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Finito de Córdoba
Pésimo ganado arruina corrida en la Feria de Lima
17 Noviembre 2014Lima (Perú) 16 Nvbre. Sexto festejo de la Feria del Señor de los Milagros. Seis toros de Las Ventas del Espíritu Santo, mansos, huidizos y de nulo juego. Un sobrero de Achury Viejo (6º), deslucido.
Finito de Córdoba, silencio y división;
Miguel Ángel Perera, silencio y ovación;
Alejandro Talavante, silencio y silencio tras aviso
La presentación de los toros de Las Ventas del Espíritu Santo, ganadería del maestro colombiano Cesar Rincón, en la plaza de toros de Acho, resultó mansa y descastada.
Juan Serrano "Finito de Córdoba" (Silencio y ovación desde el tercio), Miguel Ángel Perera (aplausos y silencio) y Alejandro Talavante (silencio y silencio).
Con el primero, Juan Serrano "Finito de Córdoba" nada pudo hacer y con el segundo instrumentó muletazos de recibo, para luego perseguirlo por el ruedo hasta lograr algunos pases sueltos en la querencia del tercio.
Tras la estocada, recibió una ovación desde el tercio.
El lote de Perera era imposible sobre el papel. Aún así, aplicó todo su empeño y valor con el tercero, un marmolillo que cortaba el viaje y desarrolló peligro. Con el cuarto, nada había por hacer y, a pesar de ello, Perera lo intentó sin éxito, cosechando sólo aplausos.
Alejandro Talavante no pudo acoplarse al manso, mirón y distraído que salió en tercer lugar. Un regalito que no tenía lidia posible.
El sexto fue mal cambiado por la autoridad y debió recibir banderillas negras por haber acudido a los capotes y no al caballo.
El que lo reemplazó de Achury Viejo resultó tan malo como los anteriores. Talavante se fue inédito. EFE
Juan Serrano "Finito de Córdoba" (Silencio y ovación desde el tercio), Miguel Ángel Perera (aplausos y silencio) y Alejandro Talavante (silencio y silencio).
Con el primero, Juan Serrano "Finito de Córdoba" nada pudo hacer y con el segundo instrumentó muletazos de recibo, para luego perseguirlo por el ruedo hasta lograr algunos pases sueltos en la querencia del tercio.
Tras la estocada, recibió una ovación desde el tercio.
El lote de Perera era imposible sobre el papel. Aún así, aplicó todo su empeño y valor con el tercero, un marmolillo que cortaba el viaje y desarrolló peligro. Con el cuarto, nada había por hacer y, a pesar de ello, Perera lo intentó sin éxito, cosechando sólo aplausos.
Alejandro Talavante no pudo acoplarse al manso, mirón y distraído que salió en tercer lugar. Un regalito que no tenía lidia posible.
El sexto fue mal cambiado por la autoridad y debió recibir banderillas negras por haber acudido a los capotes y no al caballo.
El que lo reemplazó de Achury Viejo resultó tan malo como los anteriores. Talavante se fue inédito. EFE

