faltó contundencia con la espada.

La preciosa plaza de toros hexagonal de Almadén registró la mejor entrada de los últimos años como respuesta al reclamo que supuso, fundamentalmente, El Fandi.

Sin embargo el juego de los toros de Julio de la Puerta deslució el balance artístico, que apenas existió a pesar de que se cortaran orejas, debido más a los recursos del granadino que al contenido real de las faenas.

El propio Fandi se las vio en primer lugar con un toro de seis años que no se deslizó y repuso. Cortó dos orejas a su segundo inventándose una faena repleta de banderazos a un toro sin clase alguna, en un gesto de querer contentar a los tendidos. Eso sí, clavó siete pares con las que hizo las delicias de los espectadores.

López Simón debutó en Almadén con una faena firme aunque sin brillo ante un toro incierto. Lo mejor, el aplomo al manejar la muleta al natural. Su segundo fue peor aún, por bronco, sin ritmo ni celo. El madrileño abrevió con la muleta y se dilató con la espada.

Filiberto también hacía su primer paseíllo en este coso tan especial. En suerte le cupo un primer toro incierto, que no se entregó en momento alguno y que embistió al paso mirando de reojo al torero de Albacete en todo momento. Se entretuvo al matar, acabando con contundencia al cuarto intento.

Quiso la fortuna que el único toro con posibilidades del festejo saliera en sexto lugar y le correspondiera al torero que más lo necesitaba. Y lo aprovechó Filiberto instrumentando una faena emocionante y entregada, con algún atisbo de petición de indulto incluida. Fue una lastima que fallara con el acero, minimizando el triunfo. EFE