Valencia. Seis novillos de Santiago Domecq, el tercero como sobrero de un titular devuelto por inválido. Novillada de muy desigual y hasta fea presentación y de juego deslucido por falta de raza o de fuerzas. Los mejores, por su clase y nobleza, primero y tercero. Primer festejo de la Feria de Julio de Valencia. Algo más de un cuarto del aforo cubierto.

Cristian Climent, de blanco y plata: dos pinchazos y estocada honda desprendida (silencio tras aviso); estocada desprendida y cinco descabellos (silencio tras aviso).
Luis David Adame, de celeste y oro: estocada atravesada que asoma (vuelta al ruedo tras leve petición); estocada (oreja).
Andy Younes, de nazareno y oro: bajonazo perpendicular, tres pinchazos y cuatro descabellos (silencio tras aviso); tres pinchazos y descabello (silencio).

Notable actuación de la cuadrilla de Adame con el quinto, con buenos puyazos de Óscar Bernal y un excelente par de banderillas de Miguel Martín, que saludó al finalizar el tercio.

 

El novillero mexicano Luis David Adame, reciente triunfador en Sevilla y Pamplona, volvió a "puntuar" hoy en otra plaza de primera, en este caso la de Valencia, donde cortó la única oreja del festejo que abrió la Feria de Julio.

UNA OREJA TRAS LA MERIENDA-CENA

En un festejo demasiado largo, de casi tres horas de duración y con parón incluido para la merienda, más bien cena, sólo la disposición y el valor sereno del mexicano Luis David Adame sacudieron al público del tedio provocado por el deslucido juego de los novillos de Santiago Domecq y algunos desaciertos de los otros noveles.

Aun así, a pesar de la falta de fuerzas o de la escasa duración del encierro, cada uno de los novilleros sorteó un utrero con posibilidades. El que le tocó a Adame salió en segundo lugar, un animal con clase pero de medidas fuerzas que además acabó buscando enseguida la querencia de las tablas.

El mexicano, que le hizo un quite variado y le banderilleó con rotundidad y sin adornos, optó por plantearle toda la faena en los terrenos de adentro, aprovechando cómoda y sobradamente la querencia del animal para pasarlo con ajuste. Pero una estocada muy defectuosa le negó la posibilidad de cortar trofeos, a pesar de la petición del público.

Se la llevaría, en cambio, del quinto, en principio el utrero de menos posibilidades de su lote ya por sus bastas y feas hechuras. Pero Adame siempre intentó torearlo como si fuera bueno, tanto en unas suaves verónicas como en un quite por airosas y ajustadas zapopinas, muy mexicanas.

Ya entonces el novillo marcó su renuente condición, pues tuvo una actitud defensiva en una trabajada faena en la que el de Aguascalientes siempre atemperó su aspereza sin dejarse tocar las telas, muy por encima en todo momento de su oponente.

Otro de los novillos potables fue el primero, aunque su calidad extra en la embestida no estuviera acompañada de fuerza. El valenciano Cristian Climent le hizo un trasteo pulcro aunque sin la fibra suficiente para poder remontar lo poco que transmitió el animal.

Sí que intentó Climent poner más carne en el asador con el cuarto, al que saludó a portagayola y al que banderilleó también con más acierto, pero no terminó de superar sus precauciones ante la reservonería de ese otro feo ejemplar.

También a Andy Younes le correspondió otro novillo de Santiago Domecq con opciones, sin mucho celo, pero noble y fácil, con el que tardó demasiado en acoplarse y mostró lagunas en el toreo fundamental, buscando más ganarle terreno que someterlo.

Al sexto le hizo un saludo de capote "tutti-frutti", o con lances de todas las marcas, que dirían los antiguos cronistas, hasta que el animal fue decantando su mansedumbre hacia la aspereza, sin que el francés lograra resolver con éxito su largo empeño.

Paco Aguado - EFE