Dos Hermanas (Sevilla) Cuatro toros de Torreherberos y dos -tercero y sexto- de Torrehandilla, de presentación muy desigual. El primero, un punto rajado, fue excelente en la muleta; noble y algo protestón el segundo; el tercero, un jabonero de alegre galope y noble bravura, de nombre "Voltereta", número 35, fue indultado; el basto cuarto no pasó de soso; deslucido el quinto y más que potable el sexto. La plaza registró dos tercios de entrada en tarde de nubes y claros y un punto ventosa

Antonio Nazaré, que actuó como único espada, cosechó el siguiente balance: oreja, dos orejas, dos orejas y rabo simbólicos, oreja, oreja y dos orejas.

En cuadrillas, Oliver saludó tras parear al sexto.
 

.El diestro sevillano Antonio Nazaré logró hoy un gran triunfo en su localidad natal, Dos Hermanas (Sevilla), donde cortó siete orejas más las dos y el rabo simbólicos de un gran toro de Torrehandilla, que acabó indultando, en la tarde en la que se encerró con seis toros en solitario.

SOLIDARIDAD Y REIVINDICACIÓN

El matador de toros Antonio Nazaré ha logrado el doble objetivo que se había marcado al encerrarse en solitario con seis toros ante sus paisanos: recabar los fondos necesarios para el tratamiento de dos chicos de la localidad y, sobre todo, reivindicarse para el gran circuito después de cuajar e indultar al excelente tercero.

El diestro nazareno había toreado con corrección al terciadito ejemplar que saltó en primer lugar, que tuvo fijeza, alegría y capacidad de humillar en la muleta con el defecto, eso sí, de tender a rajarse al final.

Con el segundo, un zapato que se tapaba por la cara, anduvo firme e imaginativo en una faena resuelta en un palmo de terreno que culminó en arrimón.

Pero la tarde se lanzó definitivamente en el tercero, un jabonero de espectacular galope y noble bravura que reveló los mejores registros de su matador, definitivamente entregado e inspirado en una faena de trazo rotundo y bella expresión que se alargó mientras la gente pedía -y lograba- el indulto para el boyante animal,

El feo y basto cuarto no estuvo, ni de lejos, a la altura del anterior, pero Nazaré se montó encima de él en una faena autoritaria y mandona que rubricó, una vez más, de estocada contundente.

No pudo ser con el quinto, un astado de nula entrega al que volvió a recetar un espadazo fulminante después de un pinchazo.

El anovillado sexto, que le propinó una durísima voltereta al inicio de la faena, también acabó embistiendo en la muleta permitiendo a Nazaré redondear un festejo que culminó a hombros de sus paisanos.  EFE

Galeria fotográfica de Álvaro Pastor